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• DÍA #228 •
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Pensó en ir a casa de Ino hasta que la lluvia pasase, pero sus pies no tenían rumbo fijo si su mente estaba distraída en pensamientos que tenían a Sasuke como primer y único motivo de preocupación.
Mientras caminaba por la aldea a paso lento y con el paraguas empapándose más y más, Hinata meditaba todo lo sucedido desde ese día en el cual partió con Ino y Sakura a Suna. Como Ino le había dicho, la misión no era oficial, sino más como un permiso, pero aún así había abandonado el puesto a mitad de viaje porque hizo mal el dejar a Sasuke lastimado y ebrio en la cama. Tal vez la condición de borracho no tenía nada que ver con ella, pero el golpe en la entrepierna sí, y eso fue algo que no pudo quitarse de la cabeza.
Era cierto que no le agradaba pelear y guardar rencores, era algo que no procesaba su personalidad por más daño que le provocasen, pero jamás se había encasillado tanto con una disculpa. ¿Acaso se debía a que había lastimado a alguien importante y no se había disculpado apropiadamente? O... ¿Era porque no quería que Sasuke se enfadase con ella? No era como si Sasuke la fuese a odiar por algo como eso, pero la sola idea de que él la detestase era incómodo... En alguna parte de su cabeza le causaba un hincón.
¿O era en el pecho?
Paró en seco frente a una dulcería, faltaban algunas cuadras antes de llegan al hostal.
Concentrada en los pensamientos, en sí misma, y la idea de encontrar una manera de disculparse, descubrió que no le dolía la cabeza al pensar que él la detestase, no. Le dolía el pecho. Sentía una pequeña agujita a la altura del corazón. ¿Por qué? Nunca le había pasado antes con alguien de su familia, así que no había forma de comparar la molestia en el pecho, pero ahora estaba segura que quería disculparse con él no por etiqueta o modales, sino porque quería verlo relajado.
Y quien sabe, verlo sonreír sería mucho mejor. «Su sonrisa...» Las mejillas lentamente comenzaron a calentarse bajo la brisa húmeda y el calor en su pecho la espantó cuando el corazón sobresaltó al recordar su mano en la cintura, o su rostro cerca del suyo, o tu torso descubierto, o...
— ¡Hinata! —la voz a su espalda la tensó por completo y aunque no quería girar porque sabía que sus mejillas estaban rojas, no pudo evitar corresponder la etiqueta de los modales— ¡Qué bueno verte!
— Te-Tenten-san.
— Podremos llegar juntas a la fiesta. —Hinata sonrió incómoda.— ¿Te encuentras bien? Estas algo roja. No me digas que estás resfriada porque...
— N-no, Tenten-san. —movió las manos delante de su cuerpo rápidamente, descubriéndose y cubriéndose con el paraguas sin darse cuenta— E-estaba camino hacia allá. —fingió una sonrisa, pero incluso si no la conociera, sabía a todas leguas que era falsa.
— ¡Genial! —respondió la muchacha dándole un empujoncito para avanzar ignorando su actitud, porque a ella no se le daba de molestarla o de preguntarle temas personales— Tengo entendido que Tamaki-san también está invitada. —Hinata asintió y se relajó al ver que el tema de conversación se centraba en la fiesta— Pero creo que Ino se pasó con esto de alquilar una sala allí. Es costoso.
— Yo pensé lo mismo, y se lo expresé, pero Ino-san me dijo que no le diera importancia. —el ardor poco a poco desaparecía, así como el color que Tenten había presenciado en un comienzo.
— Ino siempre ha sido así. Admiro como maneja la florería y sigue con las misiones, además de los deberes de líder en su clan. —Hinata sonrió amigable y continuaron platicando trivialidades camino al hostal.
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Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...