Capítulo. 8.

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Los rayos de sol invadían mi habitación y llegaban a mi rostro, haciéndome remover en la cama, ya me había despertado, pero no tenía deseo de abrir los ojos. Rodé en la cama y choqué con algo duro a mi lado, abrí los ojos e inmediatamente las pestañas me llegaron casi al nacimiento del pelo, al darme cuenta de quien se trataba.

− ¡Ahh! − grité y le di una patada que lo mandé al piso, me senté y lo primero que me vino a la cabeza fue...(¿tuvimos sexo?)... Revisé enseguida si llevaba ropa, y para mi tranquilidad, estaba vestida con el mismo atuendo que use ayer.

− ¡Oyee!.... ¿Qué te pasa?...¿por qué hiciste eso?...¿estás loca?.− se paró del piso gritándome − Esas no son formas de despertar a una persona...ni que fuera un animal, para que me dieras una patada como esa.− estaba enojado, pero a mí no me importaba, él era el que estaba invadiendo mi privacidad.

− ¿Qué haces aquí?− le volví a gritar − Es la regla más importante y fue la primera que terminaste rompiendo. Te dije que no entraras en mi cuarto.− aquel chico me vio con cara de pocos amigos.

− Yo no entré aquí porque quería, ayer llegaste toda borracha y yo solo te ayudé a llegar a tu cama, no tengo la culpa que te haya atacado el sentimentalismo, y me hubieras pedido que me quedara contigo.− hizo una pausa y se pasó las manos por el cabello, calmando su incomodidad. − Fuiste tú quien me pidió de favor que me quedara − dijo más tranquilo.

Lo miré con el ceño fruncido....¿Por qué tenía yo que decirle eso?.... y entonces recordé todo lo acontecido el día anterior.... La pelea con mi padre.

Ayer recibí una llamada de mi padre, donde me decía que debía volver a la casa, que era mi deber cumplir con el legado de la familia y que si no lo hacía, me iba a ir muy mal. Me amenazó con hacer que me corrieran de mi trabajo... Como lo había hecho antes...y que me desalojaran de mi apartamento, esto si era nuevo...¿Cómo supo donde vivía?... Estaba llena de rabia y miedo, miedo porque fuera verdad lo del apartamento, no tendría donde vivir y no quería, bajo ningún motivo, regresar a casa de mis padres. Fue un juramento que hice al salir de allí.

Al terminar el trabajo, Alex me fue a recoger, estaba alterada y necesitaba relajarme. Nos fuimos a un club y solo sé que bebí como si se fuera a acabar el mundo.

Alex es mi amigo desde el kínder, estudiábamos juntos en mi primera Universidad, y nuestros padres eran muy buenos amigos, prácticamente crecimos juntos. Él solía ser un niño asustadizo en la primaria y siempre me metía en peleas por él, era como su guardaespaldas. Al crecer se convirtió en un hombre muy lindo, era alto, tenía el pelo castaño claro, los ojos verdes y poseía un buen cuerpo. Casi todas las chicas de aquella Universidad querían salir con él, y además su familia era muy influyente, en fin era el típico hombre perfecto para cualquiera.... Menos para mí.... Él era mi amigo y así iba a ser por siempre, aunque él tuviera otros sentimientos hacia mí.

− Yoo... Lo siento, no recordaba lo de ayer, es que todavía es muy extraño para mí vivir bajo el mismo techo con un hombre, y que despertara a tu lado, solo me asustó un poco... En verdad lo siento.− la mueca en la cara del castaño se aflojó, dejándome ver unos ojos brillantes y hermosos... Por dios este niño acababa con mi sistema nervioso.

− ¿Estás bien?− preguntó algo preocupado, debe ser por mi repentino cambio de humor.
Recordar lo antes vivido con mi padre, me ponía algo triste, y volvía a sentir el miedo, que ayer me obligué a olvidar.

− Sí, no te preocupes... Estoy bien − bajé la vista y lo sentí suspirar.

− Deberías darte una ducha tibia... Eso ayuda a relajarse. Estaré abajo, veré que puedo inventar para desayunar − ¿qué estaba pasando con él?...¿por qué de pronto es tan lindo conmigo?.− Por cierto... Si logré hacer una cena anoche, y estaba más que comestible, deliciosa diría yo... Podrás comerla después, la guardé en la nevera − sonrió y mi corazón por poco se sale de mi pecho, me puse nerviosa ante su clara sonrisa, y esos ojitos rasgados hermosos que tenía me volvieron loca en cuestiones de segundos.

Cuando salió de mi habitación, me golpee el pecho tratando de contener los desenfrenados latidos, que todavía estaban causando estragos en mí...¿Qué me pasaba con este chico?, ¿por qué mi cuerpo reaccionaba así ante él?... No podía siquiera pensar en que me estuviera enamorando de él, eso no podía pasar, no ahora.

Me di una ducha, al terminar me puse unos vaqueros rasgados color aqua, una blusa algo ancha color crema y mis conver blancos. Bajé hasta la cocina buscando a Jungkook, pero no lo encontré por todo aquello, sobre la barra, había un desayuno servido junto a una nota:

<"Disculpa por no poder desayunar contigo, pero tuve que ir al trabajo por un asunto importante, algún día te lo compensaré.... Pd: toma los analgésicos que deje junto al zumo de naranja, te van a ayudar con el dolor de cabeza, bye.">

Al terminar de leer aquella nota, me di cuenta de que estaba sonriendo como una boba enamorada, sacudí mi cabeza... Por dios Elizabeth concéntrate...me senté en la barra, y comencé a degustar lo que el castaño había preparado para mí. Al tomar las pastillas volví a sonreír, se sentía bien que alguien cuidara de ti, no había vuelto a sentir algo así desde hace ya varios años.

Mi teléfono comenzó a sonar sacándome de mis pensamientos, miré la pantalla y era Aylin, de seguro estaba preocupada porque no había ido a la Universidad.

− Hola Aylin − contesté algo afligida.

¿Qué te pasa?... ¿Estás bien?... Sabes que, no me respondas, en cinco minutos estoy ahí − colgó y una lágrima se resbaló por mi mejilla.

Aylin me conocía mejor que nadie, y puedo apostar que con solo escuchar mi voz por teléfono, supo que no estaba para nada bien, por eso la amo tanto.

El timbre del apartamento comenzó a sonar, eso solo se significaba que mi mejor amiga había llegado. Le abrí la puerta y ella solo se abalanzó hacia mí, dándome un abrazo que tanto necesitaba.

− Ya... está bien, ahora puedes desahogarte − y dicho esto me rajé en llanto, las lágrimas bajaban como cascada por mis mejillas, mis ojos ardían y mis sollozos eran desgarradores.

No supe cuanto estaba conteniendo hasta que exploté, me mantuve así por varios minutos, hasta que nos separamos y nos dirigimos al sillón, para así, contarle todo a mi amiga. Aylin después de escuchar la historia se puso furiosa, no concebía que un padre pudiera tratar así a su única hija. Pero él con tal de lograr lo que quiere, puede llegar a hacer cualquier cosa, quizás por eso tenía tanto miedo, porque lo conocía muy bien, y sabía que todo lo que me había dicho podía hacerse realidad.

Por esto también es que nunca he tenido una pareja estable, mi padre decía que me tenía que casar con un hombre de mi mismo estatus social. Incluso llegó a comprometerme, lo que al irme de la casa, se rompió cualquier acuerdo que tuviera, por eso es que me está insistiendo tanto en que regrese a la casa, pero yo no me quiero casar con una persona a la cual no amo. Quiero vivir algo lindo, quiero enamorarme, quiero descubrir como son esas mariposas que invaden tu estómago y te trasportan a un lugar inimaginable y hermoso.... Solo que me da miedo, ya que mi padre fue muy directo con sus palabras...."Si no es con Alexander, no te vas a casar con nadie más"....y sí, mi supuesto compromiso es con Alex, le agradezco que me haya apoyado en mi idea loca de abandonar la casa, y no casarme con él. Pero es que ninguno de los dos iba a ser feliz con esa relación. Aunque él estuviera enamorado de mí.

Por ello me he limitado a sentir afecto por alguien, y me puse de regla que la palabra "AMOR" en mi diccionario no existe, me levanté una coraza de chica ruda, que no le interesa en lo más mínimo tener una relación con nadie, evitado todo aquel que se me acercara por miedo de que mi padre le hiciese algo, pero en realidad... Que persona de este mundo no quiere, tan siquiera, sentir aunque sea un poquito de esos bellos sentimientos... Lástima, que yo ya esté sentenciada a vivir sin ellos.

Empire | J.Jungkook.✔(𝘍𝘪𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘥𝘢)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora