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• DÍA #51 •
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Abrió los ojos con cuidado, el trino de las aves en el exterior la despertó con suavidad, pero casi destroza esa calma con un grito cuando el rostro de Sasuke apareció en primer plano a unos pocos centímetros de donde ella se encontraba.
Su cabeza descansaba sobre la porción de brazo izquierdo, tenía la respiración lenta y, por un segundo, creyó que estaba acompasada con el canto de los pájaros en el exterior. Aún dormía. Un par de mechones oscuros cubrían parte de su rostro, pero aún podía apreciar sus largas pestañas. En ese estado no parecía tener una actitud tan distante, incluso podría decirse que le parecía tierno; como un niño.
Apartó las manos de su boca —se cubrió a sí misma para no gritar al verlo— y con mucho cuidado empezó a retroceder para bajarse sin despertarlo; seguro su misión fue mucho más agotadora de lo que ella vivió con Shino y Kiba; quienes tuvieron que seguir a un grupo de asesinos en las fronteras de Amegakure. Logró abandonar el lecho sin problemas y salió de la recámara para preparar el desayuno.
Revisó la refrigeradora. «Oh... Hay que hacer compras.»
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Dos horas después, ya con las compras hechas para preparar las tres comidas del día —el desayuno listo—, Hinata entró a la recámara para despertarlo. Se detuvo un segundo al ver cómo dormía, pero no le dio importancia y siguió con su acción.
— ¿Sasuke-kun? —lo movió levemente del hombro— Sasuke-kun, el desayuno. —Abrió los ojos, ella estaba de pie al lado de la cama. —No quería interrumpir pero, eh, ya son las once y, bueno... —caminó a la puerta— Serviré mientras. —dijo un poco tímida esperando que no se enfadara por haberlo despertado; le extrañó verlo dormir hasta tan tarde pues, en todo el tiempo que llevaban juntos, él no pasaba de las ocho; salvo los primeros días de en la mansión. Sasuke restregó sus ojos un tanto molesto, pero cuando se dio cuenta que estaba abrazando la almohada de Hinata una vez más, se cabreó y la tiró al suelo.
Ella... ¡lo vio! y... ¿no dijo nada? ¡Vaya forma tan patética de iniciar el día!
Terminaron el desayuno con una conversación rápida de la misión de ambos, Hinata preparó bento para llevar al Distrito y continuar con las reparaciones. Estaba asombrada de lo mucho que había progresado en la limpieza después de que ella se había ido a la misión; él no dijo nada al respecto.
No congeniaron mucho durante los últimos toques de limpieza, ambos quedaron de acuerdo en iniciar con la reparación del tejado antes del suelo y paredes.
Almorzaron mientras hablaban del clima y lo mucho que había cambiado el paisaje ahora que era primavera. A decir verdad la única que hablaba era Hinata; Sasuke era un mero oyente que la observaba cada cierto tiempo mientras ella platicaba con un tinte dulce y tímido.
Después del almuerzo la tarea continuó una vez más y Hinata se encontró con un insecto en su hombro, pero no era cualquier insecto; reconocería ese tipo donde fuera.
— Shino-kun debe estar por aquí. —murmuró— ¿O estás paseando solo?
El insecto realizó un movimiento de patas que ella no supo como interpretar y luego salió volando, seguro regresaba con Shino. Ella se despidió moviendo la mano como si fuera un conocido. Sasuke la miró extrañado mientras pasaba por el jardín para dejar unas tablas viejas en el montón, ella no lo vio y él no dijo nada al respecto cuando vio al insecto desaparecer en el ambiente.
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Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...