Malas intenciones

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Regrese sin decir nada, aunque esa mujer me hablaba la ignoraba totalmente.

Me quite el haori que tenía puesto por   lo mismo de que estaba lleno de sangre y olía mal. Cuando estuve frente a ese hombre me comenzó a preguntar.

¿Y bien?.

—Acabe con todos, no hubo ningún sobreviviente.

—Trajiste una prueba de eso.

—Aqui está.

En el haori que me quite portaba la cabeza de uno de los alumnos de esa finca. Al dejarla frente a el, este sonrió.

Si sigues trabajo de ese modo te convertirás en en una luna excelente.

—Gracias señor.

—Te daré más de mi sangre como recompensa....

Tendre que negarme—respondi de inmediato—antes de que usted me castigue quiero decirle que prefiero hacerme fuerte por mi propia cuenta. Se que si sigo cumpliendo sus expectativas podré ser un digno seguidor de usted.

—Me sorprende la valentía de haberme interrumpido—hablo con cierta furia—pero tenía tiempo que no veía a alguien responderme de tal forma.

—.....

—Puedes irte, después de todo te deje ir  a casa con la condición de que aceptarías una simple tarea proveniente de mi.

—Gracias por su amabilidad.

Me incline apoyando una rodilla en el suelo y una mano en mi pecho. Así era como agradecíamos en mi familia.
Me levanté y me acerque a la puerta, pero ese hombre me llamo haciendo que me sobre exaltara.

Me da cierta curiosidad sobre eso que haces con la mano. ¿Que significa?.

—Bueno eso es de mi familia.

El me miro con curiosidad.

La mano en el pecho significa que le agradecemos desde el fondo de nuestro corazón y mostramos respeto a nuestros superiores.

—Ya comprendo, me resulta algo irrelevante para mí.

El movió la cabeza en señal de que me retirará. Yo de inmediato me fui del lugar. Nakime, la mujer del biwa me dejó en mi habitación justamente en la puerta era como si hubiera entrado a mi habitación en vez de salir de la fortaleza.
Mire a mi alrededor buscando con la mirada algo incierto, después me mire de arriba abajo y fue cuando me di cuenta que mi ropa estaba llena de sangre.

Me mire con cierto asco y fruncí el ceño, decidí tomar un baño antes de que Nori o la señora despertaran. Todavía estaba oscuro asi que podría decirse que eran como las cuatro de la mañana.
Directamente me fui al baño y me quite la ropa rápidamente, observe la la bañera para después meterme en esta que estaba llena de agua tibia.
Mi ropa la dejé en un lado cubriendo con la misma tela las partes manchadas.
Un suspiro salió de mi, mis brazos se extendieron por los bordes de la bañera, mientras cerré los ojos por un momento.

Que día tan más difícilde repente el rostro de la mujer apareció en la puerta—Y ahí viene.

Pero que sorpresa, pensaba que cambiarias un poco.

La mire con molestia y después gire mi mirada a otra dirección.

¿Que te sucede?¿Sigues enojado conmigo?.

—......¿Sabes lo que es la privacidad?.

—Si se el significado de esa palabra. Te he visto desnudo muchas veces.

—¿Se puede saber cuándo fue eso?.

—No responderé a eso ya que tú no quieres responder mis preguntas—se cruzo de brazos y me dió la espalda.

¡¡Agh!!—replique—¡¡Estoy molesto por el mismo hecho de que no me detuviste en ese momento!!.

Pense en detenerte, pero conozco la ansia de comer y es doloroso, tanto que pierdes la razón de ti mismo y si eres tu podrías atacar a esa niña.....es mejor así.

—Sabes que odio el comer carne, lo aborrezco. Me odio a mi mismo por eso.....¡me doy asco!.

—Tarde o temprano podría haber pasado. El destino no lo puedes cambiar.

—Y ahora hablas del destino. ¿De verdad crees que si yo hubiera sabido que sería un monstruo desde le principio me quedaría con los brazos cruzados?.

—......

Ella no dijo nada, solo guardo silencio.

¿Ahora me dirás como me has visto desnudo?.

—Cuando te quedaste dormido la otra vez y los sirvientes te cambiaron de ropa. Esa vez y anteriormente pero será mejor que no te lo diga ya que te molestaras conmigo—ella se encogió de hombros y comenzó a susurrar—aunque debo de admitir que tú piel es muy blanca y suave quería tocarla.....

—¡Pervertida!—señale.

¡¡Que!!.

Tome una toalla cerca mío y me cubrí con ella mientras me levantaba de la bañera.

¡Eres una sucia, pervertida!.

—¡Pero si yo solo.....!

—Ya ví tus verdaderas intenciones, solo me quieres acompañar para hacerme cosas sucias.

—De verdad esas no eran mis....

—Deja de decir mentiras. Mujer sucia.

—Me necesitarás algún día, no solo las mujeres te van a querer—dijo molesta.

Que nos solo las mujeres......¡Yo no soy así!...aunque no es que juzgue pero ¡No me gustan los hombres!

—Si claro...—comenzó a burlarse—¿Entonces por qué te cubres como si fueras una mujer?.

Mis mejillas se tornaron rojas, solo decidí ignorar las palabras de ella.

—¿Que harás con esa ropa?.

—La quemaré ¿No es obvio?.

—¿Dónde la quemaras?.

—En algún bosque lejano, iré de inmediato cuando termine de cambiarme.

—Entiendo, entonces me iré para que no digas que soy una pervertida que te mira desde las sombras.

Suspiré aliviado, mi vida ha tomado un giro en muy poco tiempo. Pero creo que me acostumbraré a esto, si es que puedo sobre llevar todo lo que tengo en mente.
Algunas veces extraño a mi hermano, pero no puedo verlo así como así. ¿Que le diría si me viera de esta forma?¿Que me podría decir?.
Demaciadas preguntas en una sola.

Creo que me tendré que pensar eso luego. Ahora lo más importante es desacerme de esa ropa asquerosa.

Directamente tome la ropa sin ningún temor y salí del baño, sigilosamente subí las escaleras y me fui a mi habitación.

Después de unos cuantos minutos salí por la ventana y fui rápidamente al jardin para ir a otro lado más lejano. Así nadie encontrará sospechas de mi.


El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora