river

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A veces las cuencas de tus ojos son hídricas,
La delicada copa apunto de rebalsarse,
Con una piscina de pesces y la rabia de las olas que dan contra la barca de Jonás.
Y desembocan por la rivera del río de tu rostro,
Y van a dar a los mares delimitados por tus clavículas.
Y yo, amor, no quiero beber esa agua, porque su corriente lleva mis manos directo hacia tu boca.
¿Será que un río también te fluye por dentro?
El otro día me pareció escucharlo en tu cuerpo,
Me pareció beber de la dulzura de sus aguas.

¿A veces te parece que tus ojos están azules de hielo,
Y qué algo en tu interior está frío como la nieve?

¿Cómo has sabido siempre darme la calidez que he sentido en tus brazos?

Porque siempre me has entregado calor,
Pureza
Y brillo.

Sabes que siempre he admirado el agua que en ti se condensa y que he querido quitarte el frío de la espalda con un caudal de caricias que se arremolinan en tu piel de enero.

No seas de los ríos que se secan,
Porque en tus labios y en tus dedos habita el agua de la fuente de los deseos.

Yo por mi parte me mantendré en silencio,
Tal vez difumine,
Tal vez borre,
Tal vez seque,
Tal vez beba
Con mis labios
El agua salada que hay en tu rostro,
en tu cuello
y tus hombros,
Incluso si no hay manera de que a las palabras se las lleve el viento,
Porque a los besos tampoco los puedes borrar con el agua.

ScriptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora