EPÍLOGO

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5 años después 

Si Ares estuvo emocionado con la idea de tener un hijo mientras estuvo en mi vientre, creo que ahora mismo había desaparecido cualquier rastro de emoción. Veía desde el balcón cómo Ares se encontraba correteando por el jardín buscando al pequeño Eros, quien durante un "juego" se le había escapado a su padre. En el fondo, Ares no podía molestarse con él, era la luz de sus ojos. Aún no conocíamos si Eros sería un dios, pero según Atenea era casi imposible que no lo fuera, yo no le daba mucha importancia a aquello porque siendo o no un dios, seguiría siendo mi hijo, pero sabía que a Ares le interesaba la idea de que su hijo fuera otro dios, aunque no me lo dijera.

Las cosas en Atenas están bastante cambiadas. Ares sigue siendo el dios de la guerra, pero es un dios mucho más justo. Él y Atenea pudieron resolver sus diferencias y ella lo nombró jefe de las tropas de la reina, que seguía siendo ella. También descubrimos, gracias a Atenea, que el día en que Ares asesinó a medio templo, Damén había reparado completamente la esfera que le robó a mi abuelo. Ares quiso echarla a la basura o destruirla, pero yo pensé distinto. Le di aquella esfera a mi padre, así podría venir cuando quisiera. Y Ares mantuvo bajo su posesión, la de Alala. 

Mika también venía muy seguido y me ayudaba un poco con Eros cuando Ares no podía o no estaba. Las cosas iban de maravilla. Ah, Apolo nos regaló a Ares y a mí un pequeño templo que poseía en el centro de Atenas, en donde vivimos actualmente. Apolo venía muy seguido a pasar tiempo con Eros y a ignorar a Ares.

En cuanto a mi madre, me enteré por Mika que fue despedida de su trabajo en el hospital por intentar echarle agua bendita a un paciente homosexual. Se marchó de Londres y nadie sabe qué ha hecho con su vida. En el fondo, me seguía doliendo porque quisiera o no, era mi madre. Pero su actitud de años en algún momento iba a tener sus consecuencias. 

Elektra se vino a trabajar con nosotros y, de vez en cuando la veo un poco coqueta con mi padre. Ares me dice que no me meta pero, la verdad era que Mika y yo hemos ideado bastantes planes para lograr "flecharlos". Todos siendo un total fracaso porque nos descubren. Bien, la intención es lo que cuenta. 

Viendo cómo Ares cargaba a Eros luego de haberlo encontrado, cómo dirigían su vista a mí mientras me saludaban, descubrí lo afortunada que era. Tenía al hombre que amaba, a mi hijo, a mí familia. Eataba agradecida porque a pesar de Todo lo que tuvimos que pasar, al final, logramos vencer. 

—Gracias, abuelo. —susurré mientras miraba al cielo. 

Quiero decir que esta historia termina aquí. Pero somos dioses, así qué. 

Nos vemos en la eternidad. 

ENTRIÓN II: El retorno de los dioses [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora