Capitulo 26. Cuchillo.

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Lejanía.

Su visión era borrosa, apenas y lograba persivir, pero la iluminada habitación del albino la reconoció al instante.
Esa enorme y amueblada habitación.
Aun no puedo aceptar la idea de una velada en mi honor.— Escucho la tranquilidad que le acompañaba siempre, y le buscó energética con sus ojos.
Su corazón latía con fuerza.
Como si no lo fuese a encontrar.
Tu has hecho historia, eres el omega que está en boca de toda la sociedad negociante de este lugar.

Diálogos ya vividos.

Sensaciones que se repetían.

Kyouka, ¿Debería usar el vestido que él me ah dado?—
La chica quería llorar.
—¿Kyouka?— no lo veía, ya no se veía nada.

Imágenes, fragancias, acciones.

Nada.

—¡Atsushi!— se levanto de un susto y jadeante.
El aire entraba apresurado por su boca. Miro a los alrededores y miro la habitación de la cabaña.
Aquella habitación que le había visto llorar y meditar toda la noche.
Sintió el frío recorrer su espalda, llevo sus manos a su rostro y quito sus lágrimas con un gran suspiro.
—Ugh...—
La luz solar le indicaba que quizá unas horas atrás ya había amanecido.
La caída de la cascada y el cantar de las aves le regresaron a su presente de forma lenta.
Permaneció quieta, escuchando también el silencio de la casa.

Con algo de prisa, incapaz de quedar mas tiempo quieta, comenzó a vestirse.
Debía ir a ver a Atsushi.
—Vaya sueño...— mirar en el pasado le recordó que tuvo una vida dentro de la sociedad burgues.
Una vida que incluso ahora que estaba libre, no lograba valorar.

Bajo las escaleras y pensó en llamar al alfa para hacer una fogata, pues el frío estaba realmente atormentando.

Miro la puerta, pensó un poco y toco después.
Al no recibir respuesta, de inmediato entro.
Viendo a los dos pedazos de compañía dormir.
Se acercó con cuidado.
—A-Akutagawa... Levantense.—
Al instante Atsushi se levantando y la miro.
Kyouka camino a el, y el chico la abrazo.
—Waa...— Kyouka le abrazo igual.
—Vuelve, Atsushi... No se que hacer.—

...
..
.

—¡C-carne!— los tres miraron espectantes el trozo algo grande de carne de res que reposaba en una hoja de papel.
—Crei que era pan...— Kyouka miro al alfa, el chico parecía confundido. La chica le sonrió.

No sabia que era mas raro, los cortes horrendos con los que ambos amanecieron oh el trozo de carne probablemente cara apareciendo así.

—Esto es mejor que el pan... Pero... ¿De donde? ¿como?—

El mayor volvió a abrir la bolsa y saco la verdura, los panes y los demás materiales.
—Con estas velas, no será tan difícil andar por la noche.—
—Bajaste al pueblo...— Afirmo, mas que cuestionar. Akutagawa no le respondio.
Los tres habían despertado con la sorpresa, y ahora ahí en la cocina,parecía haber buenas noticias.
—Alfa, eso es peligroso...—
—Losé... — tomo un cupcake y se lo dio.
La chica abrió sus ojos, tenía mucho sin ver uno.
Sonrió con entusiasmo y comió enseguida.
Se acerco a las cosas y mirando con asombro.
—Tendremos comida por al menos una semana...—

Atsushi se acerco y volvió a tomar un pan.
—Pondré el fuego, asegurare la cascada y cubrire las ventanas.—
Dijo tranquilo. Después la miro.
—Encargate de la comida.—
—Alfa, escucha...—
La chica le sujeto y ambos se miraron.
— G-gracias, enserio, pero ¡Es muy peligroso bajar al pueblo!—
El mayor no dijo nada
—Bajar por la cascada también, escucha, si vas a hacer algo así debes decirme.—
—No tengo porque.—
—Si algo te pasa ¿Crees que nos vaya mejor a nosotros?—
Apunto al albino y asi misma.
Ya sabia que ahora dependían de cierta manera del alfa.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora