Kala
Desde el suicidio de Cantalha, pasaron algunas semanas. Semanas en que todo ha cambiado considerablemente, para mal.
Hefesto estaba verdaderamente insoportable, intentaba no abandonar la habitación para absolutamente nada, desayunaba, almorzaba y cenaba dentro de aquellas 4 paredes. Elektra solo venía a preparar la comida y luego se iba, por petición de Hefesto, según me había comentado. Las visitas a mi padre se hicieron más frecuentes y las de Ares, invisibles. Cada vez venía menos, y cuando lo hacía siempre tenía una excusa para irse una hora después de haber llegado.
Mi corazón dolía pensando lo peor, y él simplemente no decía nada. Intenté preguntar a Alala, pero solo me daba estúpidas excusas, mi padre, optaba por cambiar de tema con tal de no decir nada. ¿Es que todos sabían algo que yo no?
De un momento a otro, las visitas de Ares pasaron de poco frecuentes, a nulas. Mi ánimo estaba por el suelo, dejé de visitar a mi padre y no aceptaba las visitas de Alala. En el fondo, en el fondo esperaba que Ares viniera, que me explicara que todo fue un malentendido, pero esa visita nunca llegó. Hefesto notaba mi humor pero había decidido no investigar nada porque la última vez que lo hizo le grité tan fuerte, tantas cosas que quería decirle desde hace meses y puedo decir incluso que llegó a asustarse. Dejé de usar el collar en las noches y dejé que mis monstruos me arroparan a la hora de dormir.
Y Ares, nunca llegó. Tal vez se dio cuenta de que nunca íbamos a salir de esta, tal vez ya se cansó de ser el otro, y eso quemaba mi interior. Porque él, él era la única persona que quería amar, el único.
Ares
Me odio, me odio y me odio más. Por segunda vez, he dejado a Kala sola sin darle razón. ¿El motivo? Todos estos días he estado trabajando en los últimos detalles para sacar a Kala de Atenas. Hasta el momento, el plan sería llevado a cabo una semana antes de la boda, ya que fue la fecha en que mi hermano Apolo acordó recibirnos, para no levantar sospechas. Tuve que desaparecer varios días de Atenas, incluso tuve que ir a Londres evitando la presencia de Kala. Ella no debía saber nada hasta el momento que todo pasara, ya que posiblemente querría participar directamente y eso era, justamente, lo que quería evitar. No podía comprometerla más. En caso de fallar, ella quedaría libre de culpa, y al menos estaría tranquilo.
El padre de Kala, Mika y Alala prometieron no decirle nada a pesar de todas las preguntas que, ya sabía, Kala haría. Debía de estar pensando lo peor de mí, pero era mejor aquello, para que no levantara sospechas. Luego del suicidio de Cantalha, todo se puso un poco tenso por Atenas, una muerte por amor no correspondido, y terminé descubriendo que todos sabían de su amor por mí, menos yo. Y es que realmente Cantalha solo fue un entretenimiento sexual para mí, nunca le decía palabras de afecto o le demostraba que buscaba algo más. Sí, solía ser amable con ella, pero porque prácticamente nos críamos juntos bajo el mismo techo.
Pero cuando Kala llegó, no quería cerca a otra mujer que no fuera ella, era evidente que Kala era diferente. Es que ni sumando a todas las mujeres con las que he estado, podría llegar a compararla. Nuestro amor era increíble, algo fuera de este mundo, y del suyo. El odio y el amor conjugado en dos seres de carne y hueso. Era un amor correspondido, y Cantalha no entendía que hiciera lo que hiciera, eso no iba a cambiar mis sentimientos hacia Kala.
Alala fue todo un mar de llanto, porque a pesar de sus actitudes, seguía siendo su hija. Kala, a pesar de todo lo que Cantalha le hizo, derramó una que otra lágrima. Ella tampoco esperaba ese final. Yo, no tenía sentimientos al respecto por su muerte, mi sentimiento de dolor fue al ver a mi chica decaída y no poder consolarla, decirle que todo estaría bien, sin importar que alguien nos viera.
En cuanto a Damén, supe por mi hermana que luego de que mi padre lo obligara a devolver la esfera a Kala, se había negado a volver a verlo. Cómo si a Zeus le importara mucho. Lo que me preocupaba era la tranquilidad con la que el primer mencionado estaba actuando. Asigné un guardia para que lo vigilara, pero al final no conseguimos nada. Bien, eso era bueno.
Volviendo a Kala, estoy rezando a cualquier cosa que sea superior a mí, para que no me odie a muerte después de esto. Estoy poniendo toda mi fuerza y empeño para asegurar, que en unas semanas, mi amada volvería a mi lado.
Tal y como le había prometido, y cuando eso pase, la haré mi esposa. Lo juro por todos mis poderes. Voy a recuperarte, Kala.
Esta vez lo haré bien, Grecia va a arder y todos, todos sabrán que el dios de la guerra, ha vuelto.
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ENTRIÓN II: El retorno de los dioses [✔]
FantasyCuando los Dioses del Olimpo se hacen notar y Afrodita se hace presente entre ellos, las necesidades de los mortales por ver caer el Olimpo se hacen incesantes. El Dios de la Guerra no está dispuesto a dejar aquel amor que lo obliga a quemar ciudade...