Nuestro frenesí oculto

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Disclaimer: Esta historia es completamente de mi imaginación, utilizando los personajes del mangaka Masashi Kishimoto-san

Yo espero que sea de su agrado.

Nota: Clasificación M+18

ADVERTENCIA: El siguiente cap contiene SMUT, favor leer en un lugar
privado para no ser responsable de sonrojos y gritos de emoción sospechosos.

• DÍA #277 •

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Las gotas de agua rodaban por el tejado y caían suaves en la tierra. La brisa movía los charcos y las ramas danzaban alegres por la frescura del otoño. Los escombros húmedos, los terrenos despejados, el distrito se invadió rápidamente con pozas que reflejaban la luna en apenas un hilo blanco tras gruesas nubes grises y no había otro sonido en el exterior más que el ritmo que marcaban las gotas contra la superficie final.

Hinata se veía calmada, perfecta. El calor de sus delicadas manos rodeando las suyas le podía asegurar que se moría de los nervios por el sudor tenue y el rubor que recorría lado a lado de sus mejillas haciéndola ver espectacular. Sus labios lo seducían de manera sutil y le costaba trabajo mirarla a la cara si unos centímetros debajo tenía dos grandes regalos cubiertos por una tela que poco más y podía ser invisible.

Su boca estaba llena de saliva, pero no por el cuadro en sí que tenía en frente, sino por no querer mover un solo músculo siquiera para tragar. Tenía la horrible idea de que si la empujaba a la cama, si la besaba, si le quitaba el brasier o si tan solo le ponía un dedo encima, ella se desmayaría... o peor; despertaría —aunque no recordaba haberse quedado dormido... ¡Maldita sea! No sabía quién mierda jugaba con su mente: Hinata o un jodido sueño. No quería calentarse si iba a despertar todo húmedo y solo, o que a ella le diera por desvanecerse. ¡Mierda!

"No te desmayes, no te desmayes, no te desmayes, no..."

El tiempo en esa habitación transcurría de una forma extraña. Estaba segura que la lluvia llevaba rato, pero al mismo tiempo sentía que delante de Sasuke sólo habían pasado segundos. El corazón le palpitaba tan fuerte que se imaginaba su cuerpo moviéndose por la presión. La cara era más que un volcán en erupción y seguramente el sudor en sus manos era lo que mantenía a Sasuke tan quieto. ¿Acaso había dicho algo mal? ¡¿Acaso había sido demasiado franca?! No... Debía calmarse. Ella no tenía porqué estar nerviosa. Kurenai le había ayudado mucho aclarando dudas y debía aceptar la idea de que esa noche ambos se volverían un matrimonio real.

"¡... te desmayes, no te desmayes, no te desmayes...!"

Pero aún con las dudas aclaradas no conseguía dejar de repetirse las mismas palabras. Ella le había dicho lo que quería hacer, así que sólo debía esperar a que lo hiciera, pero Sasuke no se movía, no tragaba... ¿Ni pestañeaba? ¿Acaso él estaba...? ¡Sus nervios! Es verdad. Él le dijo hace sólo unos momentos que estaba nervioso. Eso lo hacía, ante sus ojos, todavía más dulce si era posible ya. Él fue franco con respecto a la situación. Quizá si lo ayudaba un poco él podría dejar de ser una estatua y ella conseguiría alejar ese mareo pequeño que la molestaba con desfallecer en sus brazos.

La vio cerrar los ojos con fuerza... En un segundo estaría desmayada sobre la cama, seguro. Pero en lugar de ver su cuerpo lánguido sobre las sábanas, sus manos —¡Ambas manos!— terminaron sobre la suavidad de sus pechos; guiados por ella misma. ¿¡Ella misma?! Decir que sus ojos casi se salen de sus órbitas era demasiado expresivo para alguien como él, pero si ella hubiera tenido los párpados abiertos seguro lo habría visto verdaderamente sorprendido por primera vez.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora