Los recuerdos

447 62 3
                                    

Mis párpados lentamente se abrieron dejando que apreciará algo que extraña mirar, no me imaginaba que despertaría siendo de día.

Por alguna extraña razón mi mente no pensó en buscar algun escondite. No había ni una pizca de desesperación en mi mente, solo calma al volver a ver la luz del día.
El viento removió mis cabellos impidiéndome ver qué estaba frente a mi. Lograba escuchar las ramas balanceándose al compás del viento.

—¡Mira Inosuke, es Akemi!—una voz grito.

Los pasos acelerados de personas salieron del bosque, de hecho reconocía la voz que pronunció mi nombre. De inmediato me cubrí el ojo que tantos problemas me ha dado. Si descubren que soy una luna, no se que pueda suceder.

¡¡Es el niño demonio!!.

El jabalí llegó corriendo a mi lugar y con una expresión atenta mire como resoplaba frente a mi.

¡Te gane Gompanchiro, soy mejor que ustedes dos!—el comenzó a reír.

Eran los chicos de hace muchos años, al parecer el destino nos hizo reencontrarnos en este lugar.

Ninguno de ellos había cambiado en lo absoluto, el jabalí seguía siendo el mismo de siempre. El muchacho rubio siempre gritando y el Tanjiro tan tranquilo como en las anteriores ocasiones.

Con más calma Inosuke—reclamo el pelirrojo.

El me miro y con una sonrisa dibujada en su rostro saludo.

Es bueno verte de nuevo.

—Si...tambien yo.

No era lo que me esperaba al salir, quería ver más cosas. Desvíe la mirada al notar su mirada sobre mi.

¿Que sucede?—pregunto confundido.

Nada...es solo que..

Me seguían mirando atentamente, como si quisiera que les dijera lo que pensaba. Estar frente a ellos me resulta algo incómodo.
Y creo que Tanjiro noto eso, pues el decidió dejar de preguntarme con l mirada.

Perdona, te hicimos sentir incómodo—con una risa avergonzada se disculpó.

¡No, claro que no!—exclame—¡Me alegra verlos de nuevo!, pero no es buen momento.

Discúlpanos, niño—hablo el porcino.

Me levanté del lugar donde dormí la noche anterior para parecer más presentable.

¿Que te sucedió?—pregunto el rubio—quiero decir, ¿Por que estás así?. Con esas ropas tan desgastadas.

—Les explicaré más tarde.

—Seria bueno hablar en un lugar con menos sol, hemos caminado mucho y queremos descansar un poco antes de partir—respondió Tanjiro.

¡Vamos al pueblo más cercano mis secuaces!.

Inosuke señalo al frente, diciendo que avanzaramos. Zenitsu siguió al muchacho jabalí mientras que Tanjiro miro como se alejaban de nosotros.

Te daré mi haori para que te cubras.

—No es molestia de hecho ya me iba a marchar....

Acompañanos por favor—suplico.

No tuve la valentía de rechazar su petición, después de todo estamos hablando de Tanjiro. No sé le puede negar nada y más si lo pide de buena manera.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora