Capitulo 21. Bisturi.

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Corrió rápido a la puerta, sintiéndose pesado y con gran dolor en el pecho.

Sabia lo que era el arrepentimiento.

Se arrepentía de sus acciones cada vez que no podía escapar en su pasado.
Pero esta vez se sentía como si hubiese cometido el peor error, uno que no importaba cuanto llorara o lo torturaran, dolía y se exaltaba.
Salió rápido y notó como la gabardina se raspaba un poco con los vidrios rotos en ves de con su pierna.
Akutagawa pensó que quizá la gabardina era muy útil.
Miro el cuerpo del alfa con el que lucho y lo brinco, corriendo hacia la sección de celdas, viendo que la puerta aún seguía atracada por el carrito y la silla que había puesto, comenzó a abrocharse la gabardina, los olanes salían de su cuello manos, dándole sin querer un traje elegante... algo roto y cubierto de sangre.

Entró a la sección, ya casi no había gente, sólo uno que otro herido por peladas que solos ellos entendían, así como otros más entretenidos con sus manos que con escapar.
Pero sin duda, la gran mayoría se había ido.
Corrió velozmente mirando desesperado por entre los pasillos.
—¡Jinko! ¡Jinko! — por alguna razón, todo se la hacía más largo, eterno.
—Cough cough...— se detuvo unos instantes, se sentía sofocado por la anterior pelea, y tener esa nueva tos no le ayudaba a respirar bien.
—Ah...— Escucho un llorido muy lamentablemente, levanto su mirada y observo por uno de los pasillos a un hombre golpeando eh intentando violar a una chica.

Iba regresar a lo suyo... Pero no pudo ignorarlo, camino decidido y su sorpresa lo invadió al ver que la pequeña chica era Kyouka... Siendo violada por un alfa...
—¡Mierda! — sin pensarlo corrió hacia ellos.
—¡Oye tu imbécil! ¡Déjala maldito cerdo! — ambos voltearon, Kyouka se veía realmente muy golpeada. Aquel hombre al verlo se separó de ella y se hizo bolita, arrastrándose con miedo. No parecía querer atacar en realidad.

—¡No, no, no! ¡Lo siento yo no quería hacerlo! Es sólo... E-es sólo... ¡Que no puedo controlarme! — comenzó a llorar desgarradoramete, como si hubiese presenciado la mas trágica escena es su vida, parecía que el arrepentimiento era verdadero.
Akutagawa tomó a Kyouka sin mirar mucho su desnudez, la chica seguía sollozando pero aun así se aferro al traje del alfa, trató de envolverla en su ropa desgarrada y la levantó en brazos, la chica era pequeña, para su edad lo era.
Miró al hombre llorar con desesperación, se acercó lento a él.
—N-no... alfa... no lo... mates.— ya cerca de él, con el bisturí en la mano, le dio una rápida apuñalada en el cuello.
Después dio la vuelta y corrió... probablemente se descartaría hasta morir.
—No... ¿Porque has hecho eso?.... el... el no sabía lo que hacía.—
—Yo tampoco se lo que hago...— cargandola con un brazo y sosteniendo el bisturí con la otra mano corrió hacia su celda.
—No... no encuentro a Atsushi...— la escucho susurrar... Akutagawa mordió sus labios y presiono sus dientes.
¿Se lo abrían llevado? ¿Ya abra buscado en su celda? ¿Huyó?Se sentía angustiado, todos sus prejuicios y pensamientos se redujeron al hecho de querer encontrarlo, ya no le importaba nada.

Lo quería a él.

Quería sacarlo y no sólo hacerlo libre, quiera llevárselo lejos con él.
Giro y vio su puerta.

Quería hacerlo su omega y aceptarlo de una buena vez.

Dio vuela, entrando a la habitación.

Entendió a la mala, que el era su destinado y que no podría vivir sin su vínculo cerca, literalmente.
Asomo su mirada buscando.

Lo vio ahí sentado, exactamente en el mismo lugar en donde lo dejó, tenía sus manos cubriendo su rostro y ahogando sus lágrimas y sollozos. Temblaba en miedo y desesperación pero no parecía dispuesto a levantarse... resignado en el abandono.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora