Medicina

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— Es suficiente Sanemidijo el patrón.

Este obedeció, como si de un perro se tratase. Pensé que no tendría quien lo controlará.

— ¿Es todo?— pregunto nuestro superior.

— Es todo, no tengo más información.

— Gracias, es algo valioso.

Me senté al lado de Misturi. Quien entusiasmada me dió un fuerte abrazo.

— ¡Lo hiciste muy bien! — dijo en un susurro.

— Gracias.

Después de esa pequeña charla, nos sentamos correctamente para prestar suma atención.

— Tengo que consultar muy bien, pero estaremos en contacto respecto a esto.

— ¡Entendemos señor! — pronunciamos todos al unisono.

La reunión finalizó y todos salimos. Todos menos uno, pro no le tomamos importancia sabíamos que Himejima era el más poderoso de todos los presentes en la reunión, quizá tenía cosas que hablar con el patrón.
No perdimos tiempo y nos retiramos a nuestras respectivas fincas, esperando a que todo saliera bien.
En el camino, Shinobu y Kanao hablaban de cosas muy divertidas, hasta que salió el tema de la medicina.

— ¿Por cierto? — dijo la pelinegra — ¿Y respecto a la medicina que dices?.

— Creo que, tomaré tu oferta.

— ¿¡De verdad!? — dijo sorprendida Kanao.

— Lo estuve meditando y creo que seré de gran ayuda si soy médico.

— ~Esa es la actitud Akemi~ .

Ambas me estuvieron elogiado hasta que llegamos a la finca de Shinobu, dónde de inmediato Kanao me llevo a cambiarme de ropa y me coloco una bata blanca para cubrir mis prendas.

— Está todo listo — hablo Kanao.

— Espera ¿Para que?.

Ella me dejó en una habitación y salió de esta sin decir ni una palabra más.
Yo atónito mire la entrada esperando a que entrara alguien explicándome que pasaba aquí, después de unos minutos entro Shinobu con una gran sonrisa y con su traje cubierto por la misma bata de enfermería que tenía yo.

— ¿Que paso con tu ropa?.

— Solo la cubrí de cualquier sustancia que pueda derramarse.

— ¿Que es este lugar?.

— Es un lugar de prácticas. Recibí muchos kakushis que quieren aprender asi que este es uno de esos.

— Wow, es muy grande y tiene muchas cosas.

— Si, pero antes de comenzar con tus prácticas lávate bien las manos antes de tocar cualquier utensilio que está aquí.

Me sentía como en un entrenamiento con mi madre. Shinobu daba miedo, pero aún podía ver una sonrisa amable en ella. Al menos eso creo.
Después de lavar mis manos suavemente, llegue con ella para que me diera nuevas instrucciones.

— Comenzaremos con el nombre de los utensilios de esta habítación.

— ¡Pero son muchos!.

— Entonces los principales. Tengo poco tiempo para capacitarte así que trata de guardar todo en tu cabeza.

— Entiendo.

— En el campo de batalla, estarás dentro de muchos peligros. Tendrás que saber dónde moverte sin que te vean o si no serás hombre muerto.

Lo sé, no tienes que recordarme lo cada vez que hablamos sobre guerras. Aunque esa es la temática de la guerra, siempre matan al médico.

— Pero no todo es malo. Tendrás que aplicar todos tus conocimientos en alguna intervención quirúrgica. Los cazadores hacen el trabajo más difícil que es detener las hemorragias internas, después entra el apoyo que sería el equipo de medicina.
Tendrás que dar penicilina a las personas que sufran de daños graves a tal grado que el dolor no los deje pelear. Amputar extremidades que no pueden ser curadas y sobre todo brindar primeros auxilios en casos menos urgentes, que serían vendrá heridas y dar suturas o puntos.

Cuánta información, me sorprende que ella sepa todo eso de memoria.
Quisiera tener una mente como la de ella algún día.

— Pero bueno, eso fue una lijera explicación.

¡¡Lijera!! Eso fue mucha explicación pero creo que fue suficiente para entender el concepto.

— Utilizarás lo que es los bisturís y la medicina.

— Por alguna razón quiero ir más rápido. Conozco muy poco los utensilios.

— Está bien, como quieras Akemi.

Ella comenzó a explicar y a darme sujetos de prueba. También comencé a manipular jeringas en las venas para que la sangre llegue más rápido a todo el sistema circulatorio.
Estaba tan concentrado que Shinobu se marchó debido a que alguien llamaba a la puerta. Me dijo que siguiera en lo mío mientras que ella atendía a la persona que estuviera afuera.
Escuché como Shinobu llamo a las niñas.
Me asusté, pues las pequeñas llegaron rápidamente para ayudar, saque mi cabeza por la puerta y Vi que había un grupo de cazadores que estaban gravemente heridos. Algunos no tenían sus extremidades.

— ¿Puedo ayudarte Shinobu?.

— ¡Quédate ahí!.

Con eso fue más que suficiente para obedecer. Me quedé esperando afuera de la enfermería hasta que alguna saliera para llevar a los pacientes estables a recuperación.
Pasaron algunas horas, hasta que salieron. Shinobu portaba un rostro triste y la bata llena de sangre.

— ¿Que pasó?¿Todo está bien?.

— Todo está bien. Pero solo uno perdió la vida.

— ¿Y los demás?.

— Quedaron inconsientes debido al dolor. Pero están estables, por ahora.

— Eso me alegra.

— Tengo que ir a descansar. Si gustas puedes irte también.

— Si está bien.

Ella se marchó a su habitación. Mientras que yo visite a los heridos. Estaban descansando en las camillas tan tranquilamente que no me acerque mucho a ellos.
Preferí mejor ir a la finca de mi hermano para descansar mi cabeza un poco y después estudiar.
Camine hasta llegar a la entrada de mi casa, la mire. Estaba totalmente oscura, sin señal alguna de que alguien estuviera dentro; toque la puerta con las llenas de mis dedos y la empuje.
Entre con cuidado, cerré la puerta de madera con delicadeza.

— Quizás pasado mañana regresará.

Entre a la casa, dejando atrás el jardín. Encendí las linternas que habían dentro, tome una para iluminar el camino a mi habitación. Pues estaba más oscura de lo normal, podía sentir que algo iba a pasar, algo muy malo.
Pase delante de la habitación de mi mamá, lo cula me provocó escalofríos al sentir que había alguien ahí. Pero al mirar de nuevo no había nada.

No le tome importancia, pues algunas veces la vista es engañosa y te hace ver cosas que no están. Pero tampoco es como si no creyera en fantasma o espíritus.
Entre en mi pieza y cambie mis ropas para irme a dormir, no sin antes salir a encender las lámparas del exterior para que iluminarán el camino de alguien al pasar.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora