sed

211 13 2
                                    

Tengo los ojos inyectados en mar y no en sangre,
Mis lagrimales se han bebido la sed de mi alma
Y mi alma supo lo que es el pecado
Y creyó merecer su castigo,
Cada azote,
Merecí mi piel contra la murra,
Volverse negra con lunares rojos.

Me arrastro,
La punta de los pies y de los codos y vuelvo como los perros,
Ya soy serpiente para evitar las balas.

ScriptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora