.
• DÍA #81 •
.
.
No sabía cómo apartarla de él y ya empezaba a molestarle su llanto. Dejó de apoyar su barbilla en la cabeza de ella y con un poco de molestia la tomó del hombro y la apartó; ella reaccionó con tranquilidad. Las lágrimas en su rostro ya no salía como antes, pero sus ojos rojos junto a esas mejillas le daban una apariencia depresiva que, de una manera extrañamente infantil, iluminaba el color perla de sus ojos. Secó su rostro con ambas manos antes de fijarse en él con una corta sonrisa.
— Gra... Gracias... —murmuró avergonzada por la escena.
Él no respondió, pero sí la contempló por un momento corto en el silencio del lugar.
Dio media vuelta hacia la entrada para tomar el callejón hacia el departamento, pero cuando ella pensaba elegir el camino hacia la calle principal, Sasuke dobló hacia el lado opuesto. Ella lo siguió a un paso de distancia, cubierta desde los hombros por la capa. Una cuadra más adelante continuó el camino al departamento, hasta que volvió a escoger una ruta diferente. Luego de varios callejones, correctos o equivocados, ella levantó la cabeza lo suficiente para observar a Sasuke —en realidad sólo podía apreciar su espalda— e intentar descubrir lo que estaba haciendo. ¿Quería ir a casa o no? ¿Acaso sólo gustaba de caminar de esa manera tan extraña antes de ir al departamento? ¿O, seguramente, él quería estar solo después de lo que había hecho por ella y no se había dado cuenta que lo seguía?
No.
Ella era delgadita y pequeña, pero no invisible.
Unas risas la distrajeron de su mente y antes de poder ladear un poco su torso para observar a las personas, Sasuke se detuvo de golpe, la rodeó con el brazo en un movimiento rápido y sin crear mucho escándalo la ocultó de un par de señoras que conversaban con mucha confianza. Abrió los ojos al darse cuenta de lo que él estuvo haciendo por tanto rato: Evitar a las personas para que no la vieran en ese estado. Cuando las mujeres desaparecieron en la esquina sin notar a la joven pareja en la oscuridad Sasuke la soltó con tranquilidad y, sin mirarla, siguió caminando delante de ella.
Hinata permaneció estática por unos segundos antes de seguirlo en silencio por el resto del camino; el cual les tomó unos veinte minutos más de lo normal.
Ya en la puerta del departamento, Sasuke giró la perilla e ingresó primero. Ella escuchó un ronquido gatuno, como un siseo de disgusto, al que Sasuke no le dio importancia mientras dejaba los zapatos, pero luego de que ella entró y cerró la puerta, la gata empezó a ronronear con fuerza y a acariciarse entre sus tobillos. Ella sonrió con agrado y la tomó entre sus brazos después de sacarse la capa y dejarla colgada donde siempre la dejaba él.
Hinata consentía a la gata mientras se acercaba a la cocina lentamente observando el perfil de Sasuke.
— ¿Sasuke-kun?
— ¿Hmm?
— ¿Conoces a alguien que entrene gatos ninja? —Él le pasó un vaso con jugo para luego coger el suyo. Observó al animal y éste le regresó la mirada como un "Sí, te haré sufrir cuando sepa hablar." Hinata continuó antes de darle el paso— El otro día la llevé al veterinario y le pedí a Hana-san que le hiciera un examen para saber si puedo o no entrenarla.
Sasuke tomó asiento, sus ojos se perdieron en el vacío por un momento antes de responder.
— Conozco a alguien. —esa respuesta creó en ella una chispa de alegría que no demostró con una sonrisa, pero era palpable en su mirada.
ESTÁS LEYENDO
Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...