El cazador de hielo (Parte 2)

Peleare por el hoy

Lamentablemente no sabíamos que pasaría después de una semana.
Los cuervos Kasugai nos guiaron hasta el hogar del patrón, conversaba con mi hermano en el camino.
Al instante después de unas cuantas risas una enorme ráfaga de viento cruzo el bosque y con ella una luz gigante que resplandeció a lo lejos.

— ¿Acaso eso provino de...?

— Así es — estábamos impactados al ver eso — rápido debemos avanzar.

Obedecí y seguimos a paso veloz. cuando llegamos, todo el lugar donde se suponía que estaría la casa del patrón no había nada más que fuego.
Los demás pilares llegaron exaltados y miraron la escena con terror.
Nuestra mirada viajo hasta lo que parecía ser un esqueleto que se comenzaba a mover, esa cosa comenzaba a regresar tejido en cuestion de segundos, lo cual a todos nos dejó atonitos.

— ¿Pero que demonios es esa cosa? — pronunció Shinazugawa.

— Se está comenzando a mover. Es asqueroso.

En ese momento logré ver a Tanjiro y los demás junto a Tomioka que se mantenía perplejo.
Tamayo, la misma mujer que me curo salió al lugar para acercase al cuerpo que se mantenía en pie.

—¡Debemos de ir con ella! — exclame.

Risa diabólica se logró escuchar. Esa risa me hizo temblar al solo escucharla.

— ¡Hahaha, estúpido Ubuyashiki!.

— Es Muzan.

— ¡Ese maldito!.

El me verá si voy con los demás. Me tomara como rehén y quizás ponga en peligro a todos.
No quiero volver a ese lugar.

Cubrí mis oídos con mis manos, para evitar escuchar la voz de Muzan. Los demás dirán que soy un completo cobarde pero el solo pensar en lo que me hizo me llena de terror.

— ¡Akemi!¡Hermano!.

Descubrí mis oídos para escuchar, mi hermano me tomo del uniforme y me levanto del suelo.

— Tenemos que ir ya, no podemos quedarnos aquí.

— No quiero que me vea. No quiero.

— ¡Escúchame! — grito — sígueme, trata de quedarte lo más cerca posible de alguno de los pilares.

— Si.

Con temor corrí junto a mi hermano quien se abalanzó a Muzan con la espada en su mano. Dejando la hoja en la piel de este.
Tamayo había dejado inmóvil a Muzan, insertando su brazo totalmente en la abdomen de este.

— ¡Estúpidos pilares!¡No lograrán hacerme nada con esto!.

— ¡Rápido, ayuden a Tamayo para inmovilizarlo! — dijo Shinobu a todo pulmón.

— No será suficiente para hacer eso - una sonrisa de dibujo en el rostro de el — ¡Nakime ahora!.

Debía nuestro puertas aparecieron junto con el sonido de un Biwa. Muzan comenzó a caer junto con Tamayo y todos los demás pilares caímos dentro de aquellas puertas misteriosas. Dentro de la fortaleza de Muzan.

Al ir callendo, lograba ver las escaleras pasando a gran velocidad.
Mirando en cualquier dirección había siempre lo mismo, lo único que había cambiado es que estaba al lado de Shinobu.
Ella se sujeto de la escalera más cercana, que al instante me sujeto del cuello del haori.

— ¡Sujetate!.

Obedecí con la adrenalina al límite. Subimos a aquella escalera, observando detenidamente a la mujer del biwa que se mantenía quieta en un solo lugar.

— Eso fue bastante peligroso — dijo Shinobu con el celo fruncido — ¿Conoces este lugar?.

— Si, pero debemos tener cuidado. La mujer del biwa controla todo. Debemos asesinarla antes de que vuelva a cambiar la habítacion.

Nakime sé dió cuenta de nuestra presencia y nos envió lejos de ella. Shinobu estaba atónita e impaciente.

—:La perdimos .

— Debemos tener cuidado, no sabemos que más nos encontraremos.

Seguía a Shinobu a paso rápido. No quería quedarme de nuevo en este lugar.
Al menos me siento tranquilo de saber que mi hermano se fue junto con Misturi e Iguro. Ellos estarán bien.
Por ahora debo de seguir.

Una ola de demonios salió por una de las puertas de aquel extenso pasillo. Todos venían por nosostros, habían demaciados para Shinobu. Debo ayudarla.

— ¡Pero miren quien está aquí! — exclamo alguien — es cobarde que traicionó a nuestro señor.
No puedo creer que te volviste una Luna tan rápido. Cómo siempre fuiste el lame botas de la Luna superior 2.

— ¡No te conozco!.

— Tu a mi no — aclaro — pero yo a ti si. Fuiste el único torturado por el.

— ¿Y eso que?.

— Veo que tienes agallas niño. Pero nunca podré olvidar cuando suplicaba por perdón en esa vacía habitación. Fue algo satisfactorio.

Shinobu me miro con duda. Mientras los demonio esperaban que a aquel demonio grotesco les diera una orden.

— ¿De verdad, esa pequeña es una pilar?.

— Jamás deberías juzgar a alguien por su apariencia — se defendió Shinobu — tal vez un día humilles a la persona equivocada.

— ¡Ja, una niña como tú jamás podría cortar en cuello de un demonio!.

Ella parecía bastante ofendida. Desenvaíno su espada y se abalanzó al demonio. Dando un fino ataque que dejó atonitós a los demonios.

— No pasó nada, ¿ves?. Eres una completa inútil.....

El demonio comenzó a volverse púrpura y la piel dónde se hizo la herida comenzó a caerse.

— ¡Maldita...!

El demonio reventó manchando las paredes. El veneno recorrió todo su cuerpo en segundos y lo destruyó.os demás enemigos se quedaron atonitós y con furia se abalanzaron sobre nosotros.
Para suerte mía Shinobu antes de que se acercarán más. Los enveneno.

— Fueron muy lentos.

— Shinobu es asombrosa.

— Quiero darte algo Akemi — ella me hizo una seña y me entrego una pequeña bolsa.

— ¿Que es esto?.

— Tiene glicinias, te ayudará para repeler a los demonios. Mantenía siempre a salvó.

— ¡Si!.

— Vamos, tenemos que seguir.

Cada demonio que se cruzaba, Shinobu lo derrotaba. Seguimos caminando hasta que en algún punto nos dimos cuenta de que solo estábamos corriendo en círculos.
No sabíamos por dónde salir, todo parecía igual a la habitación anterior.

— Este lugar es un laberinto, no podremos salir de aquí — aclare.

— El demonio que dijo esas cosas de ti, parecía que guardaba mucho rencor hacia ti.

— Si, lo que dijo es la verdad.

— ¿Por qué?.

— Era el lame botas de las lunas superiores. Me enviaban a misiones cada vez peores. Y hacia todo lo que ellos me pedían.

— No necesitas tómatelo todo tan a pecho.

— Será la verdad, pero para suerte mía deje de ser su perro guardian hace mucho tiempo. Y quiero luchar por lo que vivo ahora.

— Quisiera poder sentir lo mismo que tú...

— ¿Que?.