Esclavo

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El día completo paso como si de un segundo se tratara. Nori se divirtió mucho conmigo. Su madre nunca se dió cuenta que estaba en la habitación.
Nori se fue a dormir hace unos minutos mientras yo estaba en el tejado de la casa mirando las estrellas mientras el silencio me acompañaba.

Muzan había llegado, estaba en la entrada de la casa mirándome con sus ojos rojos. En ese momento el hizo una seña diciendo que me acercara, me levanté de mi lugar y baje de un salto.

Recuerda lo que te dije ayer.

—Si.

Entremos...

Espere a que el entrara primero para después seguirle. Estaba todo silencioso y las luces estaban casi apagadas,la madre de la niña estaba sentada en la mesa del comedor.

Al vernos ella cambio su expresión.

Tsukihiko.

Como todas las personas, ella abrazo a ese hombre.

—Me alegra que esté bien—ella le regaló una sonrisa.

Me miro con duda y después pregunto.

¿Quien es este chico?.

—El buscaba trabajo, así que decidí contratarlo para ponerlo a prueba pero no tiene familiar alguno y no tiene hogar.

—Pobrecito, pues yo no tengo ningún problema con que se quede aqui...pero mi hija....

—Estoy seguro que no tiene ningún inconveniente con Akemi.

—No lo se...—dudo la mujer—podra dormir en la habitación de invitados, así Nori no se dará cuenta.

Gracias cariño.

La mujer se acercó a mí y me regaló una sonrisa.

Bienvenido Akemi, siéntete como en casa.

—Gracias señora.

—Sigueme....por cierto¿Tienes algo de equipaje?.

—Lamentablemente no, lo único que traigo conmigo es lo que tengo puesto.

Bueno no te preocupes, después traeré algo para ti. Mientras mandaré a una criada a qué limpie la habitación.

—Gracias.

Al parecer ella era de lo más amable como Nori. Pero.....lo único que me molesta es que ese hombre se proveche de esta mujer por tener dinero.

Esta es tu habitación, perdón por no tener los suficiente como para hacerte sentir comodo...

—¡Es perfecto señora!. Contesto es bien, no necesito nada más que una cama y ya.

—Esta bien, baja a cenar un poco. ¿Seguramente tienes hambre?.

—No se preocupe estoy bien. Espero serle de ayuda en esta casa también.

—Muchas gracias, descansa.

La mujer cerro la puerta tras de si. Busque con la mirada la ventana más cercana y la abrí, mire abajo y después arriba.

Después de revisar que no estuviera nadie salte por la ventana, al llegar al suelo salí de la propiedad y busque con cuidado algo que me diera su sangre.

¿A dónde crees que vas?.

—Necesito algo para comer.

—Supongo que no es algo normal ¿Verdad?.

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora