Capitulo 23. Cabaña.

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El relajante y quieto retumbar de la aproximada cascada le hizo abrir los ojos.

Sintió como sus pupilas se retraían y le dolió su retina con fuerza.

—Ugh...—  Llevo sus manos a su cara por instinto, sintiéndose pesada.
Levanto su mirada después de unos segundos, viendo al adormilado omega albino.
Se quedo quieta unos minutos, escuchando, analizando.

Había dormido como no había podido hacerlo en mucho tiempo.
Había escapado gracias a un alfa desquiciado.
Atsushi estaba con ella fuera de ese maldito lugar.
Estaba como prófuga en una cabaña en lo profundo del bosque.
Hacia un frío fuerte.
Había escapado.

Escapado.

—Mgh...— Sus ojos se humedecieron, el rezago se sintió en cada rincón de su ser y el picor de ese collar de titanio en su cuello, le hizo creer que no podía respirar.

—Ah...— Y abrazo con fuerza y sentimiento al omega, aferrándose a el como si nada de eso fuese real; como si en cualquier momento pudiese desaparecer, como una ilusión.
—Wuu...—
Atsushi despertó antes el apretón, miro a su alrededor y luego a la chica, que le abrazaba el abdomen.

—Waa...— se incorporo y la abrazo, tratando de ver su rostro, algo alerta por sus lágrimas.
—Oh, Atsushi, s-somos libres...— presiono sus labios con fuerza.
—¡Fue un maldito infierno!—
Susurro ahogada y temblando.

El menor la miro desde arriba, muy profundamente.

La chica lloro con amargura mientras maldecida por lo bajo.

Sintiendo tantas cosas ala vez, algo así como un ataque de ansiedad.
Mas Atsushi se quedo quieto, sin expresiones, escuchando el lamento de Kyouka, que se quedaba como zumbidos por el retumbar de la lejana agua pesada callendo sin querer terminar, sintiendo su pequeño cuerpo temblar en su regazo.

Y silencio.

Después de unos minutos, la chica se separo de él, limpiando su desgastado rostro.
Miro al omega y luego se miro así misma, viendo sus prendas desechas y sus pieles maltratadas.

Estaba temblando.

—Ah... Ah...— la chica miro la quieta mirada del omega, ella levanto sus manos y presiono sus mejillas...
Como si pudiese transmitirle seguridad.
—Esta bien...— sus ojos bicolores, demostraron nubes.

Lejanía.

Como si su cuerpo estuviera ahí, pero no su mente.

Se podía reflejar el doloroso recuerdo.

Y su propia mirada con traumas y tristeza.

Presiono su mejilla y dejó de temblar un poco.

(¿Donde esta Atsushi?)

—T-tenemos que limpiarnos... Ahora.—  su expresión había cambiado, a una un tanto mas centrada.
Miro a su alrededor, analizando los muebles, las paredes, los colores eh incluso ese olor a madera y tierra, los sonidos y el permanente frío.

Sentía sus ideas más claras.
Habían escapado y ahora debía sobrevivir.

Vio la tenue luz entrar por las ventanas, giro su cabeza hasta que vio al alfa ahí durmiendo, estaba quieto, abrazándose a si mismo.
Se levanto sintiendo el dolor de sus músculos.
—Mgh...— tallo sus piernas. Dejo que el creciente mareo se fuera y tomo a Atsushi de su mano, lo encamino.

—Ah ah...— el omega se endureció, queriendo acercarse al alfa.
—No, Atsushi, dejalo descansar. Por ahora, hay que asearnos y buscar comida. — La chica lo jalo hacía ella.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora