Emergencia

351 45 2
                                    

Kanao apareció sentándose a mi lado.
Sin decir ni una palabra.

Hola Kanao.

No recibí respuesta. El momento era bastante incómodo, me sentía como un tonto.

—¿Las niñas te agradan?—a que se refería.

Pues si, son muy amables. Al igual que Shinobu.

—¿Yo te agrado?.

Creo que eso es más fácil de responder.

¡Claro que sí!¡Eres la persona más amable de toda la finca!.

Ella me miro, sus ojos estaban muy abiertos; resplandecian con la luz.

Me recuerdas mucho a alguien.

—¿Cómo a quién?—pregunte.

Ella bajo la mirada sin decir nada. Pensé que había preguntado de más y se molestó.
Debo pedirle perdón.

Si no quieres decirme está bien, perdón por preguntar.

—¡No!—alzo la voz—esta bien eso solo que....

Ella tenía las mejillas sonrosadas y la mirada perdida.

¿Te gusta alguien?

Logré ver qué ella se tensó; sujeto con fuerza su falda.

No se lo diré a nadie—susure.

—¿Estás seguro?.

—Si—dije con un pequeño tono de picardía.

Kanao se relajo y suspiro. Me sentía bien al saber que tenía su confianza.
Mientras seguía en mis pensamientos, ella se levantó y después me miro.

Es bueno ver que seas un humano—dijo con una sonrisa.
Después me tendió la mano; preguntándome con cierta alegría.

¿Te gustaría acompañarme a la cocina?.

No podía negarme, tenía hambre. Mi mente solo pensaba en comida y nada más.

~Si no es mucho pedir~.

Mi voz alargó las últimas palabras. Dejándo en claro que no tenía nada en el estómago.
Gracias a ella logre encontrar la cocina, podía oler la comida desde afuera.
Al entrar, Kanao miro con preocupación a Aoi. Que se mantenía molesta por el desastre en el lugar.

Este lugar es un desatredijo con un toque de furia.

Tenía razón, todo era un desastre. La vajilla estaba lejos de estar reluciente y había muchas cosas en el suelo. Supongo que algún animal entro y devoro la comida.

¡¿Que haces aqui?!—me señalo.

—Y-yo....hem—no podía responder.

En ese momento Kanao salió en mi defensa.

Akemi no ha probado bocado en toda la mañana.

—¡Pues eso debería ser un escarmiento para que deje de hacer berrinches!.

Me recuerda a mi hermana. Me sentía avergonzado, siendo ya casi un adulto y me comporto así.
No supe que hacer más se bajar la mirada.

Le prepararé algo, pero primero debo de limpiar todo esto. Al parecer un par de animales provenientes del bosque llegaron hasta la cocina e hicieron un desastre.

—¡Yo las ayudaré!—dije con entusiasmo.

Pero si apenas puedes moverte, seguramente te dolerá un poco la cabeza por falta de alimento.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora