Capítulo 30. Anillo.

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—Es sobre Jinko...— Dijo tranquilo, prendiendo una vela, pues una nube espesa tapo la luna, obstruyendo la poca luz que podía entrar por la ventana de la cocina.

Higuchi le miro con una pequeña sonrisa.

—Es verdad, tengo mucha curiosidad sobre su relación...— Tomo su antojo nocturno,(ese panecillo manoseado) e invito al alfa a ir a la sala de estar con ella, cruzaron la casa y se acomodaron en los sillones, uno al frente del otro. Posando la vela en una mesita central. 

—Te escucho.—La chica comió un poco y le ofreció, este le rechazo y pensó unos segundos más.

—¿Jinko esta enfermo?— La chica alzó una ceja.

—Quiero decir... ¿Es retrasado? ... Estos días eh pensado un poco en eso.— Dijo, soltando un suspiro recargándose en el sofá.
—La primera vez al conocerlo, parecía completamente perdido. .. No entendía nada, y bueno, no podia comunicarse con palabras, pero estoy seguro que eso cambio ahora.— Akutagawa dejó de mirar la ventana para ver a la chica, ella le observaba.

—El luce mucho mas consciente de todo ahora... —Por supuesto lo había  notado.

—Ya veo.—

—Es extraño...— tosió un poco y frunció el ceño.

—Me hace creer que de alguna manera actúa... Bueno, se que no es así, pero en ocasiones se ve tan ¿Consiente? ... Y que en realidad entiende todo tan bien como tu y yo.— Rasco su cabaza ligeramente.
—Ya sabes, que el actúa extraño.—

—¿Cómo actuaba antes?— Dijo, alargando la pregunta, no como si el comportamiento de Atsushi le pareciera extraño, sino porque le interesaba saber como Akutagawa analizo las cosas.

Él azabache trataba de encontrar palabras para expresarse, no porque le fuese difícil hablar de eso, sino por su nulo vocabulario.

—¿Cómo un niño? No entendía nada de lo que decía, actuaba por... Instinto...— La miro.
—Su cuerpo esta aquí, pero no su mente.—

Ambos de quedaron en silencio, como si así se respondiese todo.

Higuchi asintió.

—Entiendo...— Y bien sabia de que trataba él experimento. Ella superviso apenas algo de ese proyecto que tenia Fyodor: buscar y mostrar los comportamientos naturales y salvajes de los omegas y alfas.

Era parte de su apasionante y vanguardista corriente de culto a la sensatez.
Un montón de científicos pedantes, tratando de poner el auto control como una facultad que solo los burgueses poseían.

Es decir, la  creación única de un inhibidor, de las células puras en salvajismo de un alfa y omega y promocionarlo tan caro como pudieran. Así como un documental donde se pavonearían como los científicos mas capaces en su área.
Una mierda.

—Quizá fue... Alguna droga que le suministraron en el psiquiatra, eso explica su repentina y consecutiva recuperación de la misma.—

Akutagawa le miro.
—¿Droga?—
— En ocasiones a los reclusos rebeldes les drogaban para mantenerlos tranquilos... Claro que esto tiene un daño neuronal... irreversible...— Decidió mentir un poco nada mas, sentía que si le decía mas a Akutagawa, seria perjudicial, aún no lo creía capaz de manejar y comprender ciertas situaciones.
Existía demasiada información la cual debía contar de principio a fin para entender.

—Escúchame... Lo mas probable es que se recupere de ese estado, debe tener perdida de memoria en el peor de los casos.— La chica se acerco a el.

—Me encargare de explicarte bien todo lo que a pasado... Pero, ahora que somos libres, quiero que primero y antes de nada, entiendas y conozcas lo básico de la vida... Que aprendas cosas, para que puedas procesar todo de ahora en adelante... Porque te has perdido de mucho.—

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora