Nuestros terribles celos - Pt2

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• DÍA #284 •

Ese día Hinata se levantó llena de energía y felicidad porque descansaría por unos días. Sasuke todavía yacía dormido en la cama completamente desnudo, pero no lo despertaría porque sabía que no la dejaría arreglar las habitaciones de las visitas, recibir a las visitas, o siquiera salir de la alcoba. Estaba un poco agotada por lo que hicieron la noche anterior y la madrugada de ese día, y la noche anterior a esa... y la anterior a esa anterior. En realidad no lograba comprender cómo obtenía tanta energía para arreglar el patio y luego llevarla a la cama por horas, pero al menos estaba más tranquila de que él había aceptado el usar condones desde hace unos cuatro días; así ya no tendría que ser la única encargada de protegerse de una sorpresa para la que no estaban listos.

-Ya... ¡Ya voy! -Exclamó desde la escalera cuando escuchó la puerta.

- ¡Hinata-chan~! -Expresó Suigetsu con una gran sonrisa. -Es un placer verte de nuevo.

-Lo mismo digo, Suigetsu-kun. -Él miró detrás de ella, pero al no ver ningún otro rostro familiar entró a la casa luego de darle un rápido beso en la mejilla a la anfitriona.

- ¡Agh! -Exclamó Karin rodando los ojos. -Se lo diré a Sasuke-kun. ¡Y que seas su esposa no te salva, eh! -Entró sin saludar ni pedir permiso, dejando a Juugo con todo el equipaje.

-Señora Hinata, buenos días. Con permiso. -Dijo Juugo. -Si es tan amable de indicarme las habitaciones yo mismo dejaré las maletas allí.

- ¿Dónde está Sasuke? ¡Eh, Sasuke! ¡Despierta! -Gritó Suigetsu en la base de la escalera sin recibir respuesta.

-Hinata, ho... hola. -Saludó una demacrada Sakura al final del grupo; tenía mal aspecto, como si no hubiera dormido desde hace tres días. -Disculpa que no pase, pero en realidad quiero alejarme de ellos. -Expresó molesta e incómoda en dirección a los más delgados y llamativos del ex-equipo Taka. -Yo espero que con Sasuke-kun esos dos se comporten un poco. -Sakura acomodó un poco su cabello, restregó sus ojos y adquirió una postura orgullosa. -Se quedarán aquí los tres días que indicó el Hokage; nos vemos en unas semanas.

-Sí, sí, sí. -Expresó Karin moviendo la mano al aire, revisando las habitaciones del primer piso como una terrible suegra, Juugo se despidió con cortesía, pero al chocar los ojos de Sakura con los de Suigetsu, Hinata sintió algo de tensión que Sakura ignoró rápidamente al dar media vuelta para irse de ese molesto grupo de una vez por todas.

-Es genial quedarse en una casa con espacio. -Dijo Suigetsu ignorando lo que pasó al mirar a Sakura. -Dime, Hinata-chan. ¿Ya está el desayuno? Porque si no, entonces con mucho gusto te ayudo.

-Qué amable, Suigetsu-kun. Primero permítanme llevarlos a las habitaciones; están en el segundo piso.

El vistoso grupo la siguió por las escaleras: la habitación en donde estaba su antigua cama fue para Karin, mientras la otra recámara se destinó para los hombres. Ella se disculpó por no tener mas que unos almohadones, pero a Juugo y Suigetsu le pareció mucho mejor que algunas de las frías y duras cuevas de Orochimaru.

- ¡Sasuke-kun! -Expresó Karin al salir de la habitación de sus amigos luego de inspeccionarla. -Ya era hora de que despiertes. ¡Qué falta de respeto que no nos recibieras tú! -Regañó cruzando los brazos.

- ¡Sasuke, compadre! -Exclamó Suigetsu con una palmada en el hombro. - ¿Cansado, eh? -Murmuró levantando una ceja sin que escuche Hinata, pero Sasuke lo ignoró. -Es tan amable de tu parte que permitas quedarnos en tu cálido hogar y no en ese hostalucho barato que nos paga el Departamento de Investigación.

Sasuke observó al grupo con detalle, chasqueó la lengua de mala gana y bajó las escaleras luego de mirar a Hinata por unos estáticos segundos en los cuales recordó la noche pasada con la imagen de su rostro ruborizado y ese estilizado cuerpo desnudo bajo el suyo gimiendo con deleite; carraspeó un instante para calmarse al saber que no pasaría en ese momento... ni en los próximos tres largos, jodidos y horrorosos días con esa peste en su casa.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora