Capitulo 15. Convivencia.

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Ya habían pasando horas.

No entendía porque aun no se habían llevado al omega, pero pensó en las palabras de Higuchi, que estaría en pruebas para su experimentación. ¿El Omega era parte de eso? Ya llevaba con el tres días, ¡Tres dias!, los guardias entraban a llevarles el desayuno, comida y cena. Y ya. Sólo eso.
El omega ya se había curado un tanto, podía mantenerse en pie, era relativamente mas tranquilo, o así lo sintió el, solo podían convivir en paz, aunque hacia todo lo posible para evitar mucho contacto con el, sin embargo, la segunda noche lucho bastante, pues el menor se había quedado despierto, llamando a la chica que desafortunadamente había sido cambiada a la celda de en frente.
—¡Atsushi! ¡Estoy aquí tranquilo!—
—Ah wuaaaa.—
—Jinko, ya basta, llorando, no lograrás que venga...— Irritado era su estado mínimo en esos momentos.
—¡Tu maldito demonio! ¡No le hagas nada a Atsushi!—
Quitó a jalones al omega de la puerta y lo obligó a acostarse en la cama. Camino hacia la puerta de nuevo.
—Ya duérmete niñita...—
—¡¿Como puedes decir eso?! ¡Maldito! ¡¿Tú puedes dormir alfa imbécil?!— se le escuchaba realmente desesperada.
Se alejó de la puerta y miro al omega, que ahora lloraba, pegado a la cama ¿Qué clase de vínculo tendrían?
Se recostó a su lado, dándole la espalda.
El omega  dejó de llorar hasta que se quedó dormido. No quería admitir lo mucho que le calaba en su pecho verlo llorar, pero no podía controlarse en sus repentinas acciones cuando se trataba de él.
No, no era su destinado, y auque lo fuese, si era motivo de distracción para su propósito y para lo que a estado luchando, se quedaría sólo si así se tenía que ser.

El tercer día, por la noche de igual forma, después de quitarlo de la puerta con su plática cifrada con aquella chica y obligarlo a dormir, a las horas y cuando todo estaba en silencio se levantó... a bailar ¡Bailar!
Akutagawa creyó que ya estaba dormido, pero gracias a su sueño ligero noto cuando se levantó, estaba por acostarlo de nuevo, cuando se percató de que se encontra de alguna manera serio.
No balbuceaba, no se tambaleaba, sólo se mantenía derecho, dejó su manta y sólo con su camiseta de olanes Blanca comenzó a bailar, lo miró todo, con la poca luz lunar que entraba...
No se sintió capas de detenerlo. Sus movimientos eran ligeros, especialmente en los brazos... movía y se desplazaba por toda la pequeña habitación, se veía sin duda hermoso... Además, sabia que estaba bailando, pero jamás imagino que seria así de... Impresionante.
Dejo de preguntarse porque haría algo tan extraño en mitad de la noche y se concentro en su cuerpo. Parecía que estaba muy consternado, consiente, ya que incluso demostraba el dolor que sentía en las rodillas con una mueca, cada que aterrizaba.
Estaba por deternerlo, pero cayó de lleno al piso.
—Ah ahh... — Parecía haber caído como si su energía se acabase, Akutagawa se levanto y camino hacía él, intrigado.
Atsushi miro a la cama y Akutagawa ya estaba de pie al frente del el. El menor le miró y parecía que estaba perdido, como si hubiese tenido una laguna mental, se posicionó frente al el de rodillas.
—Vamos levantate...—
Estaba por levantarlo, pero el omega se repego de la nada a su entre pierna, poniendo su nariz en su intimidad.
—¡Oye!—
Bajo rápido su pantalón y cuando estaba por poner el miembro del azabache en su boca, este le arrojó al suelo con un empujón.
—¿Que pasa contigo tan de repente?—
Se subió su pantalón rápido, el omega se levantó, de nuevo, con su rostro perdido.
Se quedaron unos minutos en silencio.
—Ahhh ah.—
Intento levantarse, el azabache le ayudó.

—...¿Ya paso tu episodio?—
El omega le miró y se sonrojo, supuso que ya, pues actuaba "como siempre".
Lo recosto, aún con las imágenes de el bailando, si bien intento hacerle una felación, estaba más encantado con su baile, que al parecer lo había hecho inconscientemente. Había hecho movimientos que jamás había visto ¿Tenía momentos de lucidez? Fue muy bello.
Y ahora estaban ahí, esperando el desayuno, de alguna manera lo dos se acostumbraron al otro, el omega jugaba con un pedazo de tela y cáscara de una naranja mientras el azabache pensaba, como era habitual, una y otra vez en el plan, en Higuchi.
¿Cómo habrá terminado ahí? ¿Cómo la habrá pasado? Tenía tantas cosas por preguntarle, realmente estaba feliz de verla de nuevo. Sus ansias subían cada vez que pensaba en el poder ser libre al fin.
Sabia que estaba siendo muy optimista como el asunto, pero, era lo mejor que podía hacer.
—Ah ah ah.—
Miró al omega, notando que este ya estaba de pie en la cama mirando por la ventanita, se paro de puntas para acercarse mejor, había un pájaro y quería darle la cáscara de naranja.
—Ey, Jinko... —estaba por bajarlo, pero se detuvo ¿Porque lo molesta? No está haciendo nada malo. Estaba apropiadamente vestido, combinado con su vestimenta también, tranquilo y sin hacerce daño. Estaba por levantarse pero el omega bajo hacía él.
—Ah ah ah.—
—¿Que tienes ahí?—
El menor bajo y le enseñó la cáscara pelada de tal manera que parecía un pájaro
—¿Tu hiciste eso?— Pregunto tomando con cuidado la cascara.
—Ahdammeee.—
—¿Ves que no eres un imbécil?—
El alfa acarició instintivamente su cabello, el menor se unto en su mano, moviendo su cabeza y se volvió a sonrojar. Akutagawa se percató de lo sucedido y se separó. La puerta fue abierta y entró un guarda con el desayuno, pero este se quedó.
—Paciente, ¿Cómo se siente?—
Preguntó el hombre, calmado y amigable. ¿Paciente? El azabache sabía que iba para él.
—Estoy bien...—
—¿Y usted?— le preguntó al omega, pero este estaba distraído con lo mismo.
—El esta bien...—
Respondió el alfa, extrañado.
—¿Es así? Dígame, ¿Les duele algo? ¿Se encuentran físicamente bien?—
Akutagawa se comenzó a sentir asechado, recordó las palabras de la rubia.
—Estamos completamente bien.— le dijo tranquilo.
—¡Asombroso!—
Dijo y se fue. Atsushi bajo por la comida, y regreso con la charola de comida a la cama.
—Ah ah.—
Repartió la comida y empezó a comer.
Akutagawa miró la comida, demasiado desconfiado.
—Quizá no debas comer eso, Jinko.—
La comida lucía normal, el menor ya había comido un poco antes de que le quitará la charola, el chico lucia normal.
—Wuaaaa ua ah.—
—No, Jinko...—
El menor tenía aún lo de la cena, podía aguantar. Realmente que un guardia entre con esas preguntas y comida, no le daba buena espina.
El menor no se quejó mucho después.
Dejó la comida lejos y se distrajo un rato con el omega.
—Entonces, cuando puedas dominar el saber que árboles son de corteza resbalosa, podrás escalar más rápido.
—Buab muaao.—
—Ademas, no te tiene que molestar la altura, eso hizo que un día me quedara atrapado por el miedo.— dijo con una diminuta sonrisa.
El omega sintió cálido su pecho, se acerco más a él, atento.
—¡Oh! Habían buenos libros también, no soy muy bueno, pero me gustan leer historias de fantasía.—
Estuvo diciéndole algunas cosas y le resultaba gracioso que le respondiera.
—Esas saben horrible, nunca las pruebes, las mandarinas son veneno. Por otro lado, los higos deben ser los mejores dulces que hay.—
—Awaaa, daaa.— el omega río un poco y Akutagawa miro sus labios ¿Le habrá entendido?
Parecía que el chico le balbuceaba algo, pero no escuchaba, su paz y gracia se iban de vez en cuando, al recordar al chico de rodillas en la noche. Permaneció mirando  sus labios, aún estaba un poco amoratado, pero ya lucía mejor ¿Le hubiese dolido si metía su miembro en su boca? ¿Se volvería a abrir su herida?
— Buaaa juua... ¡ahh!.—
De repente llevó sus dedos a su boca. Atsushi lo miró, pero el azabache seguía mirando su cavidad, metió más sus dedos, tocando su paladar
—Ah a-ah.—
Tocó su lengua y arrastró suavemente.
— Ah ahh Aku-ta...—
Se detuvo al instante.
—¡Mierda!—
Se levantó rápido y fue a lavar sus manos, se sintió confundido, ¿Porque había hecho todo eso? Se sentía un poco alterado.
Miró atrás y vio al menor muy sonrojado, sentado en la cama, jugando con el sus manos, parecía que estaba igual de nervioso.
Ahora se sentía muy imbécil, ¿Tenía que ser hací de problemática convivir con el omega?
¿Será que usaba sus feromonas? No, el las resistía...
No entendía porque cuando se trataba de él, de ese omega, se ponía todo...
La puerta se abrió bruscamente... el menor salto de la cama en dirección a él, pero este le evitó, el omega lo miró desconcertado.
—Paciente, venga con nosotros...—
Dos guardias alfas entraron, dirigidos a Akutagawa, el menor chillo y ambos alfas lo miraron al instante. Rápidamente recuperaron la compostura y tomaron al azabache, lo atrajeron y le pusieron el collar. Comenzaron a salir.
—Aguu Akuu taaa.—
El omega volvió a chillar y el azabache sintió el temblor de los alfas que lo sostenían. Una molestia nació en él.
Salió un poco de la celda y vio a otros dos aldas, con mascarillas... estos tenían muy bien sometido a otro alfa, parecía muy mayor y era  grande en masa corporal y... se alteró al instante, ese alfa estaba en celo.
Miró extrañando y exaltado, ese era un recluso como él, después empezaron a soltarlo. Lo asomaron a la celda.
¿Que mierda estaba pasando?
—Observa campeón, hermoso ejemplar ¿A que si?— y cuando vio al menor, comenzó a alterarse y gruñir.
Akutagawa se alteró en demasía ¿Qué iban a hacer? Le quitaron toda la armadura menos el bozal y lo soltaron  dentro de celda con el omega dentro.
—¡Ah!— Atsushi había estado mirando todo con atención.
Chillo y todos los alfas de afuera sintieron algo de pánico, ese menor exclamaba ayuda. Akutagawa se arrojo hacía delante, pero cerraron la puerta.
—¡Mierda! ¡No, no! ¿Que mierdas creen que están haciendo imbéciles? ¡Sueltenme!—
Podía escuchar a Atsushi gritar con miedo y en defensa, al igual que los pasos desenfrendos y todo el movimiento que sucedía en la celda. Akutagawa estaba entrando en furia y pánico desesperado, forcejeo lastimandose y lastimado al los que lo sujetaban, ellos sólo seguían órdenes, pero podían sentir lástima por la situación.

ESCAPE (AkuAtsu) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora