noche

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Aprendí a besar lentamente,
Aprendí en tu boca,
Me enseñaron tus labios.

Aceptaste los míos resquebrajados como un desierto helado,

Hay un bálsamo de miel tibia en tu boca que  llena de humedad el cuerpo.

Sujetaste mi mandíbula temblorosa y me quitaste los miedos con una caricia
Y la sonrisa de tus ojos que se cerraron lentamente a medida que mi corazón se aceleraba.

Fuí frágil entre tus brazos
Y débil.

Mi torpeza y mi timidez te lo entregaron todo,
Menos un beso a tu altura,
Sin embargo me llevaste al éxtasis nuevamente,
El éxtasis de tus escritos era el éxtasis de tus palabras que fueron a parar mudas sobre mi boca,
La caricia de tus manos,
La caricia de tus labios.

Volví a la etapa oral succionando tu cuello,
Tú piel era mar,
mis besos vagaban a la deriva,
yo embriagada de tu aroma solo  buscaba encontrarlo.

Nuestros suspiros se mezclaron,
Cómo tu piel y la mía,
Tus labios,
Los míos.

A la noche eterna le faltaron horas en tus manos,
Y al invierno frío
Contra el bochorno primario.
Muestras manos amanecieron con nuestros dedos tímidamente cruzados,
Las hadas juntaron
En una sola trenza tu cabello con el mío
Y al despertar tus ojitos me vieron

Mirándote

ScriptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora