Tengo eventos entrecortados cuando pienso en qué haría si la tuviese en frente,
Mi mente vaga por muchos lados y dice muchas cosas, pero en verdad me paralizaría de pudor,
Aunque se que su sonrisa me doblaría las entrañas invitándome a aquel primer contacto de nuestras mejillas, a posar mis manos en su cintura.
No podría despegarme de su cintura mientras mi mirada salta entre la suya y el suelo,
Esperando que sea ella la que adivine que mi piel quiere sentir su calidez.
Hay un ínfimo pabilo que separa su hombro de la desnudez, es nada, pero cae hacia un costado y es todo,
El ligero vestido suelto, pegado a su cuerpo por el viento pende de de un hilo por el otro lado
Y el pudor nuestro es espeso,
Aprovecho la excusa y tocó su piel para devolver la tela a su sitio mientras espero señales de frío, que me pida el calor que estoy dispuesta a darle,
La piel se eriza
Y ese es el desencadenante de que ahora esté entre mis brazos ,
pegada a mí cuerpo
Y es que no puedo con su piel fría, ese color tan blanco amenazado por quemaduras de sol.
Imagino el brillo de su piel nocturna,
Qué de noche ella podría ser mi luna,
la cubro de mi abrigo,
Cómo tantas veces la arropé de mis sábanas
Para que se quede conmigo hasta la noche,
me dé tiempo de memorizarle,
De contar sus respiraciones y aprender sus latidos,
Tal vez hablar,
Solo tal vez y me hable, para sentir la vibración de su voz,
Un canto suave,
Un susurro, una melodía
Como las que me gustaría darle .
