Nuestra primera discusión

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• DÍA #266 •

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Para ser otoño las tierras que cruzaban eran sofocantes.

Desde que abandonaron el campamento de Kirigakure, Sasuke había notado un cambio drástico en dos personas que formaban parte del nuevo equipo.

—... y así termina en tigre. ¿Ves? ¡No vayas a meter la pata! ¡Recuerda que los Uzumakis somos expertos en esto! —Regañó Karin a Naruto mientras caminaban por el bosque— ¡No! ¡Te dije perro, tigre, perro, ave, tigre y de allí en reverso con un salto par entre ellos y de nuevo el doble de regreso! ¡No seas idiota!

— ¡Ay!

Él hizo media sonrisa cuando Karin le dio un golpe en la nuca al rubio, que trataba con fuerzas de aprender aquel complicado sello de destrucción que Karin realizó como si se tratara de un mugroso clon.

Miró a la pelirroja por un breve segundo antes de seguir alerta.

Desde hace más de una semana pensaba seriamente en agradecerle a Karin lo que sea que le había dicho a Sakura en el campamento ya que la pelirrosa había dejado de mirarle con rabia. Sin duda, el cambio que mejor le venía a Sakura desde que la había vuelto a ver a su llegada en la aldea luego de dos años fuera. Karin también parecía tomar a bien la noticia de su boda, pues había dejado de insinuarse —no era ningún tonto con respecto a lo que la Uzumaki sentía por él—; sin embargo el segundo cambio drástico no era Karin, sino Shikamaru.

A él poco le importaba esa cara tensa y los músculos rígidos, pero debía admitir que sea lo que sea que tenía que enfrentar en Suna, no le sentaba bien.

— ¡Te dije que así no!

— ¡Ay! ¡Deja de hacer eso, de veras!

— ¡Te golpearé hasta que te lo grabes! ¡A punta de sangre si es necesario! ¡Esto es de vida o muerte!

— ¿Como la soportaron? ¡AH! —preguntó Naruto en dirección a Sasuke y Suigetsu seguidos por Juugo, pero el Uchiha permaneció callado dándole paso al peliblanco y disfrutando como Karin le daba otro golpe en la cabeza a su amigo.

— Yo aún no la soportó, pero Orochimaru-sama la protege porque es especial... Y algo inteligente también, creo.

— ¡Cierra la boca tú! —regañó ofendida apuntándole con el dedo y volviendo puntiagudos los dientes.

— Naruto es lento. Golpea lo que haga falta. —expresó Sasuke mirando al rubio quien no tardó en maldecirlo en voz alta, lo que le agregó un golpe extra por ofender a Sasuke. Si bien Karin había empezado a dejar de lado su coqueteo, no iba a permitir que alguien le faltara el respeto en su presencia.

Orochimaru, por otra parte, estaba interesado (como de costumbre para Sasuke) en algo relacionado con un niño que apareció en la aldea y que tarde o temprano lo involucraría a él; pues le había insinuado algo por el estilo. Pero a Sasuke le daba igual lo que su antiguo maestro le dijera, sólo los soportaba porque al este de Suna, en una cueva, se había encontrado otra de esas Runas y disponían a estudiarlas. Siempre que no se activen antes. Sin embargo, entre tantos dramas y molestias del ex-equipo Taka, debía estar un poco agradecido con Orochimaru por explicarle que ese aumento en su red de Chakra se debía a que el brazo tenía células del Primer Hokage y, al parecer, estas interactúan con el Rinnegan otorgándole un poco más de resistencia.

También estaba interesado (sin admitirlo jamás) en el uso de dichas runas que, según lo que comentó Orochimaru en la reunión, eran puertas a la misma prisión, cuyo objetivo era encerrar a los poseedores del Byakugan, y aunque no estaba definido el por qué sólo se llevaba a miembros de ese Clan, era más que obvio que involucra a Kaguya. Lo que creaba una pregunta silenciosa entre todos: ¿Cómo sabían los Uzumakis sobre ella? Sasuke pensaba que, tal vez, los Uzumaki tenía oculta una roca como la que su padre ocultaba bajo la casa en el sótano.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora