Un visitante no deseado

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Por un corto lapso de tiempo la puerta que los llevaría a la habitación del limbo. Al solo dar un paso al interior de la puerta ya nos encontrábamos en el lugar.

¡Bueno ya estamos aquí de nuevo!—pronunció Douma con la voz en alto.

Las paredes se movieron dando paso a unas escaleras que conducían a un sitio incierto.

Tenemos que subir Tsukamatta-dono.

Si.

Al subir aquellas escaleras, llegamos a una extraña habitación, dónde aquel hombre esperaba con un kimono puesto de un color oscuro.
Estaba sentado en lo que parecía ser el suelo de la habitación, esperando mientras nos miraba atentamente.
La puerta se cerró detrás de nosotros, al momento de esto el mostró una sonrisa lúgubre que me hizo estremecer.

Es bueno que llegarán a tiempo.

Es bueno verlo señor.

Guarda tus saludos Douma.

El guardo silencio mientras sonreía nerviosamente.

Escuche que necesitaba de mipronuncie.

Estas en lo correcto, yo te necesito para que acabes con algunas personas en especial.

Lo mire con duda, mi silencio fue mi respuesta ante lo que dijo.

Permíteme explicarte.....Verás tendrás que sabotear una pequeña finca en dónde se encuentran los estudiantes de un cultivador.

¿Un cultivador?¿No cree que será muy difícil para el?pronuncio Douma en mi defensa.

El cultivador no ha aparecido por un tiempo, supongo que ya debe de estar muerto o simplemente abandono a sus estudiantes. Te daré tu guadaña hasta que regreses, si logras controlar tu técnica de sangre te la daré.

Entendido señor, ¿Dónde se encuentra aquella finca?.

Esta al norte, está un poco lejos de aquí. Llegarías en unos días a pie pero Nakime te llevará hasta ahí y te traerá.
La finca es antigua, se encuentra en un poblado cercano.

Estaré ahí, tan pronto como acabe con ellos regresaré de inmediato.

Traeme algo que justifique que asesinaste a los estudiantes.

Quítate esa ropa, no quiero que empiecen a sospechar de algo.

Ropa perfectamente doblada apareció frente a mi. Era un kimono azul con un pantalón oscuro, una camisa blanca y una cinta púrpura.
Después de cambiarme el me entrego mi arma, cuando logré tomarla entre mis manos la chica del biwa me llevo hasta el lugar.
Exactamente al frente de la finca.

Estaba sobre una gran colina en dónde la vista hacia el poblado era simplemente hermosa. Las luces de colores alumbrando cada parte de aquel lejano sitio.
Al mirar detrás de mi, una enorme finca me recibía. Sus puertas eran de madera pura y bien pulida.
Todo está en buen estado, podría decir que un pilar muy fuerte podría vivir ahí y había linternas eliminando la entrada.

El tomar impulso para escalar una de las paredes que rodeaba el lugar.
Mis manos tocaron el borde de aquella pared de piedra, me mantenía en equilibrio al estar apoyando una de mis rodillas en el borde y mientras mi mirada esperaba la aparición de alguien suspiré pesadamente.

—¿Acaso no hay nadie?susurre para mí mismo

—¡¡Todos debemos de ir a dormir ya!!.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora