Hermanas

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— ¡Akemi, ¿pero que hiciste?!.

Shinobu parecía preocupada. Pero no sentía nada, solo pequeños escalofríos que recorrían mi espalda.

— Pero que heroico, eso me impresionó. Tsukamatta pero ¿qué tontería acabas de hacer?.

Me encontraba justamente delante de él, fácilmente podría ser sujetado por Douma. Pero al contrario, el paso por arriba de mi.

— ¿Que más da?, Pronto morirá así que será mejor...dejar que se ahogue.

Sentir el agua helada en cada parte de mi cuerpo me hizo abrir mas mis ojos, pero lentamente mi vista se cerraba poco a poco. Solo lograba ver como Douma caminaba en dirección a Shinobu quien se mantenía mirándolo directamente. Espero que ella logre asesinarlo, de lo contrario podría morir en el intento por la fuerza de el.

En esos momentos no sentía nada, nada de temor. No temía el ahogarme solo sabia que no podría moverme y que posiblemente moriría ahí, era la primera vez que estaba así, tan tranquilo y sin preocupación alguna. El agua cristalina me permitía ver lo que pasaba en el exterior. Un solo parpadeo Shinobu se lanzo hacia el con su espada en la mano para apuñalarlo. no logre escuchar lo último, pues el agua impedía que traspasara el sonido. Cerré mis ojos lentamente disculpándome con Shinobu inconcientemente.

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¡¡Akemi!! — escuché que alguien me había sacado del agua y el frío no se hizo esperar para recorrer mi cuerpo.

— ¡Niño demonio!.

Abrí mis ojos, Kanao estaba frente a mi y se encontraba lastimada. Inosuke se presentó después, intentando acercase para verme mejor.

— ¿Que sucedió?.

Kanao me miro con lágrimas en los ojos y de un momento a otro me abrazo sin decir ni una palabra.
Inosuke que se mantenía al lado nuestro estaba de rodillas y llorando, trabajo de ocultarlo se secaba las lágrimas de sus ojos.

Estaba confundido.

— Lo siento Akemi.

— ¡¡Waaaaaaah!!.

Inosuke comenzó a gritar, estaba lleno de tristeza.

— ¿Que les pasa?¿Dónde está Shinobu?.

— ¡¡Ella ya no está aquí, idiota!! — exclamo.

— ¿A dónde se fue?¡Tengo que verla, estaba muy grave....

— ¡Ya basta Akemi! — Kanao dejo de abrazarme y me sujeto de los hombros y con una mirada sería y fija pronunció delicadamente — mi hermana se sacrificó para asesinar al demonio.

Me quedé en shock, eso no podía ser. Sabía que Shinobu estaba lastimada pero ¿Cómo pudo ser eso posible?.

— Eso es mentira. Ella....no puede estar muerta ¿Verdad?.

Mi voz se volvía casa vez más quebradiza, temía que fuera verdad, que ella murió yo no hice nada.

— Escucha, mi hermana tenía planeado todo desde hace tiempo.
Y sabía eso, pero ....jamás supe que lo haría hoy.

— No puede ser....— negaba con la cabeza mientras apretaba los dientes con fuerza — ella no pudo haber hecho eso..Kanao ¿Por qué?¿Por que hizo eso?.

— Mi hermana quería vengarse de esa luna. Casi te ahogas, si no te hubieras puesto en peligro no te hubiera pasado nada.

— Pero eso hubiera cambiado nada, ella aún así hubiera- hubiera...

¿Por qué me es tan difícil decir eso?. He estado muchas veces frente a la muerte, pero de los seres más cercanos a mi me duele demaciado.
Tengo una maldición, todos mueren cuando son cercanos a mi.

— Tenemos que ver tus heridas.

— Las de ustedes son mucho peores. Tengo que cuidar de tu Kanao, eres lo que más quiso Shinobu. Al igual que tú Inosuke.

— ¡Cállate niño, nadie tiene que cuidar de mi! — sus lágrimas eran tan grandes, que sabía que ni eran por dolor físico.

— ¿Pero tú? — dijo Kanao.

— Mi heridas no pasan de alguna quemadura por el hielo. Estaré bien.

Lo único que me reconfortaba es que ellos estaba bien. Jamás supe cuando llegaron, pero me alegra que estén aquí.

Despues de curar las heridas de Kanao, con mucho esfuerzo ella me ayudó a someter a Inosuke. Pues a negaba a ser tratado.
De solo ver cómo golpeaba a Inosuke supe que ni debía de hacerla enojar, después de una gran reprimenda el jabalí quedó sin fuerza alguna.
Dejándome así trabajar.

Estando un poco turdidos salimos de esa habitación arrastrando los pies. Kanao sostenía a Inosuke quien seguía llorando en silencio. Ella mantenía una mirada triste pero no derramaba lágrimas como el chico.
Era su hermana después de todo, es obvio que no estará feliz despues de todo.

Kanao ¿Te puedo ayudar?.

— Estamos bien, deberías preocuparte por ti.

— Inosuke es pesado y más en el estado en que está, dudo mucho que pueda caminar.

— ¡Cállate niño demonio! — decía mientras seguía llorando — yo estoy en perfectas condiciones.

Inosuke comenzó a intentar camina más rápido que nosotros dos. Pero al soltarse de Kanao el cayó al suelo haciendo sonar el piso. Después de eso el se dió por vencido.

— ¿Te encuentras bien Inosuke?.

— Esa caída no fue nada suave.

Inosuke estaba inmóvil, parecía que no respiraba.

¿Habrá quedado inconciente?.

— No tengo idea alguna. Pero debemos llevarlo a un lugar más seguro.

— Tienes razón, lo levantaré del brazo.
¿Podrías subirlo a mi espada?.

— Si.

Ambos trabajamos en equipo, nos dimos cuenta que Inosuke se había golpeado en la cara dejando un poco lastimado si rostro. Kanao me dijo que en cuanto despertara lo volvería a  poner en orden. Supe que le golpearía ; es claro que este molesta, fue testarudo y mira lo que sucedió.

El camino para buscar a los demás será más peligroso aún, con las heridas que tenemos no podremos enfrentarnos con muchos demonios.

— ¿Kanao?.

— ¿Que sucede?.

— ¿Podrías decirme que sucedió con Shinobu?.

—.....— ella guardo silenció y después miro a otro lado — es difícil de decir. Solo te diré que ella ya tenía planeado esto.

— Perdón por preguntar.

— Está bien, después de todo estabas casi a punto de ahogarte así que no te culpes.

Caminamos un largo tramo, hasta que escuchamos el aleteo de un ave.

— ¡¡CAAAAAAW CAAAAW, EL PILAR DE HIELO ESTA CERCA, REUNANSE CON EL!!.

En ese momento mire a todas direcciones buscando algún indicio de mi hermano, el cuervo dijo que estaba cerca. Pero hay tantas puertas que no sabemos en qué parte.

— Seguramente debe de estar peleando contra los demonios. Debemos de escuchar atentamente — explico Kanao.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora