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Muzan me miro desde lo lejos. Sabía que quería verme muerto, pero está vez no le temería.

Tome una de las espadas que estaban en el suelo y me acerque corriendo. Mientras que las poderosas ráfagas de viento de los tentáculos me impedía el acercarme más a él, con cortes rápidos corte y corte lo más que logré hacerlo.
Quería darles tiempo para que retomarán el aliento, mientras que en ese instante algo me sorprendió Tanjiro seguía luchando con tanta insistencia que me dejó helado. Aún estando en ese estado sigue dando pelea, es de admirar.

Pero, no duro tanto. Pues aún a sabiendo que estaba herido, un dolor muy fuerte hizo cambiar de postura y le quitó tiempo al esquivar un ataque.
Que más quisiera que el tiempo avanzará más rápido y amaneciera. Pero no podía hacerlo, todos unían fuerza para derrotar a ese monstruo que permanecía frente a mi.

Mis pensamientos inundaron mi cabeza, mi cuerpo dejo de moverse y solo logré ver qué unas pequeñas gotas de sangre se convertían en una gran salpicadura.
Mi cuerpo se movió entre el aire y note que me encontraba herido en el abdomen.
Nunca supe cuando fue que deje de pensar en la batalla mi mente por más que tratara de recordar que es lo que hacía no podía, en dónde me encontraba o incluso que día era. No sabía nada, mi cabeza dejo de pensar. Mis ojos se posaron en lo que sucedía al fondo y lentamente me dormí.

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- ¿Que sucedió después papá?.

- Bueno, eso es todo lo que sé.

- ¡Eso no puede ser!¡Tiene que haber algo mas!.

- Eso es todo, nunca supe lo que pasó después.

- Que mal. Quería saber más.

Me levanté de mi lugar lentamente y baje la mirada.

- ¿Quieres acompañarme?.

- ¿A dónde iremos?.

- Sabes que hoy es 12.

- ¡Cierto, debemos de ir de visita!.

- Vamos a avisarle a mamá.

Sujete su pequeña mano y caminamos lentamente. Hasta llegar al interior de la casa, buscando con la mirada a mi esposa, note que estaba cocinando y probando un poco del pequeño cuenco.
Ella noto nuestra presencia y nos miro.

- ¿Que sucede cariño?.

- Iremos de visita con mi hermano.

- Espera un momento.

Su respuesta fue inesperada, dejo los palillos en la mesa y salio de la cocina.
Después llegó con un ramo de flores en sus manos.

- Toma - dijo entregandomelas en las manos - para que las lleves de mi parte.

- Está bien, le daré un saludo de tu parte.

- ¿También irá el niño?.

- Si, quiere visitarlo tambien.

- Con cuidado, no quiero problemas ¿Está bien?.

- No te preocupes, está con un ex pilar. Dudo mucho que le hagan algo.

- Está bien. Nos vemos.

Nos despedimos de ella y nos marchamos, caminamos mientras hablábamos de muchas cosas Jugábamos de vez en cuando, el sol está en todo su esplendor. Debimos de haber traído algo para cubrirnos.

- Papá tengo mucho calor.

- No te preocupes, pronto llegaremos.

Al entrar en un claro del bosque que rodeaba la finca, caminamos por el camino de tierra que poco a poco era tragado por la hierba. Casi ni se notaba que alguna vez hubo un camino.

Estaba totalmente calmado, la voz de lo pájaros iba de acuerdo con el ambiente. Se podía respirar la nostalgia de aquel lugar; cuando llegamos un gran campo despejado era lo que nos esperaba hasta el final de aquel sendero de árboles. Mi hijo corrió directo a un gran árbol donde logro sentarse a descansar y con gran rapidez se sentó en las raíces del árbol.

Lentamente me acerque y dejé las flores del otro lado del tronco. Una pequeña piedra sobresalía de la tierra, poseía un gravado. Casi inperseptible.

Habían pasado varios años desde que lo ví por última vez.
Dejé las flores frente a la pequeña piedra y me senté al lado de esta.

- ¿Cómo va todo?. Supongo que ahora que estás aquí debe de ser muy aburrido.
Pero, tu sobrino siempre quiere venir, creo que quiere convivir más contigo que con su padre.
Mi esposa te envío las flores, también le prometí darte un saludo de su parte.

Es extraño, todo es tan nostálgico. Solíamos venir aquí cuando Shinobu no te tenía tan ocupado durante tus clases. Comíamos hasta reventar.

También la costumbre de no tener un ojo la tengo presente. Tengo miedo que mi hijo al verme le dé miedo.

¿Crees que mamá vea en lo que me he convertido?. Una persona normal, que supo que alguna vez existieron los demonios pero que las personas como mi hijo y mis nietos solo dirán que es un cuento de hadas. Es tan triste ver cómo el tiempo pasa sin que puedas hacer nada.
Me hubiera gustado verte como adulto, quizás hubiéramos podido beber algo con los demás. Quizás serías alguien de bien y seguirías por buen camino.
Siempre teniendo tu buen humor.

Cada palabras que decía, me dolía. Un gran nudo en la garganta se formó en mi; una lágrima salió.
Mi hijo se acercó con duda y me miro.

- ¿Que pasa papá?¿Por qué lloras?.

- Por que......una persona siempre debe de dar un respiro de su vida diaria. No debes preocuparte por mi, solo que cada vez que estoy aquí algo dentro de mí me dice que tu tío sigue aquí.

Mi hijo me miro con duda y después me brindo un cálido abrazo que me hizo reconfortarme de manera rápida. Después de secar mis lágrimas me levanté de mi lugar y sujetando la mano de mi hijo nos marchamos para llegar a comer a casa.

En algún momento
Nos volveremos a reencontrar

En algún momento Nos volveremos a reencontrar

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El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora