• DÍA #4 •
— Sasuke... —una voz calma y serena llegó con dulzura a su oído. — Sasuke, levántate.
Emitió sonidos de molestia. Claro signo de querer seguir en la cama. — ¡Hijo, despierta! —brincó asustado y sus ojos se posaron en una extensa pradera con pasto hasta las rodillas. No había nadie más cerca. Ni árboles ni casas, ni un horizonte montañoso. Tan solo el verde pasto y un cielo despejado.
Un olor dulce llegó a su olfato. « ¿Dulce? » Levantó la cabeza y una gran cantidad de bolas de dango empezaron a caer de la nada. Intentó escapar usando chakra, pero no pudo. Cubrió su cabeza con el brazo para que lo pegajoso no tocara su rostro. « ¡Pero qué demonios! »
— ¡Sasuke-kun!
Esa voz era distinta a la anterior. Miró a todas partes en busca del poseedor, pero no encontró nada más que pasto y una lluvia de dangos. « ¡Malditos dangos! »
— ¡Sasuke-kun!
El grito se escuchaba cada vez más cerca. La extraña lluvia dulce cesó. Arrugó la frente al notar lo acaramelada que estaba su túnica; por reflejo levantó la vista. Un punto en el cielo despejado y el grito femenino llegó a sus oídos una vez más. Abrió los párpados al comprender de quién se trataba.
Ese cuerpo bajaba con velocidad; asustada. Una extraña sensación apretó su pecho e intentó saltar para atraparla. Pero el recordatorio de no poseer habilidades ninja lo regresó al suelo, resbalando, sin llegar a caer, con uno de tantos dangos. Sus ojos se posaron en su brazo por unos segundos, chasqueó la lengua y apretó la mano con una desconocida energía de disgusto consigo mismo.
El sonido de esa voz angustiada por la inminente caída le impacientaba más ¡y más! Cerró los ojos con fuerza y extendió su brazo llevando la vista al despejado mar celeste superior. — ¡Deja de gritar! —vociferó a unos pocos metros del impacto. — ¡Te atraparé sólo confía en...!
.
— ¡Mierda! —gritó cuando su cabeza golpeó la pared con fuerza. Hinata despertó asustada. Él, con un dejo de coraje, apaciguó el indudable chichón. « ¡No volveré a comer esos malditos dulces! »
— ¿Estás bien? —preguntó al notar que sobaba su frente; acuclillada a su lado, lo contemplaba con un matiz de zozobra.
— Sí, sí. —apartó las sábanas y se levantó cuando ella se levantó. — ¿Qué hora es?
— Mmm... Las diez de la mañana.
Tomó su ropa con rapidez e ingresó al baño. No tardó más de cinco minutos en vestirse para desaparecer de la alcoba sin decir nada en el proceso, dejando a una Hinata desorientada, de pie en medio de la alcoba. Pensó que llegaba tarde a una reunión de la que no tenía ni idea.
.
— Qué sueño más estúpido... —susurró mientras caminaba por la calle principal del centro.
— No creí que Sasuke-san tuviera ese tipo de sueños. Aunque es normal para un joven de nuestra edad pensar de manera inconsciente en ello, más aún después de contraer nupcias. —esa voz. De todos los posibles candidatos, debía toparse con el sujeto raro de los libros de bolsillo.
— ¡Oi, idiota! —de una tienda cercana emergió Naruto con una bolsa de papel saludando de aquella forma zorruna en su rostro. — ¡No te he visto desde hace algunos días, idiota! ¿De qué hablan?
ESTÁS LEYENDO
Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...