Creo en cada palabra que dice,
Amo a la mujer que es
Y la que todavía no es,
La que puede ver ella,
Y la que no ve,
A esa que solo yo veo,
La que muestra,
La que se muestra
La que me muestra,
Y la que no se deja ver,
La que está siempre oculta,
La que le causa orgullo
Y también a la que le dice patosa.
Le vi el costado bello a todas sus facetas,
Y lo digo en un intento de poema
Porque cuando se acerca se me secan las palabras,
Y cuando sus lágrimas van a dar a mí rostro se me seca el alma,
Pero cuando sonríe,
Cuando sonríe corre un torrente de agüita fresca de abril a noviembre,
de otoño a primera en mi cuerpo.
Cuando florece su alegría, florecen los almendros,
las ciruelas,
los cerezos
y sus labios pasan de botón de rosa a abrirse en su máxima expresión y fragancia.
Era todo o nada a cambio de sus susurros y sus mañanas.
