La aldea

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(Narra Makoto)

El ahori de mi hermano y su guadaña era lo único que había sobre su rastro.No volví a ver algo con lo que reconociera el paradero de mi hermanito.

—(Ese niño se metió en problemas)—analice.

El jamás se mete en problemas si no al contrario.Yo soy el que se mente en problemas y el busca la solución.
Comienzo a pensar que el no quiere verme,si el quisiera ya lo hubiera encontrado.

Lleve una mano a mi frente,estoy frustrado.Sonohara se fue pero ella me pidió que lo buscará,si no lo encuentro le fallaré.Pero estoy en un bosque el cual no conozco y mi hermano perdido.

(Debo de encontrarlo)—heche a correr para seguir.

(Narra Akemi)

La chica y yo entramos fácilmente a la aldea,los bandidos estaban merodeando los alrededores dejándonos sin un lugar seguro.Un edificio abandonado fue nuestro refugio,dentro estaba totalmente oscuro pero por lo menos nos cubria de la lluvia.
Decidí revisar si el lugar era seguro para dejarla a ella descansar.Al cerciorarme de que no había nadie dentro me incline dejando a la chica en el suelo cuidadosamente.

Tranquila tenemos que guardar silencio—la mire de pies a cabeza—¿Cómo te sientes?.

Bien,muchas gracias por sacarme de ahisusurro.

¿Cuál es tu nombre?—pregunte.

Naerim-respondió.

Soy Akemi—me senté frente a ella.

Unas risas acompañadas de gritos se aproximaban.

Por favor quédate aquí,no hagas ningún ruidoella obedeció.

Yo me acerque a una de las ventanas del edificio y efectivamente,unos bandidos estaban caminando cerca de la puerta para patrullar.Pero estaban muy alcoholizados.Trataba de mantenerme en la oscuridad para que no me encontrarán,los hombres se acercaron a la entrada dejando las botellas de bebida cerca suyo.Despues tomaron unas espadas y no se movieron de nuevo.Decidi hablar con Naerim sobre todo lo ocurrido a fuera.

Estamos atrapados dentro del campamento,nos quedaremos aquí hasta que ellos se marchen¿Está bien?—ella asintió.

¿Pero si nos descubren?—pregunto asustada.

Tienes que dormir,yo cuidare así que no te preocupes y descansa—ella quería decir algo pero se guardo las palabras.

Yo me quedé junto a ella para que no tuviera desconfianza de dejarla sola.Pero jamás sería capaz de hacer tal cosa ella estaba tan cansada que en unos minutos se quedó dormida profundamente.Solo decidí sonreír y mirar la ventana,la luz que emanaban las antorchas de afuera resplandecia con intensidad casi alumbrando todo el interior del sitio.
La verdad tenía miedo de que nos encontrarán y le hicieran daño,pero eso no sucedería si yo no me quedara dormido.

Mi garganta se sentía seca quería tomar algo para detener esa sed que tenía.Decidi bajar mi mano hasta mi cintura en dónde yo recordaba que tenía mi calabaza llena de sangre de animales,pero cuál fue mi sorpresa al recordar que me habían quitado mis cosas.

(¡Maldición!,debo buscar algo de sangre!)—pense para mí mismo.

Mis fosas nasales se inundaron de un potente olor metálico que provenía del exterior.Mi mente se inundó de pensamientos confusos y una profunda curiosidad por salir.

(Cálmate,no debes sucumbir ante los deseos)—dudaba respecto a mis acciones.

Para mi sorpresa conseguía mantener un poco la cordura respecto a mis deseos.Pero eso no dudaría mucho si tan solo dejo de negar mi sed de sangre.

Decidí mirar por la ventana para saber si alguien se encontraba cerca.Mi vista no se encontró con nadie eso me hizo calmarme y confiar un poco.Salte desde la ventana hasta el suelo,me oculte detrás de la estructura dónde me encontraba para pensar mi siguiente movimiento.

Mi olfato me guiaba,así que por la oscuridad decidí moverme.

Todo estaba solo,hace un momento había personas en estos lugares para vigilar.Pero ahora parece un pueblo fantasma,algo está sucediendo.

(¿Dónde estan?)—mi cabeza seguía buscando la respuesta.

Unos gritos provenientes del centro del pueblo me hicieron volver,parecían ser los gritos de muchas personas.Incluidos niños.

(¡Esto está mal!).

Me acerque a gran velocidad para que nadie notará mi presencia.Me adentre en una casa pequeña para esconderme dentro.
Al caminar muchos objetos impedían mi caminar por el lugar,parecía que estaba en una herrería repleta de armas y metales que resonaban entre si.Katanas,hachas,martillos,cuchillos, lanzas,entre muchas cosas más.

Era un mercado de armas,me di cuenta que la aldea en dónde estaba.Era una armería muy importante ¿Acaso nadie se dió cuenta?.

¡¡Por favor no!!—las súplicas de un niño resonaban.

El niño estaba atado mientras miraba como su madre era torturada por los vandidos.La mujer solo gustaba los gritos ahogados para no alarmar a su hijo.
Las otras personas del pueblo estaban atadas con cuerdas para que no escaparan.Algunos cuerpos desangrados y otros cortados estaban en el amplio suelo del centro.

¿Creo que te dije que no gritaras?—hablo el hombre que sujetaba a la mujer—¿Acaso quieres que tú hijo vea lo asustada que estás?.

La mujer tenía todo su cuerpo cubierto por heridas abiertas y golpes.
El hombre la sujeto del cabello para que mirara a su hijo que seguía llorando desconsoladamente.

No lastimes a mi hijo—pronunció la mujer con miedo en sus palabras.

Te haré una propuesta—aclaro el bandido.

Esas palabras resonaron en mi,esas palabras que me llevaron a esto.A ocultarme en la oscuridad para no morir y tener vida eterna.
El mismo hombre que me convirtió en esto dijo lo mismo y me quito todo lo que amaba incluyendo mi vida.

(¡¡Tengo que hacer algo ya!!)—busque con la mirada algo que me ayudara.

Mi vista se centro en una espada que solo era de hierro comun.Pero tengo que usarla para que esas personas no mueran.

¡¡¡Ya basta!!!—el niño gritaba al escuchar los gritos de su querida madre.

Eso me hizo recordar lo que yo decía cuando todo paso.Mi mente se llenó de deseos de matar,¡De sangre!.
Tome rápidamente la espada y de un momento a otro ataque al bandido más cercano al lugar en dónde estaba,al enterrar fuertemente la espada por su espalda decidí ir por el siguiente,mi ropa se manchaba con la sangre de estos poco a poco.

La lluvia se llevaba aquel líquido espeso y rojo que derramaban los cuerpos sin vida de los bandidos.Todas las personas me miraban como si fuera un monstruo estaban más que sorprendidos.

¡Por lo que más quieras no nos hagas daño!—suplicaban todas las personas.

Había asesinado a todos los bandidos posibles,todos los que estaban en el pueblo.Mi mente se llenó de calma al verlos a salvó pero ahora el peligro era yo.Deje caer la espada sobre los charcos de sangre que habían por todas partes.
Mire mis manos atentamente y mis garras estaban bañadas en sangre,mis manos comenzaron a temblar inconsientemente.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora