Kala
Una media hora teníamos dentro del gran salón esperando la llegada de Zeus. No decía nada y Hefesto, no dejaba de caminar un lado a otro. Hubo una discusión cuando el último mencionado quiso obligar a los guardias a despertar a Zeus quien, por sus problemas de salud debía descansar bastante. Los guardias se negaron y Hefesto prácticamente los obligó. Cuando Zeus hizo acto de aparición, Hefesto dejó de caminar y frenó de golpe.
—¿Qué se supone que sea tan importante para levantarme a estas horas Hefesto? —cuestionó Zeus enojado.
—¿Qué sucede? Sucede que TU hijo, y esta zorra se han estado acostando todos estos meses dentro de mi propia casa. Eso pasa. —Zeus se sorprendió y buscó mi mirada.
—¿Es eso cierto, Kala? —no contesté. Y esa fue su respuesta.
—No voy a casarme, no si tu hijo sigue suelto por ahí. Puedes hacer lo que quieras con ella, pero yo, estoy fuera. —dijo Hefesto bastante decidido.
—Tranquilo Hefesto. Vamos a resolver esto como adultos que somos. Kala no quiso hacer eso, ¿Verdad, Kala?
—Realmente no, no llegamos a tener sexo sobre sus camas, malditos infelices. —expresé.
—Bien, ya que Kala no lo siente, tenemos que hacerla sentirlo, ¿No? —dijo Zeus irónicamente. Dirigió su vista a Hefesto—. La boda se realizará mañana a las afueras de atenas, hoy, te la llevarás fuera de la ciudad con ayuda de mis guardias. Y tú niña, vas a decir que sí frente a ese altar, y aprenderás a comportarte como una buena esposa. ¿Contento? —preguntó Zeus a Hefesto.
—¿Y qué pasa con Ares?,Crees que no irá a buscarla? —preguntó Hefesto.
—Tranquilo, Ares no irá a ninguna parte, de eso me encargo yo. Ya hemos tenido mucho de este teatro.
Dicho esto, ordenó a sus guardias entrar y sacarme hacia un lugar que les indicó, lo desconocía. Antes de irme, me giré hacia Zeus y le dije:
—Cuando Ares vaya por mí, me lo voy a coger sobre tu cadáver, pedazo de mierda. —Zeus me miró serio y luego, fui arrastrada fuera de aquel lugar.
***
Ares
Teníamos aproximadamente una hora escondidos cerca de la entrada, la seguridad fue prácticamente triplicada. Luego de un tiempo más, vimos a Hefesto llegar sin Kala. Entró de prisa y al cabo de unos minutos salió cargando un pequeño bulto. La seguridad se empezó a disipar y aprovechamos para separarnos, el guardia a mi lado iría por el frente con normalidad para no levantar sospecha y yo aprovecharía para colocarme por su ventana.
Al entrar, mi corazón se aceleró. La habitación estaba destrozada y no había rastro de ella. Ni siquiera lo pensé y salí de la habitación hasta la cocina. Encontré a Elektra llorando sobre la mesada, y al verme, se esperanzó.
—Señor Ares. Se la llevaron. —mis ojos se humedecieron. No otra vez.
—¿A dónde? ¿A dónde se la llevaron? ¡A DÓNDE SE LA LLEVARON! —no podía respirar.
—Al templo de Zeus. Vaya rápido, antes de que se la lleven a otra parte.
Salí corriendo hacia la habitación y luego me dirigí al balcón, debía ir por ella. No la iban a alejar de mí, no otra vez. Espero por el bienestar de Hefesto no cruzarlo en mi camino, porque lo voy a quemar vivo. En cuanto a mi padre, estaba acelerando su propia muerte si le ponían un solo dedo encima a Kala.
***
Zeus
Estaba preparado, solo hice lo que debía hacer. Ares no es más que un mal agradecido y se lo haría saber. Mi plan, apenas estaba empezando.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos por la entrada de Atenea a el salón. Después de todo, sabía que Ares no duraría mucho en el poder. El amor lo hizo débil, y su debilidad le está pasando factura. Sonreí a mi preciada hija mientras se encaminaba hacia mí con gesto serio. Atenea podía estar muriendo de emoción y aún así no dejaba de ser un ser inexpresivo.
—Padre —dijo a modo de saludo.
—Mi hija preciada. ¿Sabes la razón por la cuál estás aquí? —pregunté.
—No sé. ¿debería hacerlo? —preguntó sarcásticamente.
—Hija, sabes que Ares actualmente no está capacitado para tomar el poder y…
—¿Tú quieres que yo lo haga? Bien, pero solo te recuerdo algo. Ares va a quemar esta ciudad, y yo, no voy a hacer nada para impedirlo.
Y dicho esto, me dejó solo. Pensando lo que vendría después de todo esto.
¿Hasta dónde sería capaz de llegar Ares?
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ENTRIÓN II: El retorno de los dioses [✔]
FantasíaCuando los Dioses del Olimpo se hacen notar y Afrodita se hace presente entre ellos, las necesidades de los mortales por ver caer el Olimpo se hacen incesantes. El Dios de la Guerra no está dispuesto a dejar aquel amor que lo obliga a quemar ciudade...