Capítulo 37. Conversación

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Atsushi caminó con tranquilidad por el pasillo, notando su mirada bastante apática en el espejo del lado de las pinturas, en la pared. Se encontraba a unos pasos de la biblioteca.
Kyouka ya estaría esperando ahí con Dazai, seguramente. Soltó un suspiro, sin ser capaz de sentir verdadero alivio en su apretado pecho.

Podía dejar de lado su orgullo y hablar con Dazai, porque eso significaba una oportunidad para ayudar a Akutagawa y verlo de nuevo.

Oh, cómo deseaba verle de nuevo.

Realmente no era tan duro ver a Dazai de nuevo, era casi apatía sincera si se trataba de él.

Pero seguía siendo incómodo.

Dazai prestó atención a los movimientos suaves y tranquilos de Kyouka al prepararse su café. Debía admitir que se encontraba mal humorado y quizá eso explicaba porque se irritaba al ver la tranquilidad de Kyouka.

Solo estaban ellos dos, esperando a Atsushi, el cual ya tenía media hora de atraso.
Kyouka debía admitir que la presencia sola de Dazai, sin Chuuya o Kunikida, para calmar sus repentinos arrebatos desesperados le tensaba un poco. No es que Dazai fuese violento o peligroso, solo era un alfa que impone demasiada presencia.
Pero la idea de que Atsushi hablaría con él no solo de su secuestro, sino también sobre los alfas que le ayudara a escapar el cual uno de ellos le marco le hacía recovecos en el estómago.

Sabía que Atsushi sería prudente.

Pero era como una mala escena de reencuentro que no quería ver en realidad. Al menos no estar presente... Era algo que ellos debían tener a solas. Esperaba que sus largos años fingiendo ser invisible le sirvieran en ese momento.
Dirigió su mirada al mayor al escucharlo chistar su lengua. Dazai paso su manos por su boca, tallandola pensativo, mientras daba unos pasos lejos de la mesa.

Dazai estaba terriblemente ansioso.

Lo sabía. aunque lo ocultaba muy bien.
Toda esta mierda, de alguna forma era su culpa. ¿Cómo debía sentirse enfrentar a Atsushi de esa forma? Kyouka no se lo podía imaginar.

—Calmate Dazai...— Se atrevió a susurrar, con sus labios pegados a la taza. Escucho el soplido de Dazai con los ojos cerrados.
—¿Que le toma tanto tiempo?
—Debe ser difícil para él también, Dazai.

El alfa le miró, pero no le pudo mantener la mirada, no cuando sus ojos se oscurecen de esa forma, desbordando culpa y ansiedad.

—Quizá se está preparando mentalmente. — Intento escucharse tranquila. —Relájate, lo digo enserio... El corazón de Atsushi es un lago azul brillante, a su forma podría entenderte...

Dazai frunció el ceño.

—¿De qué hablas?— Kyouka parpadeo ante la molestia y confusión de su voz.
Era tan obvio la fuerte necesidad que tenían Chuuya y Dazai de acercarse a Atsushi a lo que se imagina ella era disculparse, que su angustia los estaba consumiendo.
Aunque no fuese algo que quisieran escuchar de extraños.
—Dazai...

El sonido de la puerta les interrumpió. Atsushi entró a la habitación y Kyouka podía jurar que escuchó como la respiración de Dazai se cortaba.
Atsushi miró a Kyouka y por supuesto notó la presencia de Dazai. Camino tranquilo, mientras Kyouka se levantaba y le recibía con un abrazo.

Dazai no despego la vista de su silueta. No buscaba ser grosero o imprudente, fue casi involuntario, pasar sus ojos por todo ese ser y buscar algo en él, lo que sea.
Todo su ser, su cuerpo, su pose, su rostro. La mirada que el Omega emanaba de total apatía, parecía quedarse marcada en su pupila.
De nuevo, vestía una camisa negra de cuello alto, un pantalón de vestir y una gabardina.

Tenía las preguntas claras y una línea de estrategia. Toda su vida se había dedicado a esto, pero aún le costaba ser contundente.

Debía encontrar la forma de hacerlos hablar respecto a ese peculiar espectáculo en la noche, cuando vio a Atsushi correr casi desnudo a la tormenta.

—Atsushi...— Carraspeo, realmente incómodo con la presencia de Kyouka.

Ya lo sabía, la disculpa y su arrepentimiento no podría ser derramado en ese momento por más que lo desease. Atsushi aceptó reunirse si estaba Kyouka, así que, por más que le carcomiera la ansia, debía encontrar otro momento para eso.

Ahora era encontrar la mayor información.

—Gracias por venir...— Retomo. Atsushi levantó una mano, restando importancia y se sentó a lado de Kyouka. —Entiendo que hay información que crees que te puedo dar. — Sus ojos bicolores se conectaron con los suyos, tranquilo.

Lejano.

Tenía tanto sin mirarlos que bacilo por unos segundos.

—Si... — Tomo las carpetas en la mesa y distribuyo las fotografías.
Mierda, era más difícil de lo que alguna vez admitiría en voz alta.
Pero no pudo evitar notar su mirada.

Parecía centrado otra vez.

Kyouka vio como Dazai repartía las fotografías, mientras la analítica mirada de Atsushi se fijaba en un punto de ellas.
La aura era demasiado extraña para su gusto.

Una vez que todas las fotos estaban dispersas, Dazai se acercó a Atsushi, sentándose en la mesa.
—Necesito que me cuentes todo, Atsushi.— Kyouka bajo la mirada a su reflejo en el café, su voz salió tan bajita que ya no le pareció intimidante en absoluto. —¿Te encuentras bien para las preguntas que te haré?

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora