Empire | J.Jungkook.✔(𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘥𝘢)

Capítulo. 20

Desperté con el peso de unos fuertes brazos rodeando mi cintura, me giré en dirección a aquella persona que ocupaba el lado derecho de mi cama y sonreí al ver que aún dormía. Se veía más hermoso de lo normal, pude detallarlo de cerca, su respiración era pausada, sus pestañas largas, las cejas perfectamente arqueadas que le daban ese toque de hombre sexy y sus labios... Por dios como amaba esos labios... Formaban un tierno puchero al estar recostado de lado sobre su almohada, bajé mi vista y me encontré con una espalda ancha y musculosa que subía y bajaba al ritmo de su respiración, no pude ver más porque la sábana tapaba la parte de abajo de su cuerpo, pero por lo que pude apreciar ayer, este niño era un dios griego. Subí mis ojos hasta su cara y me sobresalté al ver que ya estaba despierto.

− Hola − sonreí a lo que él me siguió el acto.

− Buenos días, princesa − se giró quedando frente a mí.

− ¿Cómo dormiste? − estaba acariciando su sedoso pelo y apartando algunos mechones que le caían sobre el rostro.

− Como bebé... Ha sido el sueño que más he disfrutado − se mordió el labio inferior − aunque no solo fue el sueño lo que disfruté.

Tenía una mirada pícara con una media sonrisa en su rostro, al oír aquello todos los colores invadieron mi cara.

− ¡Yah! ¡Jungkook! − dije ocultando mi cara entre mis manos.

− ¡¿Qué?!...es cierto... lo amé... Amé cada centímetro de tu deliciosa piel − se iba acercando a mí lentamente − de tus dulces labios − al llegar a mi boca plantó un beso mordiendo mi labio inferior al terminar − te amé completa...y no veo la hora de volverlo a hacer…

Al terminar de hablar se posicionó sobre mí quedando entre mis piernas, tenía sujeto mis brazos a cada lado de mi cabeza, me miró fijamente a los ojos y se acercó a mi oído para besar y morder aquella parte sensible de mi cuerpo. Dejó una hilera de besos que iban desde mi cuello hasta mis senos y de ahí volvía a subir en dirección a mi boca dejándome un beso delicado que estremeció mi cuerpo entero. Volví a sentir aquellas ansias invadir todo mi sistema, empezaba a desearlo aún más de lo que lo había deseado antes, mi cuerpo empezó a temblar de pasión acumulada deseosa de ser liberada y él estaba igual de sediento que yo.

− Eli, tengo que hacerte una preguntica que me tiene algo inquieto... Tú… Tú…

− ¿Tú qué? − lo atraje hacia mí para volver a besarlo.

− Esp-Espera… − trataba de hablar, pero no lo dejaba, no quería que se distrajera en un momento como este.

− ¿En serio tiene que ser ahora?.− dije algo indignada.

Me di vuelta sobre la cama quedando encima de él, arqueé mi espalda al sentir su duro miembro chocar contra mi intimidad a lo que él soltó un pequeño gemido.

− Eli...¿tú tomas las pastillas? − soltó entre jadeos, me quedé por un segundo absorta con su pregunta, dejándome ver su carita de preocupación debajo de todo ese deseo que afloraba en su piel... Se veía tan tierno…

− Si kookie... Sí las tomo... Desde que empezaste a acosarme predije que en cualquier momento esto pasaría y empecé a tomar medidas − me acerqué a su oído y pasé mi legua por el borde de este sacándole un jadeo − porque créeme que si tú no lo hacías lo iba a hacer yo... Pero tú tenías que ser mío.

Besé su boca con ansias, quería ya estar con él, que me volviera a hacer suya como lo había hecho anoche, se separó de mí terminando aquel beso por falta de aire, me miró a los ojos y arqueó una ceja.

− ¿Qué le hiciste a mi Elizabeth?...¿Dónde la metiste?...

Sonreí, me encantaba el hecho de que fuera tierno y a la vez malditamente sexy.