Capitulo 16. Jardín Negro.

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Akutagawa se posicionó entre sus piernas, abriendolas con poco tacto, miro atentamente todo su cuerpo.
—...—
-Mmmmh- y comenzó a besarlo, acariciando su pecho caderas y piernas, tratando de recordar bien como se sentía su piel en sus manos.
—A-ah...—
Antes se permitió a si mismo darle pequeños besos en los labios y ya, algo sencillo, pero el omega se sobresalto cuando sintió su boca invadida por la lengua del alfa.
El siempre había asociado a su alfa como un hombre distante y frío, pero parecía que se encontraba alterado.

El azabache bajo hasta su cuello y comenzó a besar y a morder sus clavículas.
—¡A-ah¡— Eso lo tomo desprevenido, Akutagawa estaba usando sus dientes en el. Eso le causaba una extrema excitación; parecía que se lo estaba tomando con calma y es que si, el omega y sus feromonas lograban calmarlo bastante, aunque la adrenalina y los sucesos aún lo mantenían alterado y molesto...
Se levantó, ambos jadeantes, y lo miró, sus labios estaban un poco rojos y entre abiertos para respirar, ahora tenía algunos chupetes.
Ninguno de los dos sabían besar, pero fue un momento memorable para ambos.
El menor le miraba también, sus ojos entre abiertos, algunas lágrimas, con un gran sonrojo.

Hermoso.
Pensó, su corazón latía.

Atsushi no dejaba de soltar feromonas, ese olor floral eh incluso sasonado, de nuevo, lo hacía sentir en casa.
Se quitó su camisa y el menor supo entonces, que no se detendría, abrió aun más sus piernas y su erección se dejó ver más claramente, Akutagawa lo miró, eh inmediatamente se quito el pantalón...
Se detuvo y miro a sus alrededores, tomó las sábanas y volvió a taparse a el y a Atsushi.
El menor miró la gran erección del alfa, a pesar de estar tapados, había más luz que la vez anterior, no podía evitar sonrojarse, por ver a ese hombre fuera de lo que era si habitual comportamiento.

El omega ya estaba bastante húmedo, el azabache bajo a él de nuevo y siguió besandolo, su raciocinio desapareció, ni siquiera estaba esa voz que le decía que parace. Se acomodó con prisas, miró su entrada y tomó sus piernas, la sábana calló por su espalda, pero aún podía cubrirlos un poco, con ayuda de su mano, comenzó a entrar en él.
—Ahhh ah ah—.
Ahora no estaba en celo, todo se sentía más real, y ese era un gran miembro.
Una vez dentro, volvió a tomar la otra pierna, jadeo, el placer lo estaba inundando, estar dentro de el, era sin duda grandioso.
Ambos jadeantes, se miraron, Atsushi levantó sus manos a él, pidiendo ser abrazado, Akutagawa bajo y se escondió en su cuello, ese maldito collar le estorbaba.
Comenzó a moverse y el mismo placer lo condujo a sus pensamientos más primitivos, una parte le gritaba que lo embarazara, otra maldecía que aquel alfa gordo no estuviera para ver lo que el sí podía hacer, presumirle que el estaba adentró. Literal.
Quería morderlo, tenerlo siempre a su vista y a su lado.
-¡MHG! Ah...-.
El omega se arqueo y soltó un gemido quedo, su saliva salía de su boca mientras presionaba con sus uñas la espalda del azabache, se sentía perdido.
Akutagawa lo miró atentamente, entendiendo un poco mejor que era "todo esto del placer" y siguió golpeando fuertemente esa parte.
-¡Ah! ¡Ah! ¡Uhg!-
Le sorprendió conocer esos gritos.
Gritos no de dolor, sino de palcer.
Ambos soltaron sus feromonas, y Akutagawa embestia con fuerza, como si así pudiese marcarle. Se acercó hasta su oreja.
-Gurmm-. y le gruño, el menor casi al instante movió su cabeza, dejandole ver bien su cuello, protegido por el collar. Volvió a gruñir pero ahora molesto.
El omega, sintiendo que pronto se vendría, comenzó a mover también sus caderas, el placer lo estaba enloquecido, y sus gemidos y jadeos ahora era más fuertes.
Sujeto a Akutagawa del cuello y lo besó, tenía una expresión de vergüenza y placer, entonces, se corrió entre los dos, manchando su abdomen y rasguñando al azabache en la espalda. Akutagawa, embistió fuertemente algunas veces más y también se corrió en su interior.
- Ah a-ah... aku...-
Sus gemidos se escuchaban cansados, como si fuese a llorar. Se recostó a su lado, ambos jadeantes, salió de su interior.
-A-ah...-. y el menor jadeo. Se levantó a cubrirlos a ambos con las mantas. Lo abrazo a su pecho, pegando su espalda. El menor se aferró a sus manos. Podían sentir sus jadeos y ligeros Ronroneos.
-Wuaa aaa-.
-Duerme, Jinko...-.
Lo abrazó más fuerte, dándole calor y haciéndolo sentir protegido. Ambos miraban hacía la puerta.
Estaban compartiendo desnudez y calor, el menor, en cansancio, comenzó a dormirse aún siendo muy temprano, sin embargo, el alfa miraba atento y desconfiado la puerta. Alerta.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora