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• DÍA #417 •
—Ah, Ibis.
—Sí, doctor.
—Indícale a la doctora de turno que los niveles bajos de hematíes, hematocritos y hemoglobina son porque está embarazada.
¿Qué? ¿Qué dijo el sujeto? Sasuke vio la camilla alejándose de su posición para ingresar en el ascensor; Hinata inconciente en ella. Pero sus pies no le respondían. ¿Qué habìa dicho el hombre? Sabía que estaba inmóvil. Deseaba con todo su ser seguir esa camilla dentro del elevador para saber el estado de salud de su esposa, pero no conseguía que sus malditas piernas obedecieran. ¿Qué había dicho el doctor? La mujer larguirucha le dijo algo con un tono marcado de enfado, pero ninguna de esas palabras se procesó en su cerebro. ¡Qué demonios había dicho el maldito médico!
El suave timbre del ascensor calmó la tormenta de palabras en su cabeza y entonces fue capaz de recuperar la movilidad de su cuerpo. Fue entonces que volvió a respirar y fue entonces que una cascada de hielo —el más frío que pudieses imaginar— le recorrió la columna como una babosa descendiendo la pared.
"Ella está... embarazada" Se dijo a sí mismo capaz e incapaz de creerlo. "Hinata está embarazada" Repitió esperando... Esperando... ¿Esperando qué?
Miró la puerta de emergencias.
Una horrible y familiar sensación llegó a sus pies. La recordaba muy bien. Era ese sentimiento que le había alejado de ella después de la confesión. Dio un par de pasos hacia la puerta y apretó los puños. ¿Es que acaso pensaba huir otra vez? ¿En qué tipo de imbécil se había convertido para hacerle aquello por segunda ocasión? No... ¡No! ¡NO!
Apretó la mandíbula y corrió a las escaleras después de ver el número en donde se detuvo el elevador. Llegó al tercer piso con el corazón acelerado, pero sin demostrarlo en el exterior. Abrió la puerta con un toque de pánico que intentaba ocultar, pero que claramente cualquiera que estuviera cerca lo notaría.
¿Dónde diablos estaba? El piso estaba lleno de personas mayores deambulando de un lado a otro. Claramente no era maternidad, o el endemoniado piso en el cual debía estar.
—Qué agitado te ves, Sasuke-chan. —dijo una voz familiar cuando iba rumbo al ascensor para regresar a recepción y preguntar por Hinata. — ¿Hinata-chan está bien? ¿Le pasó algo al bebé?
Se detuvo en seco y dio media vuelta con los ojos no tan abiertos, pero se notaba su sorpresa. La anciana se río a carcajadas al darse cuenta que la actitud de Sasuke no se debía a algún accidente; sin embargo a él le provocó una vena palpitante en la frente.
—Así que te enteraste hace poco.
Sasuke no dijo nada, pero su mirada llena de molestia mezclada con sorpresa le preguntaba a la vieja en el silencio: cómo se enteró. Aunque luego de medio pensarlo un poco por tanto ajetreo en su cerebro se iluminó con la idea de que Hinata llevaba algún tiempo en ese estado. Entonces la pregunta que debía hacer era: ¿Desde cuándo?
—Los criadores de animales tienen el sentido del olfato agudo para estos casos. Sobra decir que los animales lo tienen desarrollado aún más. —La mujer se acercó y le dio una palmadita en el hombro. —Ahora regresaré con Tamaki-chan. Su consulta debe haber terminado. —La mujer entró al ascensor y mantuvo la puerta abierta. —Pediatría y Ginecología están en el piso cuatro.
Sasuke entró como un niño al que le habían dicho que tenía que recibir una vacuna y revisión dental al mismo momento. Los pocos segundos en los que duró el recorrido del piso tres al cuatro le tomó varias vidas, pero no salió hasta que las puertas intentaron llevarlo de regreso a la planta baja. Miró para varias direcciones con discreción. Habían muchas personas desde su apreciación. Doctores, enfermeros y pacientes caminaban de un lado a otro. Una que otra pareja estaba sentada esperando algo, habían hombres en varias parte de ese piso caminando o sentados o conversando entre ellos con alegría mezclada de preocupación. ¿Dónde estaba la enfermera que se llevó a Hinata? Dio un par de pasos sin saber qué hacer con exactitud.
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Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...