Capítulo 23

348 67 0
                                    

Kala

Han pasado exactamente dos semanas desde lo ocurrido con Ares. Aquel guardia que me ayudó aquel día, se ha vuelto la compañía más cercana que tengo. Me acompaña fuera de casa, y cuando no está siendo vigilado, conversa conmigo en el jardín. Me ha confesado que se ha encontrado a Ares en varias ocasiones, siendo amenazado de muerte en todas. Alala ha venido varias veces intentando que hable con Ares, pero me niego, además ella sabía de la situación, todos sabían y nadie fue capaz de avisarme. Y eso era algo que no podría olvidar tan fácilmente. Hefesto, es un caso a parte, cada día soporto menos su presencia y yo sé, que por mi actitud, yo no soy la mejor compañía que él podría desear. He escuchado cómo algunas noches trae distintas mujeres a casa, y es que no me molesta que se acueste con alguien más siempre y cuando no intente tocarme, pero me parecía asqueroso la forma en que algunos veces y aún teniendo una habitación tan lejana a la suya, solía escuchar algunas cosas desagradables.

Esta noche, específicamente. Era el "banquete" del cual aquellas mujeres hablaban, y lamentablemente; Hefesto y yo debíamos asistir. Intenté buscar excusas para no ir, pero según mi nuevo amigo, esta noche Zeus daría una noticia importante y como diosa al fin, no podía faltar. Elektra ya había vuelto a casa y obviamente le conté todo lo ocurrido, según ella debí al menos permitir que Ares diera su versión de los hechos porque "No todo es como se ve". Aunque sabía que tenía razón, estaba muy dolida como para admitirlo. Me ayudó con mi ropa, y llegada la noche, se marchó. Hefesto dijo que llegaría un poco tarde, por lo cual iba a enviarme con uno de sus guardias, y ya saben a quién elegí. 

El trayecto fue bastante entretenido, aquel joven era una excelente compañía, incluso un cien por cien mejor que Hefesto. Al llegar, algunas miradas se posaron sobre mí, principalmente por el hecho de no estar acompañada por mi prometido, sino por un guardia. Notaba el miedo de mi acompañante, así que lo tomé del brazo dándole seguridad. Cuando estuvimos dentro, algunas personas se acercaron a saludar y otros, solo seguían observando. A lo lejos visualicé a Alala quien, se encontraba, junto a Ares. Sus ojos se posaron tanto en mí como en mi acompañante, y desde mi lugar pude notar la mandíbula de Ares tensarse. Decidí ignorarlo y seguir mi camino. 

Comí y tomé un poco junto a mi acompañante, quien intentó negarse a mi invitación alegando que se encontraba en horas de trabajo, pero terminó accediendo. Bajo la mirada atenta de Ares, intenté enfocarme en la persona a mi lado. ¿Dónde estará su acompañante? Aunque en el fondo sabía que prefería verlo solo, no sé si sería capaz de aguantar toda una noche viendo cómo aquella mujer lo toca. Fui sacada de mi trance por la llegada de Alala a nuestro lado. No quería actuar de esa manera con ella, pero aún no superaba el hecho de que todos  fingieran no saber nada a pesar del estado emocional en que me encontraba. 

—Kala, ¿Me permites un momento? —preguntó Alala. Iba a responder cuando me vi interrumpida por mi acompañante.

—Está bien, Kala. Creo que debería ir. Yo me encargaré de vigilar por si el señor Hefesto llega. —su mirada me decía que accediera a la petición de Alala. Resoplé pero terminé poniéndome de pie, acompañando a Alala.

Llegamos al mismo pequeño callejón en que Ares y yo…. Ya saben. Iba a hablar cuando el ya mencionado, hizo acto de presencia. Intenté escapar pero ambos me lo impidieron.

—¿Cuántos minutos tengo? —le preguntó Ares a Alala mientras me sostenían ambos contra la pared, tapando mi boca.

—Veinte minutos, no más. —Ares asintió y Alala desapareció. Todo había sido un vil plan. Par de mentirosos. 

Intentaba gritar aún con la mano de Ares tapando mi boca. Ya no había diversión, ni lujuria, estaba serio. Seguí luchando para que me soltara, sin conseguir nada.

ENTRIÓN II: El retorno de los dioses [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora