Nuestros terribles celos - Pt1

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Nota: Clasificación M+18

• DÍA #278 •

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Ambos se encontraban a la mesa degustando el rápido almuerzo que Sasuke preparó con lo primero que encontró en los estantes y el refrigerador. Era ligeramente extraño el aura en la cocina. Ninguno sentía vergüenza y ninguno miraba al otro de forma incómoda o libidinosa, pero tampoco estaban sonriendo a pesar de que en el pecho de cada uno había una incontrolable sensación de calma y excitación por la alegría de tener al otro frente a frente en ese diminuto comedor.

—Sa... Sasuke-kun yo, eh, pues... pues... —Hinata quería decir muchas cosas, pero al mismo tiempo no conseguía más que tartamudear.

—Juugo sugirió adecuar en la casa un dojo. —Interrumpió él para ayudarla a salir de ese bucle de monosílabos y, además, para serenar ese pensamiento interno de no ir tras ella si se veía tan tierna y sexy al mismo tiempo. — ¿Tú qué piensas? —Hinata levantó la mirada del plato a medio terminar y centró sus grandes pupilas blancas en él. —Sé que en la Mansión de Hiashi hay uno y en la mía lo hubo. Deberíamos tener el nuestro.

Cuando Sasuke pronunció la palabra "nuestro", ella sintió una cálida explosión en su pecho.

—S-sí... Me parece... Me parece bien si a ti te parece bien. Po... Podría ser nuestro nuevo proyecto. —Añadió ella con una tonta sonrisa y las mejillas rosadas, haciendo que Sasuke baje la mirada de forma sutil por los recientes recuerdos. —Pero dónde...

—Toda la cuadra me pertenece. —Ella abrió los párpados de par en par. —No te asombres, el distrito era sólo de Uchihas después de todo.

—Ci... Cierto...

—Ahora que soy jounin tendremos más ingresos, así que podremos adecuar la casa como se debe.

— ¿Eres jounin? —Exclamó ella con una sonrisa. — ¡Felicidades, cariño! —Ambos se miraron de golpe, ella sonrojó de forma veloz y antes de que ese impulso en el pecho de Sasuke lo lleve sobre ella como un tigre a su presa, un maullido los interrumpió. — ¡Ku... Kunai-chan! —Ella estiró la mano para tomar un sobre de bordes dorados que le pasaba la gata. — ¿Qué es?

—La invitación para la boda de Ino. —Respondió Sasuke con un toque de amargura por el animal entrometido.

Hinata abrió el sobre y encontró una bella tarjeta con decorados de flores, letra manuscrita impresa con estilo delgado y lo más llamativo, lo más dulce, fue leer: "Para: Sasuke Uchiha y Hinata Uchiha" en la parte inferior.

—Aquí dice que será en un par de semanas. —Exclamó Hinata con gran asombro por la rapidez, aunque al recordar su propia boda no la tomó tan por sorpresa. Sasuke se levantó de hombros. —¿Podemos ir? —Agregó ella con un suave tono de expectativa.

—No hay opción. Ino no me dejará tranquilo si no vamos.

Sasuke terminó su café sin darle más importancia, dejó la cocina con rumbo a la habitación donde una puerta rota lo esperaba desde la noche pasada. Hinata terminó de lavar los platos y siguió los pasos de su esposo hacia la sala, donde lo encontró recogiendo escombros y quitando la inservible puerta de madera. Ella permaneció de pie, observando en silencio, hasta que él la hizo dar un ligero brinco por sus palabras repentinas.

—Si estás pensando que soy un cobarde por ocultarme anoche en el patio...

—¡Jamás pensaría algo como eso! —Respondió interrumpiendo con sentimiento. —Yo sólo estaba pensando que... que tú... que tú, tal vez... querrías... —Sasuke levantó la mirada y la encontró ruborizada, retrocediendo lentamente hasta el marco de la puerta para intentar ocultarse como una niña mientras sus dedos jugaban delante de su pecho de manera infantil.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora