Capítulo. 25.

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Habíamos terminado de cenar por lo que me dispuse a ayudar a Lía a recoger la mesa, Jungkook hizo el intento de seguirnos, pero le dije que no se preocupara que yo me hacía cargo de la limpieza junto con ella. Lía fregaba los platos y yo los secaba, aún no me creía que estuviera haciendo esto con esa arpía, pero no quería que Jungkook sospechara mis intenciones de aclarar la mente de esa tipa. Unos minutos después ya habíamos terminado y el castaño entró en la cocina con el obsequio de la homenajeada para picarlo y brindar.

− ¡Jungkook! − dijo Lía − ¿podrías ir a la sala y traerme del estante, las vajillas de porcelana que están en él?

Entrecerré los ojos...¿por qué esta estúpida le daba órdenes a mi novio?... Jungkook salió del lugar rumbo a donde le había dicho Lía.

− Creo que te estás pasando de lista...¿no crees? − dije mirándola fijamente.

− No se a que te refieres − se giró y fue rumbo hacia la mesa donde descansaba el cake.

− Claro que si sabes a qué me refiero − enarqué una ceja y sonreí ladina. − Se con que fines invitaste a mi novio hoy a tu casa... Si no...¿Por qué te vestiste de esa forma qué tal parece que trabajas de noche?...y no precisamente en un trabajo normal.

− ¿Estás insinuando, que me quiero tirar a tu novio? − se giró hasta quedar frente a mí y puso cara de póker.

− No lo estoy insinuando querida... Lo estoy afirmando, así que más te vale mantenerte alejada de él...no sería bueno para tu integridad física volver a hacer una escenita como esta − me acerqué a ella a paso lento hasta quedar frente a frente y le susurré no tan bajito para que me oyera − O te alejas de Jungkook, o te alejo yo... Tú decides − sonreí y me aparté.

− ¿Me estás amenazando?... Porque si es así... El juego se me hace más interesante ¿no te parece? − ahora fue ella la que se acercó a mi − Y me encantan los retos.

Solté una fuerte carcajada. ¿Era estúpida o qué?. Me miró con el ceño fruncido por el repentino ataque de risa.

− No seas estúpida − hablé terminando de reírme − Uno: no fue amenaza, yo primero aclaro y si veo que no captaste el mensaje, entonces amenazo, pero si quieres pensar que fue una amenaza − me encogí de hombros − por mí no hay ningún problema... Dos: no creo que quisieras jugar conmigo y menos sabiendo que llevas la de perder, no noto que seas tan imbécil...¿o sí? − sonreí ladina − Y tres: Amo los retos también, pero tú, querida amiga, no significas nada para considerarte un reto para mí.

− No me subestimes niñita − ¿espera qué?... Niñita ¿en serio?... Volví a reír por el apodo que me había puesto − No creo que te rías cuando me veas sobre tu novio, dándole el mejor placer que pueda recibir en su vida.

Al escuchar esas palabras me quedé seria y con ganas de incrustar en su carita de porcelana barata los cinco dedos de mi mano, pero no me iba a rebajar a su altura por lo que sonreí.

− Dudo mucho que tú le des ni las tres cuartas partes del placer que yo le doy − me acerqué a ella con la sonrisa de sorna aún en mis labios − No eres rival para mí, grábatelo en tu cabecita...y la única que hace a Jungkook gritar y retorcerse de placer en una cama... Soy yo − le guiñé un ojo y me di media vuelta.

Se había quedado parada sin decir nada con los ojos abiertos de par en par. Cuando por fin se Iba a dignar a hablar Jungkook entró en la cocina haciendo que se tragara sus palabras.

− Aquí están − puso los platos sobre la mesa.

− Gracias Kookie − dijo sonriendo coquetamente...a esta la mato yo hoy.

Tenía la cara roja de la ira, quería arrastrar a esa tipa por toda la cocina, pero fui sorprendida por las manos de Jungkook acariciando mi muslo. Temblé ante su toque y todo pensamiento fue borrado de inmediato. Lo miré algo confundida y él solo me guiñó un ojo... Este hombre, literal, me volvía loca.

Terminamos de comer aquel dulce y nos dirigimos a la sala de aquel lugar. Nos habíamos quedado Jungkook y yo solos cuando vi a la arpía salir de la cocina rumbo a donde estábamos. Sonreí por mis pensamientos y los llevé a la práctica.

− Bebé, ¿por qué no nos vamos?, ya estoy cansada y muerta de sueño − me acerqué lentamente a él y susurré para que ella oyera − Estoy loca por repetir lo de la tarde − mordí el lóbulo de su oreja y lo miré fijo − ¿Qué te parece la idea?.

Lía se mantenía parada en la entrada de la sala observando atentamente.

− Me encanta la idea princesita − ahora fue él el que susurró − no veo la hora de hacerte mía.

Lo agarré por la camisa negra que llevaba puesta que lo hacía ver malditamente sexy y lo besé. Fue un beso apasionado, devoraba su boca y mordía su labio inferior con deseo, abrí mis ojos y miré a Lía que nos estaba observando con la impresión de asombro en su rostro y la cara roja de la ira, sonreí entre el beso al lograr lo que quería, esa tipa debía saber su lugar y creo que ya la había situado.

Habíamos llegado al apartamento, estaba exhausta, me quité los zapatos que estaban matándome y me dejé caer sobre el sillón de la sala. Jungkook se había quedado mirándome fijo por lo que enarqué una ceja.

−¿Sucedió algo? − le pregunté dudosa.

− Nada − se encogió de hombros y sonrió − No sé que amo más de ti − se iba acercando a mí a paso lento tensándome completamente − La ternura que no le muestras al mundo, pero yo sé que la tienes, ese fuego que desprendes en la cama que me vuelve loco o cuando defiendes lo que es tuyo como la loba defiende sus cachorros − terminó de hablar encima de mí, me acomodó sobre el sofá quedando mis piernas a cada lado de sus caderas y nuestras intimidades rozando creando un placer inigualable.

− Por...¿por qué dices eso? − tartamudeé un poco por lo nerviosa que me encontraba en ese momento...no es la primera vez que estoy con Jungkook y aun así, logra poner cada partícula de mi cuerpo a tope con solo un roce.

− Oí tu pequeña discusión con Lía…

Dios, quería que en ese momento me tragara la tierra, tapé mi cara con mis manos para impedir que pudiera ver mi rostro ardiendo y completamente rojo.

− Eres una mala persona ¿lo sabías? − dije con las manos aún en mi rostro. Sentí como sonreía y apartaba mis manos para observarme mejor.

− Amé que me hayas defendido de esa manera... aunque ninguna mujer me hace sentir como me haces sentir tú − besó mis labios − Yo soy tuyo enterito... En cuerpo y alma princesita... Así que no debes preocuparte por ninguna otra... Ellas no significan nada, podrán estar desnudas frente a mí, pero esto − dijo afincando su miembro contra mi feminidad sacándome un pequeño gemido − Solo lo provocas tú.

Mi corazón empezó a desbocarse galopeando en mi pecho dejándome sin habla, todos mis sentidos se dirigieron a esa persona y en lo único que pensaba era en que quería hacerlo mío ya. Lo halé por la camisa y lo besé con lujuria y deseo, todo mi cuerpo palpitaba deseoso de que su miembro entrara en mí y causara estragos, me deshice de su ropa y la tiré en algún lado de la sala. Nunca en mi vida me cansaría de estar así con él, podría hacerlo mil veces y aun así sería muy poco para mí.

Me separé de él viendo aquel hermoso rostro cubierto por su sedoso pelo castaño y sus labios hinchados y rojos por el reciente beso, amaba esta imagen, jamás la borraría de mi mente ni aunque pasaran mil años, aún seguiría causando el mismo impacto que ahora. Jungkook me llenaba en cuerpo y alma y lo defendería una y mil veces más si fuera necesario para dejar bien claro que este hombre era mío, solamente mío y mataría por él.

− Te amo kookie − sonrió y volvió a devorar mis labios.

− Yo te amo más princesita...

Volvimos a fundirnos en aquel deseo avasallante que devoraba cada parte de mi cuerpo volviéndome adicta a él, era una sensación divina que recorría todo mi ser llevándome a la máxima locura entre deseo y placer.

Empire | J.Jungkook.✔(𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘥𝘢)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora