Despertar

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Los pilares llegaron en unos minutos, rodeando a Muzan sin dejar ni un hueco en el lugar.

— Es tu fin Muzan. Entreganos al mocoso — Shinazugawa pronunció.

Ustedes de verdad son persistentes. Pero tiene a un traidor en sus líneas y aún así lo perdonan. Ubuyashiki si que era un idiota después de todo.

— ¡No hables así de nuestro patrón!.

— Me da igual si fue uno de los tuyos, pero se volvió humano al final y nos está ayudando. Con eso tiene nuestro perdón.

— Estúpidos, este chico es un mentiroso total. Tan solo mírenlo, el llegó a mi pidiendo ayuda y lo acogí, se volvió un sirviente mas.
El se vende al mejor postor y como ahora estoy solo, se fue con ustedes. De seguro los traicionara.

— Cierra está boca tuya. Solo dices estupideces.

Observé como los pilares comenzaron a atacar uno a uno. Pero Muzan siendo tan cobarde se cubría conmigo, cada ataque que era difícil para el esquivar me colocaba a mi como escudo. Para los pilares era difícil desviar sus ataques con tal de no lastimarme.

Es inútil.

— Se está cubriendo con el. Si no lo alejamos de el, escapara.

— Hasta estás alturas, solo queda que el chico muera.

— ¿¡De qué rayos estás hablando!?. El es mi hermano.

— No es culpa nuestra que se metiera con el, para que al final solo nos diera problemas.

— ¡Basta! Si seguimos peleando entre nosotros no ganaremos.

— ¡¡¿Lo ven?!!. Solo se cuestionan unos a otros. No tengo tiempo para ustedes.

Muzan salto desde el edificio dejando a los pilares atrás. Llevándome sujeto del cuello, miraba como Muzan portaba una sonrisa triunfadora.

Tus amigos si que son inútiles. Pelearon entre si y se olvidaron de mi.

— Estoy seguir que ellos no te dejarán ir, ni por qué me uses como escudo. Maldito cobarde.

Una pequeña brisa del aire paso al lado mío. Era extraño.
En ese momento el sonido de algo siendo cortado me hizo entrar en si, mirando como el brazo de Muzan había sido cortado por el pilar de viento. El hagarre de Muzan se desvaneció dejándome en el suelo, Shinazugawa quitó el brazo de mi cuello y me levanto; alejándome del lugar.

— Si que eres un estorbo niño. Fue algo valiente el enfrentarte a el, pero estúpido también.

— ¿Pero que dices?.

— Muevete antes de que te vuelva a atacar. Si quieres salir vivo tienes que pensar en ti mismo.

— Eso suena muy egoísta.

Nada en este mundo es justo, así que tampoco debemos serlo nosotros.

Odiaba admitirlo pero tenía razón, aunque por el simple hecho de que estuviera en esa situación me hacía pensar en todo tipo de cosas.

Ve a ayudar a tu hermano, resultó herido cuando intento salvarte de ese maldito.

Era tan despistado que no me había percatado de eso. Mire detrás de mi y ahí estaba, mi hermano sentado en el suelo mientras un gran charco de sangre se formaba. Su respiración era agitada.

¡Hermano!.

— ~~Akemi, que bueno que estas bien.

— ¿Que te paso?.

— Muzan me lastimo, es muy mínimo el daño. Así que solo centrate en el — señalo.

Los pilares detuvieron a Muzan pero no era suficiente con eso. Pues todos comenzaban a cansarse de luchar; eso comenzaba a preocuparme.
Le di medicina y después lo lleve lejos del centro de la ciudad.

Me dirigí a la batalla, logré ver a muchos cerca de Muzan. Eran cazadores que estaban gravemente heridos pero era peligroso acercarme ahí.
De lo contrario con la velocidad de los ataques de Muzan sería partido en miles de pedazos enseguida.

Tanjiro salió de las sombras y se unió para pelear. Cruzando a gran velocidad se abalanzó contra Muzan clavando la hoja de su espada en la espalda de el.
Un quejido por parte de el contrario hizo mirar al pelirrojo quien de inmediato saco su espada para dar un salto atrás y alejarse.

Estarás muerto para el amanecer.

— Pensé que habías muerto. Pero veo que asesinaste a todos mis subordinados. Pero recuerdas que todavía queda uno en sus líneas.

— Ya no te queda nada.

Al parecer Tanjiro manejaba las cosas junto con los demás peleaban a la par sin dejar respirar a Muzan.
Pero de un solo suspiro, los pilares salieron por los aires.
Habían salido gravemente heridos, Algunos habían impactado contra los edificios de los laterales creando agujeros en ellos.

Estamos perdidos.

Un fuerte escalofrío recorrió mi espalda, algo me hacía sentir inquieto.
Había algo mal, pero no sabía que era; sobre todo debía de atender a los pilares más cercanos a mi. Mis manos temblaban al tratar de controlarme por mi mismo los gritos de unos cazadores llamaron mi atención. Los que se encontraban llegando se escondieron detrás de los edificios para emboscar a Muzan. Como si fueran hormigas avanzaron hasta llegar al campo de batalla dónde se lanzaron contra el enemigo pero sin obtener resultado alguno.

Los cuerpos comenzaron a caer al suelo, llenando con sangre el lugar.
Mis ojos simplemente estaban espectantes quedando impactado al ver el coraje de esos cazadores.

¡Síganos, debemos asesinar a a Muzan!

Uno de ellos se acercó a mí y me tocó el hombro sacándome de mis pensamientos.

¿Oye? — preguntó — ¿Estás bien?.

— No, no estoy bien.

— ¿A qué unidad perteneces?.

— Soy médico.

— Entonces quédate detrás de nosotros. Si alguien necesita ser tratado apoyalo

— Pero....

— ¡Pero nada, tienes que ayudarnos!.

Todos se movieron, me llevaron con ellos dejando mi posición. Mi miedo se volvía cada vez más intenso al acercarme, pues lograba escuchar los gritos de los cazadores siendo partidos en pedazos.

No te asustes, no mires en esa dirección.

— ¿Cómo es que pueden sacar tanto valor?.

— Somos cazadores, nuestro deber es este. Acabar con los males que acosan a la humanidad.

— Yo no pretendía ser un cazador.

— Nosotros tampoco, pero aquí estamos. Dando todo.

Si tan solo tuviera la misma fuerza que ellos.
Nunca me di cuenta, cuando fue el momento en que perdí mi fuerza de voluntad.

Perdí a mi familia, mi humanidad, mi dignidad y ahora mi voluntad.....
Pero mi hermano sigue con vida. Y debo seguir aquí para estar con el.
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¡ESTA COMENZANDO HA DESPERTAR!

El cazador de hielo (Parte 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora