Tal vez mis dedos son demasiado lentos
Y mis manos no dan abasto,
Tal vez cerré los ojos y no puedo escribirte mientras te abrazo
Y siento tu cabello frío contrastando con tu tibieza blanca,
Mientras me remonto a la noche de anoche,
Donde en tu cuerpo recostado,
Estando tú de lado,
Tú cintura parecía ser lo más profundo del océano
Donde mis manos se acoplaban a su perfección y tu costado simulaban ser esa montaña ardiente,
Todo lo que necesitaba para volver a ti, era simplemente volver y respirarte,
Cerrar los ojos y disfrutarte,
Necesitaba los lugares donde el sol del verano te alumbra
Y besar las quemaduras de tu rostro,
Para que vieras que los besos míos no curan a nadie,
Que son la expresión egoísta del tu gustarme,
Pero si te gustan mis besos,
Mi mano subirá a acariciar la mejilla que no estoy besando
Y te imaginaré con los ojos tan cerrados como los míos
Y te confesaré en mi mente que pienso en lo pequeño de tus ojos de sonrisa cuando me ampara la calmada noche,
en tu sonrisa pintada,
Y tu expresión al mirarla a ella.
Mientras te desdoblas y una parte de ti me visita,
Un sonido de dicha emerge desde lo profundo de mi garganta solo por pensarte.
