Empire | J.Jungkook.✔(𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘥𝘢)

Capítulo. 51.

Los rayos de sol que se colaban por mi ventana lograron despertarme de mi placentero sueño, me tallé los ojos con las manos sentándome sobre el colchón, hoy tenía consulta con la ginecóloga para saber como se encontraba el bebé. Me escurrí con pereza de la cama para dirigirme hasta el baño de mi habitación y tomar una ducha tibia... amaba hacer eso cada mañana.

Había pasado ya un mes de lo ocurrido en aquellos almacenes, pero aún, a veces, tenía pesadillas que me hacían despertar sobresaltada a media noche. Jungkook se había venido a vivir conmigo a la mansión por orden de mi padre, pero no compartíamos la misma habitación, Richard decía que eso solo sucedería después de la boda... Bah, como si ya no hubiéramos vivido juntos en el apartamento... Pero esta era su casa, que se le podía hacer. Todo estaba marchando sobre ruedas, mi trabajo y mi vida personal se encontraban en una balanza totalmente equilibrada. Jungkook siguió trabajando en Empire junto a mi padre, ahora convirtiéndose en su mano derecha, tanto que casi apenas lo veía, pero siempre que se escapaba se escurría por los pasillos hasta adentrarse en mi cuarto con la excusa de desearme las buenas noches... Sin dudas amo a este hombre como una loca.

Salí del baño para dirigirme hasta mi vestidor y elegir el conjunto que usaría, quería que fuera algo fresco, mis hormonas estaba alborotadas y en ocasiones solo me daba deseos de arrancarme la ropa y quedarme desnuda, el médico me dijo que era normal con el embarazo, a todo el mundo no le da igual, y yo por mi parte estoy un poco irritada... hay veces que ni yo misma me soporto.

Después de ponerme mi vestido floreado con unas balerinas y enmarañarme el pelo en una trenza que descansaba sobre mi hombro derecho bajé hasta la cocina para tomar el desayuno.

− Buenos días − dije sentándome sobre la isla que quedaba justo en el centro de aquel lugar.

− Buenos días mi niña ¿cómo dormiste? − Luci se giró hasta mí ofreciéndome una enorme sonrisa.

− Bien − suspiré cogiendo una manzana del centro de mesa. − ¿Has visto a mi mamá?

− La señora Vanessa salió por unas cosas que necesitaba.

− ¡¿Qué?! − abrí los ojos de par en par − Pero ella sabía que hoy era mi consulta con la Dra. Lee.

− Quizás Jung...

− ¡No! − la interrumpí − A ese ni mencionarlo, está "trabajando".

Estaba sintiendo como todo mi cuerpo se acaloraba de la ira, otra vez me tocaba ir sola a la dichosa consulta... Perfecto.

− Tú nunca se lo has pedido − dijo Luci colocando frente a mí el desayuno.

− ¿Para qué? − enterré con fuerza el tenedor dentro del waffle − Para que me diga que no puede.

− Pero si nunca le has dicho, ¿cómo sabes que te dirá que no puede?

Fruncí el ceño entrecerrando los ojos apuntando en dirección hacia Luci el tenedor con un pedazo de waffle enterrado en él.

− Si lo llamo y me dice que no...¿qué te apuestas?

La sonrisa amplia que me brindó aquella señora me inquieto un poco.

− ¿Qué quieres que apueste?

Lo pensé por unos segundos y sonreí ladina cuando por fin logré dar con lo que quería.

− Si me dice que sí preparo el desayuno por ti por una semana − metí el trozo de waffle dentro de mi boca y continúe − Si me dice que no... Vas a tener que apañar mis salidas furtivas por una semana.

− ¡¿Qué?! − su rostro se desencajó − Eso no es justo.

− Si, si lo es.

− ¿Y se puede saber a donde vas tanto?