• DÍA #267 •
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—Hanabi-chan seguro ya fue comprometida con Neji-niisan porque perdí, así que... Está mal. Está mal que sea feliz contigo si mi hermanita está sufriendo ahora. Perdóname... Sasuke-kun. Perdóname, por favor...
Ella lo quería.
No. Más que eso. Era más que sólo un simple gusto. Lo pudo notar en el beso. El corazón le latía tan rápido y tan fuerte que si no dejaba de hablar se le saldría por la boca. Jamás se imaginó que querría tener de esa manera a Sasuke; tan cerca como hace unos segundos. La proximidad, su aliento acariciando sus labios... Sentía mal comparar en ese momento lo sucedido, pero nunca se le pasó por la cabeza hacer algo así con Naruto. Era un pensamiento extraño porque era sucio, pero al mismo tiempo no. Era más como algo tierno. Algo cálido. De verdad su cuerpo y su mente (por unos segundos) se dejaron llevar por el contacto físico esperando más. Sentir más...
Pero no. Estaba mal.
¿Cómo iba ella a permitir que ese nuevo, tierno y excitante sentimiento de felicidad la inundase ahora? ¿Acaso su hermana menor no había sido comprometida con su primo horas atrás? No... No podía ser feliz si dos de las personas que más amaba se encontraban bajo una situación tan mala?
Lo único que quería, lo único que necesitaba en esos momentos, era un abrazo. Sasuke sólo debía hacer lo mismo que en el cementerio, o como en la construcción... Con estar sumergida en su pecho y dejar el dolor salir en gruesas lágrimas bastaba.
¿Y si se lo pedía?
¿Se molestaría después de rechazarlo?
Sus manos desaparecieron en un segundo y unos dedos levantaron su rostro por la barbilla. Unos penetrantes y brillantes ojos negros, tan negros como la noche, la miraban de una forma... ¿Qué era ese gesto en sus ojos? Era igual al que había visto la vez que ella no quiso aceptar los lentes de sus manos en el departamento.
—Hinata. ¿Qué sientes por mí?
—¿Eh?
—¿Qué sientes por mí? —repitió con el mismo tono, pero con más ansias en la voz.
—Yo... yo... —Abrió los ojos tanto al darse cuenta de lo que había dicho que los cerró esperando que al abrirlos de nuevo descubriera que todo había sido un mal sueño. Que sólo fue el estrés el que le había provocado una pesadilla por el encuentro con su primo que, según ella, todavía no se llevaba a cabo porque recién despertaba. Pero al abrir los ojos con cautela quedó petrificada por la profunda mirada de Sasuke quien la seguía sujetando de la barbilla.
Quería cerrar los ojos y no volverlos a abrir jamás.
¡¿Cómo había podido decir eso en un momento como ese?!
Es cierto que en algún punto debía de contarle que su corazón latía muy rápido al tenerlo cerca, pero no de esa manera. No bajo un marco como el que había ocurrido en el dojo de los Hyuga. Ella esperaría a su regreso para que en la calma de la casa, en algún momento en el que los dos estuvieran cómodos y serenos, ella podría encontrar el valor de decirle lo que había pasado desde que Shion había dejado escapar aquello del beso con Sakura. Pero... ¡Pero!...
El tiempo se detuvo completamente.
Sasuke y Hinata se encontraban en una extraña burbuja que les impedía apartar los ojos del otro. Uno tenía la mente en blanco esperando una respuesta que le permitiera reaccionar y la otra tenía tantas palabras en la cabeza que no conseguía abrirla porque temía que lo que saliera no fuera recibido de la mejor manera por el golpe de emociones que demostró ante la pérdida del encuentro.
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Camino ninja del sentimiento
FanfictionDespués de dos largos años de viaje, Sasuke regresa para cumplir con la última disposición del Concejo de Ancianos: casarse por conveniencia. Cuando le dijeron que la Heredera Hyuga era la designada le dio igual, al fin y al cabo su vida ya no tenía...