Nuestro primer embarazo - Pt.1

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• DÍA #432 •

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Saidai, Sakura y Ryota llenaron los pulmones de aire, dieron un paso dentro de la aldea y liberaron todo el oxígeno de sus cuerpos con severo alivio. Hinata, un paso atrás sonrió incómoda.

—Jamás me sentí tan... ¡tan aliviada! —Sakura volteó y agarró a Hinata de los hombros mientras el ocaso se perdía a la distancia. — ¡Nunca más, jamás, vuelvas a dejar la aldea si tienes hijos adentro o afuera!

Hubo un pequeño silencio en el grupo.

— ¿Segura que eres jounin? —dijo Ryota sin darle mucha importancia al verla molesta por la broma y continuó el camino hacia la Torre para dar el reporte.

Sakura y Hinata vieron a Saidai ocultando una pequeña sonrisa.

— ¡N-No quería que sonara así! —contestó Sakura con las mejillas rosadas, pero Ryota levantó el pulgar para ignorarla y Saidai se aproximó unos pasos con aquella seriedad característica.

—No le preste atención. Preferiría que me acompañe al hospital para atender a los niños y que Hinata-san esté con Ryota.

—Pero ella tiene que venir también. —Sakura tomó el brazo de Hinata y lo levantó. —La herida. ¿Recuerdas?

—Creo que será más apropiado no mencionarlo. —Sakura miró al líder muy confundida. —Ya le indiqué a Ryota que tampoco lo mencione y si no le importa, Sakura-san, podría mencionarle el motivo en un lugar más privado. —Tanto Sakura como Hinata abrieron los ojos de par en par, el color de la mejillas de la médico se intensificó tenuemente y Saidai dio media vuelta para ir al hospital.

Ambas se miraron pasmadas.

—Se... Seguro lo malinterpretamos. —aclaró Hinata alejándose un par de pasos para alcanzar a Ryota.

— ¡Espera, Hinata! A las ocho es la recepción de la boda de Naruto, ¿vas a ir?

— ¡Claro que sí!

Las dos se sonrieron y ambas alcanzaron a sus respectivos compañeros, pero sólo una de ellas se acomodó un poco el cabello antes.

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Una vez dentro del lugar, Jun se perdió entre los invitados, pero no le prestó atención ya que sólo evitaba no bostezar. Estaba muy cansado, hubiera preferido no asistir, pero era la boda de su mejor amigo y ese no-se-qué en la nuca fue lo que lo levantó de la cama, lo vistió con ese kimono que mostraba con orgullo su abanico en la espalda y terminó de pie cerca de la mesa de bocadillos.

— ¡Sasuke-kun, que...! horrible te ves. ¿Te encuentras bien? —dijo Ino arrastrando a Sai de la mano. —Si gustas puedo quitarte esas ojeras con un poco de maquillaje. —Él chasqueó la lengua. —No me costaba nada intentarlo. —agregó ella en un suspiro.

—Creo que una mascarilla con pepino sirve para las ojeras. —dijo Sai tomando un vaso con refresco para Ino y pasándole una copa de vino a Sasuke igual a la de él.

— ¡Es verdad, cariño! Pero creo que nada de lo que usemos es para Sasuke.

—Si no te ves bien para tu esposa se aburrirá de ti y te dejará por un hombre atractivo. —agregó Sai con un sorbo de vino, Sasuke arrugó la frente.

—No creo que Hinata abandone a este hombre ni aunque se le cayera todo el cabello.

—Cállense. —dijo con una vena palpitante en la frente tomando la copa casi de un sorbo. Ino y Sai no ocultaron la sonrisa por lograr molestarlo.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora