Tu nombre

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Con el paso de los días siguientes las cosas en el escondite de Muzan fueron más complicadas, ya que las lunas superiores comenzaron a decaer por culpa del joven con aretes hanafuda.

Esa mismo noche, Muzan llamo a todas las lunas para comenzar con el plan para destruir la sede.

Mientras que a mí, me dijo que esperara junto con Nori en su hogar.
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Mi mirada estaba perdida en la ventana de la casa.

¿Akemi?pregunto una voz.

La voz provenía de Nori quien esperaba pacientemente desde la puerta.

¿Me llamaste?, perdona estaba mirando por la ventana.

Bueno....mi mamá te llama, no se para que te necesita pero lo mejor es que bajes de una vez está muy enojada.

Ella cerró la puerta de mi habitación, dejándome solo y en qué pensar. Minutos después me levanté de mi cama y salí al pasillo. Al parecer los gritos de la señora de la casa estaban resonando en todo rincón del lugar.

—¡¿Quiero que me digan en dónde está mi collar?!pregunto furiosa.

No lo sé señora, ninguno de nosotros ha entrado a su habitaciónrespondió una criada.

Al parecer ella suspiro.

¿Dónde está Akemi?hablo con descontento—el es el único que entra a mi habitación para acomodar los objetos de Tsukihiko.

Baje lentamente las escaleras y entre a la cocina. Mire a todos los trabajadores de la casa formados frente a la señora.

Mami llegó Akemidijo Nori.

La mujer se giró y me miro, ella tenía fruncido el entrecejo.

¿Akemi, tú has visto el collar de mi familia?.

¿Se refiere al que utiliza cuando tiene que asistir a una reunión importante?.

Exactamente ese, ha desaparecido de mi joyero, es necesario que lo encuentreenojo era lo que recibía de esas palabras.

Lo he visto en su joyero todo el tiempo. Es imposible que desapareciera.

Tu eres el único que entra a mi habitación para dejar las cosas de Tsukihiko.

Le demostraré que soy inocente y también que los demás son inocentes, ya que no tomo nada ajeno ni ellos tampoco. Por favor señora sígame hasta su habitación.

Ella acepto y me siguió a igual que los demás.
La había de la señora estaba perfectamente ordenada, la cama estaba hecha y la manta no tenía ni una arruga.
Me acerque al tocador de la señora, todos me miraban desde atrás.

Estuve buscando por unos minutos en el lugar, después de unos minutos le demostré a la mujer que su tan preciado collar estaba ahí.

Estaba debajo de sus sombreros mi señora, le ruego disculpe a estas personas que están detrás de usted.

La señora no dijo nada, estaba tan avergonzada de sus actos que solo guardo silencio absoluto.

Por favor discúlpenme, no sabía que estaba aquí les pido una disculpa sincera de mi parte..

No se preocupe señora, aceptamos su disculpa. Sabemos que ese collar es muy significativo para usted así que no necesita disculparse—pronuncio la sirvienta.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora