Capitulo 25. Robo.

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...
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—Estoy segura de que se necesita mas que un destornillador, alfa.— Kyouka miraba con temor al azabache.
Dejó el té tibio de corteza de árbol en la mesa y retrocedió, acercándose a Atsushi

—Tenemos que intentarlo.—
Comento, tranquilo.
—No, ya te lo dije, cuando algún Omega intentaba quitarse eso, descargas de electricidad nos impactaban, es doloroso y muy peligroso.—

Akutagawa la miro y miro al menor.
—Parece incómodo...— dijo serio, mirando el cuello de Atsushi.
—Oh, lo es.— Asintido.
—Pero sería más incómodo que está cosa nos mate de un paro por descarga.—

Hablar con Kyouka se estaba volviendo cada vez más complicado.
Sencillamente ni estaba acostumbrado a hablar tanto y ella solía usar palabras que no entendia en absoluto.

Era nuevo.
Y frustrante.

—Bien...— guardo el destornillador que había sacado de la caja de herramientas oxidadas  y camino hacia el baño.

Llevaba unas tijeras con él.
Kyouka suspiro irritada.
Ese chico si que era terco. Y tan imprudente.
Tocó su collar con los dedos.
—Tch...— Si, era molesto, irritaba y secaba la piel.
Sentia que con un movimiento malo, se sangraría la piel.
Pero la probabilidad de que se electrocutara hasta morir, era alta. La franja de luz que indicaba su energía, seguía prendida, así que no debía arriesgarse.
Esperaría a que se descargará.

Miro a su alrededor, la puerta y ventanas ya se habían cerrado, la luz era casi nula si no fuera por la poca que daba esas pequeñas velas que encontraron.
Akutagawa estaba en el baño y Atsushi estaba a su lado.

Quizá podía dormir.

Solo se escuchaba la cascada eterna a su lado y la entrada de la noche a ese espesura de montaña.

Si, podía descansar...

Miro las escaleras... Le había gustado el cuarto que husmeo en la tarde.

—Alfa, me iré a dormir... Si algo pasa por favor házmelo saber...— la chica noto la profunda mirada que Akutagawa le dedicaba al espejo, cómo si nunca  hubiera visto su reflejo.
Sus ojos negros, sus labios pálidos su cabello azabache...
El mayor observaba sus extraños mechones blancos y se notaba la incógnita en su mirada.

"¿Debía cortarlos?"

—...—
—Buenas noches...—
—Llevate a Atsushi contigo a dormir.—
El albino miraba con atención cada movimiento que hacía el mayor, y tocaba su propio cabello, cómo esperando su turno.
—Primero cortarle el cabello...—
Dijo y se fue. Sintiendo estragos en su corazón.
La escena le había recordado cosas. Y ahora su corazón y ella serían los únicos en conversar esa noche.

Ellos y sus lágrimas.
Por el momento debía guardase.

...
..
.

Akutagawa tiro las tijeras.
Ya había terminado.
Se cortó el flequillo lo más corto que pudo, así no le estorbaría su visión, eh hizo lo mismo con su nuca, así no se enredará por ahí.
Y sus mechones, solo un poco, dejándolos más largos que el demás corte.

Si... No estaba mal.

Después de autoanalisarse bajo la mirada hacia el menor.
Este le miraba sentado en la bañera, atentó y con un gran sonrojo. Abriendo y cerrando un poco sus labios.

Cómo si le quisiera decir algo.

Akutagawa miro su cabello, también estorbando en sus ojos.
Sus ojos.

—...— Se acerco a él, y movió sus mechones, mirando sus cabello blanco.
Y ese mechonsito negro que tenía en la parte alta de su cabeza.
Ahora sabía que no era mugre.
—Tu también tienes algo así...— dijo refiriéndose a ese detallé.
El menor le abrazo la cintura.
Pegando su mandíbula a la pelvis del mayor.
Akutagawa estaba por quitarlo, pero pudo notar mejor como sus mechones le estorban en el rostro.
Sin pensarlo mucho, volvió a tomar las tijeras y rápido cortó su cabello, de una sola pasada.
No fue muy exacto y quedó en diagonal...
Pero pudo mirar sus ojos.
Ambos se observaron en silencio.
Atsushi no retrocedió ni un centímetro apresar de tener esas oxidadas tijeras tan cerca suyo.
Akutagawa se separó un tanto de él, sin brusquedad.
Detrás de él, comezón a cortar.
Atsushi sentía pasar sus dedos por su cuello y cabeza.
Estaba siendo cuidadoso.
Su corazón comenzó a latir con nervios.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora