sueño siamés

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Tengo la clarividencia de sus ojos transparentes como ventana del alma, en el centro la niña negra, negra, completamente oscura la fuente donde van y vienen sentimientos dulces que son suaves y son cálidos y limpios.

No puedo analizarlos para ver si son realmente así de cristalinos porque vienen ampliados y se llevan mi conciencia hacia un deseo de fundirme en un abrazo, de volver a ella, al sitio del que fuí despegado.

Sé que este dolor es carne viva, una herida abierta, un vestigio de otra vida en la que nacimos siamesas, pegadas por el frente, cuando éramos una en un espectáculo de escándalo:

Mi boca pegada a la suya en un eterno beso

Mi pecho en el suyo y ella en mí pecho,

Por siempre contra el mío,

donde la siento,

Donde la puedo sentir y tocar.

Eternamente enajulada entre sus costillas, ese es el lugar en donde me siento ahora

En aquel mito estábamos juntas,

tan juntas,

hasta la intimidad más profunda

Y esta sensación en mi espalda

Es la falta de su caricia.

Era un espectáculo horrible de mirar, pero hermoso de sentir,

Por eso en esta vida yo la buscaba y la abrazaba con el cariño más grande,

Con un deseo voraz,

Le tenía entre mis brazos

Y no la soltaba más

Este era nuestro lazo

Y nuestro lazo con el mar.

ScriptoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora