ESCAPE (AkuAtsu) +18

Capitulo 24. Cascada.

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Silencio, absolutamente.

De esas ocaciones que necesitas algún ruido para concentrarte.
Como las melodías, la música...
Murmuros.

Ah... Si que dolía estar vivo.
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Ese olor de nuevo...
Cualquier asociación, ahora lo reconocía así.
¿Era él o Chuuya siempre olía a ese perfume de vainilla caro?
De esos que los adultos de traje y vocabulario extendido  solían usar.

Su sonrisa, su presencia, su toque, era realmente cálido... Todo él lo era.
—Mi azabache...—
¿Cuánto tenía sin oír su voz? Es que a él no se le podía odiar.
Su coleta rojiza era suave...
Su tacto, sus ropas... Sus brazos, no había lugar mas seguro que ese.
Todo el era suave...
—¡Sobrevive!—
Sentía su corazón latir...

—¡Akutagawa!—

Un gran eco, el sonido del agua distorsioba todo.
Todo estaba doliendo...
—No te veo, Chuuya, ¿Donde estas?...— Temeroso.
No se veía.
¡Todo olía a él!

—¡Ahhh!— Abrió los ojos de un gran suspiro... Con su corazon alterado y su vista tratando de adaptarse.
Respiro apresurado varias veces.

—¿Que...?—
Miró el techo... Un techo... Café, con adornos extraños... Bien iluminado por la luz solar...
¿Luz solar?...

Este no era el del psiquiatra...
Recordó donde estaba, como si le hubiesen golpeado con fuerza.
—Ah aaa— tallo sus ojos.
Miró a su lado despacio, Atsushi estaba ahí.

Le miraba, sus ojos azabaches y los bicolores se sumieron entre ellos, la angustia de haber despertado se fue y los prontos recuerdos de su escape llegaron...
No estaba solo ahora...
Había escapado...
La alarma.
La pelea.
El bosque.

Todo estaba iluminando, el menor parecía que también se acababa de despertar.
Pero su semblante se veía limpio, tenía sus ojos bien abiertos y parecía un tanto descansado.
No puedo evitar tener un corto y fugas pensamiento de que se veía realmente hermoso.

Se levanto un poco, viendo todo su alrededor.
Una habitación que jamás había visto.
Al frente de el un tocador de madera negra, a su izquierda una cómoda del mismo color y unos estantes, a su derecha, dos puertas y un gran espejo de cuerpo completo, vio el reflejo de ambos chicos.

No puedo evitar sorprenderde demasiado. Eran cosas que no conocía del todo bien.
Estuvo prestando la mayor atención visual a cada detalle que encontraba.
Y el ruido de agua callendo lo seguí aturdiendo.
Sintió frío en su espalda y al girar, vio una gran ventana, cubierta para que no entrase el frío.

Se levantó, sintiendo todo el peso de su cuerpo.
—Ahhh...Cough cough...— le dolía hasta toser.
—Ahhh... — Atsushi se acerco más a el, le acerco un baso de agua y un pequeño plato ondo con... Pequeños y raros trozos de lo que parecía ser una fruta.
Akutagawa miro el plato, lo tomo con cuidado, sentándose mejor.
—Ah ah...— El asombro bajo y ahora solo podía sentir el terrible dolor muscular que tenía.
Su brazo y pierna seguían resentidos y ese golpe en la cabeza aun lo sentía palpitante.

—Aku...— Miro al menor.
Que esperaba con atención que comiera.
Asintió y comenzó a comer.
Casi al instante pudo sentir la habitación Oscurecerse y las paredes de madera hacerse metálicas.

Se detuvo al instante.

Él y el omega, comiendo en una cama, encerrados en un cuarto desconocido.

¿...Que cambio entonces?...

Levanto lento su mirada viendo como Atsushi miraba su esbelta figura en el espejo, haciendo señas extrañas e inflando sus mejillas.

No tenía pantalones.
...y el tampoco...
Logro recordar mejor...
Lo habían aseado y se durmió... Si, si, no paso nada más.
Dejo a un lado su comida y busco un pantalón, encontrando unos en un buro, se lo puso rápido, con dolor.