Eras miel
Lo sabía sin saber que lo eras,
Y eras Carmen y bonita sin saberlo cuando el agua al cuello dió el aviso de "me enamoré".
Tengo los dedos repletos de tu dulzor salado,
De tus contradicciones.
Besé tus hombros repletos de las marcas del mundo,
Del peso en ellos,
Las marcas rojizas y blanquecinas repletas de relieve,
El morado,
El morado y los cardenales verdes,
La ojeras azules y las galaxias del alma.
Hay sentimientos
Y hay brotes,
Cosas a medio camino,
Este secreto de schrödinger entre tú y yo, las cosas que nadie sospecha que existen y que nadie podría probar,
A pesar de ser tan reales y tangibles,
Porque memoricé tu cuerpo con mis manos
Y tú rostro como un ojo de lince identificado.
Me crié contigo
Áurea y Fibonacci,
Solitarias como los números primos.
Puede que me recuerdes a alguien, a las primeras cosas que me encantaron en la vida, a todo lo que existió antes que tú,
Todas las cosas,
Todos los momentos que jamás pudimos tener juntas,
Pero de ahora en más tú eres esa niña rubia y desconocida de los juegos del parque,
Esa niña que me pareció ver una y otra vez aunque jamás la haya visto
Y eres esa mujer que me hizo amar cosas que jamás entendí.
Porque me dije que ya no ibas a jugar sola, que yo iba a estar para ti.
Encuéntrame en ese sueño dormida, en el interminable pasillo,
Girando con el ojo morado,
La punta de los dedos machacados,
Sé mi princesa de hielo con la mirada ya harta de mí,
Encuéntrame llorando debajo de la mesa,
No digas nada, solo sonríeme como si yo supiera escribir la palabra "sonrisa" y yo te busco en donde quieras que te encuentre,
En el silencio,
En medio de los gritos sordos,
Te busco y te encuentro en medio del zumbido,
Pongo mis pequeñas manos en tus orejas,
Y tú las tuyas en las mías,
Espanta mi amargura con tu miel y yo la tuya convidándote dulces.
