Nuestro primer beso

8.3K 461 334
                                    

.

• DÍA #154 •

.

.

Desde el balcón del tercer piso, Sasuke contemplaba a Hinata junto a... ese, platicar en el jardín. No sabía qué decía exactamente por la distancia, pero en el rostro de Kinkaichi no había una sola pizca de felicidad, Hinata tampoco se veía muy cómoda que digamos; era notoria su pena y vergüenza. Ella se levantó, realizó una reverencia marcada y regresó al interior del palacio con un dejo de serenidad que en el pálido rubio era inexistente. Agachó los párpados suavemente y sonrió ladino mientras regresaba al interior del palacio.

.

.

Llegó la noche y el banquete era mucho más elaborado que el de la tarde, Kinkaichi se sentó junto a Hinata como antes, pero con un aire más adulto y falsamente sereno. Una vez terminada la comida, llegaron las bebidas y el sujeto realizó un gesto sutil hacia la cocinera que de un segundo a otro dejó una copa frente a Hinata con un movimiento particularmente tenso que Sasuke no dejó pasar inadvertido. Antes de que ella pudiera ingerirlo, él se lo arrebató y le dio una sutil olfateada que dejó a Hinata confundida y al anfitrión pasmado.

— ¿Sasuke-kun?

— Tengo sed. —dijo calmado y dio un sorbo al contenido después de percatarse que no tenía veneno; no uno de aroma potente. La reacción del sucesor a Daimyo no era de espanto, sino más como una ligera decepción o molestia. Segundos después de haber ingerido el contenido, su cabeza adoptó el mismo estado de pesadez que había sentido cuando tomó las pastillas equivocadas en la farmacia. Entonces reconoció la reacción y supo lo que buscaba el sujeto: drogarla.

— Creí que el esposo de Hinata-dono sería un hombre más culto. —indicó meciendo la copa de agua en su mano.

— Eh... Sasuke-kun es muy directo cuando quiere algo... jejeje... —indicó avergonzada, pero no por la acción sino por la mirada perdida que Sasuke tenía sobre ella.

— Y dime, Uchiha-san, ¿ya tienes un lugar apropiado para cuidar de mi querida... amiga?

— Soy dueño de todo un distrito, futuro Daimyo. —agregó directo y tranquilo mirando al sujeto, sentía que la droga lo mantenía despierto, pero extrañamente más respondón de lo que normalmente sería— Un distrito que cubre tres veces su palacio.

— Sasuke-kun, ¿te encuentras bien?

— Sí. —respondió bebiendo un poco de agua y parpadeando con pesadez, como si estuviera mareado, pero el mundo seguía normal y estático.

— Bien por usted, Uchiha-san. —Kinkaichi bebió otro poco de su bebida con una sonrisa algo escondida— Espero que el arreglo matrimonial no haya provocado que su presencia incomodase a Hinata-dono. —antes de que Hinata interrumpiera por su descortesía, Sasuke habló.

— Está tan cómoda con mi presencia que dormimos juntos... muy juntos. —Hinata miró a Sasuke con confundida sorpresa al no poder comprender su actitud— El resto de detalles son de pareja. —expresó con una sonrisa suave tomándola de la mano. Una parte de él quería callarse, pero parecía bloqueada por esa bebida y la otra, la expresiva, tenía libre camino por todo su cuerpo. La droga le permitía estar consciente, no como las pastillas, pero eso lo volvía aún más estresante ya que no se podía controlar a voluntad. — Y si nos permite, futuro Daimyo, es momento de que ella y yo nos vayamos a la alcoba. Si sabe a lo que me refiero.

Tiró de ella con suavidad y sin poder decir siquiera una disculpa por la extraña e infantil actitud de su esposo, desaparecieron por las escaleras rumbo al cuarto designado para pasar la noche. Kinkaichi suspiró pesado al darse cuenta que Sasuke también estaba interesado en ella y, para su desgracia, tenía la ventaja de ya estar casado con la chica que a él le hacía acelerar el corazón.

Camino ninja del sentimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora