Capitulo 19. Vinculo.

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Atsushi estaba ahí.
Arriba de su cama, amordazado. Una sola cuerda lo ataba, de tal manera que sus pies enteros estaban sujetos a su pecho, hecho bolita y sus brazos estaban en su espalda doblados de manera dolorosa.
Mira la escena completamente en trance, tratando de procesar la información que le daba su vista.
Estaba completamente desnudó, todo hecho de alguna manera para dejarlo indefenso.
Camino hacía él con rapidez y aun perplejo. No se movía, aún cuando ya tenía segundos de haber ingresado a la celda, eso pronto lo alteró.
Ya más cerca noto que tenía una venda en los ojos y una mordaza en la boca. Se detuvo y noto el fuerte olor de varios tipos de feromonas en él...

—¡Jinko! ¡Atsushi!—

Comenzó a desatarlo, aunque el amarre era complicado de entender, le quitó la mordaza y la venda, tenía una difícil respiración, trato de ponerlo hacia arriba, lo miro, su mirada estaba perdida y apagada, hundida en la tristeza y olvidó.
—Mierda...— Enserio que se sentía lento.
¡¿Qué carajos le hicieron?! Le tomó algo de tiempo quitarle la soga, si que estaba apretada. Tenía las marcas de eso en todo su cuerpo y cientos de golpes más.
Morados, rojos, verdes.
Y raspones con sangre.
Cuando quedó libre, noto que el olor era principalmente de omegas y quizá algún alfa.
—Ah...¡Mierda!— sabía que no debía caer en la desesperación, ni mucho menos en sus instintos, suspiro, tratando de sacar sus crecientes emociones con eso, lo acomodo boca arriba, revisó su respiración, era muy leve, miró su rostro, pálido ,con sus labios morados y la mirada fija a la nada.
—Jinko... ¿Me escuchas?—
No respondió. Pegó su oreja al pecho de menor, su corazón parecía estar estable, ¿Verdad? Se escuchaba ahí, el no sabía nada de eso. Miró su cuerpo, Delgado y maltratado.
—M-mierda...—
¿Enojo? Era más bien cólera y una eterna impotencia, con unas resiganadas ganas de llorar ¿Cómo dejaron que le hicieran todo eso? ¿Fueron los guardias? ¿Los altos mandos? ¿Los mismos reclusos? ¡¿Por que lo permitieron?!
No entendía porque, pero quería llorar.
—Ugh...— ¡Llorar enserio! Algo que en verdad evitaba hacer en cualquier situacion, ahora lo quería dominar.
Lo acomodo con cuidado en la cama, dejándolo lo mas cómodo posible.
Sintió de nuevo la oleada de feromonas ajenas, miró su entre pierna, no pudo evitarlo.
—Carajo...— se levantó y tomo las sabanas, después tomó sus piernas y las abrió.

Fruncio el ceño, fruncio los labios, su cuerpo retemblo y dejó marcados los dedos en la piel magullada de sus piernas, las dejó caer y se levantó, tallandose la cara con sus manos. Demasiado alterado.
—Mierda, Jinko.—
Alguien lo había tocado, eso era evidente, fue maltratado y utilizado. ¿Porque lo llevaron a él? ¿Sabien que le afectaría tanto a tal punto de querer llorar? Volteó de nuevo a la cama, dirigiéndole la mirada a sus observadores, esperando que notaran que en efecto estaba tan enojado y furioso que matararia a quien sea que estubiera detrás de esto.

Camino de un lado para otro buscando la calma, lo miro a el, seguía igual, el menor parecía que había muerto ya, aunque ahora tenía los ojos mas abiertos. Se acercó de nuevo.
— J-jinko.—
Presto atención a su cara, sus ojos parecían tener una pequeña neblina... Se intento acercar más pero el olor ajeno lo molestaba. Le irritaba.
No quería llenarlo de su feromona, se dijo a sí mismo que ya no haría nada por el menor...
Si lo... si lo llenaba de su feromona, no podría librarse de el nunca. Así se lo alertaba su conciencia.
—Ah...—
El menor se movió un poco, Akutagawa lo miró.
—Jinko...—
El omega reaccionó. Trató de buscar con su mirada, pero no lo encontraba, aun cuando movia su cabeza con desesperación.
—Ah A-ah...— era evidente.
—No puedes ver....—
De nuevo reaccionó
—Ah uhg mhh AH.—
Comenzó a llorar en desesperación. Llevo sus manos a su rostro, tentando su mejillas y ojos con alerto.
—Ah ah ah—
Akutagawa mordió sus labios, viendo la desesperación del menor, Atsushi trato de levantarse.
—Guiaaaa...—

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora